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Las empresas estadounidenses se han estancado "ampliamente" al final del tercer trimestre, ya que tanto los fabricantes como los proveedores de servicios han indicado condiciones de demanda moderadas. Así se desprende del índice PMI compuesto, que elabora S&P Global, y que se ha situado en septiembre, en su estimación preliminar, en 50,1 desde los 50,2 de agosto, y marcando un mínimo de siete meses.

Los datos han mostrado el peor desempeño del sector privado desde febrero, ya que la economía de servicios ha perdido aún más impulso.

Los nuevos pedidos han caído al ritmo más fuerte durante este periodo en todo lo que va de año, ya que la demanda de servicios se ha vuelto aún más contractiva. Los fabricantes también han experimentado un descenso en las ventas nuevas, aunque a un ritmo ligeramente menor.

Asimismo, las presiones sobre los costes han aumentado de nuevo, debido a que los precios de los insumos se incrementaron a un ritmo marcado. No obstante, la tasa de inflación ha sido mucho más suave que la observada en promedio durante los últimos tres años.

Con todo, el motor de la desaceleración ha sido el sector servicios, donde las empresas han registrado el aumento más lento de la actividad empresarial en la actual secuencia de crecimiento de ocho meses. En este sentido, el índice PMI servicios en su estimación flash se ha ubicado en 50,2 en septiembre frente al 50,5 de agosto, lo que supone un mínimo de ocho meses.

El ritmo de contracción ha sido el más pronunciado desde diciembre de 2022, y los proveedores de servicios han liderado la desaceleración.

Las empresas del sector de servicios han experimentado una sólida disminución en los nuevos negocios, tras la presión sobre el poder adquisitivo de los clientes por la alta inflación y los aumentos de los tipos de interés.

Al mismo tiempo, una nueva caída de los nuevos pedidos de exportación del sector de servicios ha provocado otra disminución marginal de la demanda total de los clientes extranjeros. Según se informa desde S&P Global, los precios más altos cobrados por los bienes exportados y las preocupaciones de recesión en los principales mercados de exportación de Europa lastraron la demanda externa.

Por todo ello, la confianza empresarial en todo el sector privado estadounidense ha caído a su nivel más bajo en nueve meses al final del tercer trimestre.

A pesar de un entorno de ventas moderado, las empresas estadounidenses ha notificado una mayor actividad de contratación durante septiembre. La tasa de creación de empleo se ha acelerado al ritmo más rápido desde mayo y fue sólida en general.

De hecho, el ritmo de crecimiento del empleo ha estado entre los más elevados observados en el pasado.

En cuanto al sector manufacturero, el PMI flash de septiembre se ha ubicado en 48,9, ligeramente por encima del 47,9 de agosto, lo que indica un mayor deterioro del rendimiento en todo el sector. Sin embargo, la caída general se ha desacelerado y ha sido sólo marginal a medida que se han suavizado las contracciones de la producción y los nuevos pedidos.

"Los datos del PMI de septiembre se sumaron a las preocupaciones sobre la trayectoria de las condiciones de la demanda en la economía estadounidense tras las subidas de los tipos de interés y la elevada inflación. Aunque el índice de producción general se mantuvo por encima de la marca de 50,0, lo hizo sólo de forma fraccionada, y señala un amplio estancamiento de la actividad total por segundo mes consecutivo. El sector servicios perdió aún más impulso y la contracción de los nuevos pedidos se aceleró", ha afirmado Siân Jones, economista principal de S&P Global Market Intelligence.

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