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El sector manufacturero de la zona euro se acerca más al estancamiento después de que en enero sus condiciones operativas mejoraran sólo levemente y al ritmo más lento en más de cuatro años, según el índice PMI publicado este viernes y elaborado por la consultora Markit. El ritmo de crecimiento del índice ha disminuido durante seis meses consecutivos.

En concreto, el índice PMI del sector manufacturero de la eurozona se situó en el primer mes del año en 50,5, por debajo del nivel de 51,4 registrado en diciembre y exactamente igual que su estimación precedente.

La continua debilidad fue evidente en el sector de bienes intermedios a principios de 2019, mientras que los productores de bienes de capital registraron un deterioro de las condiciones operativas por primera vez desde julio de 2013. En contraste, la categoría de bienes de consumo continuó experimentando un sólido crecimiento en enero.

Francia y España rompieron la tendencia de toda la región al registrar cifras del PMI más robustas

En línea con las tendencias recientes, las economías de los "cuatro países principales" registraron las lecturas más bajas del índice PMI del sector manufacturero en enero. En particular, Alemania entró en territorio de contracción por primera vez en más de cuatro años, mientras que la contracción en Italia se aceleró. A pesar de registrar lecturas relativamente moderadas, Francia y España rompieron la tendencia de toda la región al registrar cifras del PMI más robustas. El resto de los países registraron un crecimiento más lento, y los respectivos índices del PMI para los Países Bajos, Austria e Irlanda fueron los más débiles en alrededor de dos años y medio.

Los volúmenes de nuevos pedidos recibidos por los fabricantes de la zona euro se ralentizaron por cuarto mes consecutivo en enero. El ritmo de contracción también fue el más fuerte registrado por el estudio desde abril de 2013, ya que la demanda nacional e internacional se deterioró aún más. En consecuencia, los fabricantes recurrieron a los pedidos existentes para mantener los niveles de producción.

A pesar de enfrentarse a una tendencia más débil de los nuevos pedidos, los fabricantes continuaron contratando más personal en enero. No obstante, aunque sólida, la creación de empleo fue la más leve registrada por el estudio desde septiembre de 2016. De hecho, la robusta creación de empleo observada en Alemania, Austria, Grecia e Irlanda contrastó fuertemente con la primera reducción del empleo manufacturero italiano en más de cuatro años.

Respecto a los precios, el coste medio siguió aumentando en enero, pero a una tasa notablemente más lenta, haciendo que la inflación cayese a su nivel más bajo en casi dos años y medio. La presión a la baja de los precios se debió a una reducción en el coste de los productos relacionados con el petróleo, además de indicios de disminución de las restricciones de la capacidad. No obstante, puesto que el precio de los alimentos y de las materias primas en general han aumentado en algunos casos, los fabricantes continuaron incrementando sus propias tarifas.

Aumenta la probabilidad de que el sector manufacturero esté en recesión y de que actuará como un lastre para la economía en el primer trimestre del año

Finalmente, la confianza empresarial se fortaleció frente a su mínima de seis años registrada en diciembre, pero se mantuvo muy por debajo de la tendencia de la serie. Las empresas encuestadas siguieron informando sobre la preocupación acerca del comercio internacional y los acontecimientos políticos ocurridos en Europa.

Desde Markit afirman que "el índice PMI de enero aumenta la probabilidad de que el sector manufacturero esté en recesión y de que actuará como un lastre para la economía en el primer trimestre del año". "Siguen siendo evidentes algunos factores temporales, incluyendo un sector automotriz que está luchando por recuperar el impulso después de la nueva normativa de emisiones y algunos indicios de que las perturbaciones por parte de los 'chalecos amarillos' frenaron la demanda en Francia. No obstante, parece estar arraigándose un malestar más profundo, que refleja las preocupaciones generalizadas sobre el efecto desestabilizador de la incertidumbre política y el daño a las exportaciones generado por el aumento del proteccionismo comercial".

"Inquietantemente, unas ventas más débiles de lo anticipado hacen que los almacenes se estén llenando con existencias no vendidas a un ritmo que no se había registrado previamente durante las dos décadas de historia del estudio, lo que sugiere que a menos que la demanda se recupere las empresas deberán reducir la capacidad operativa en los próximos meses, lo que al mismo tiempo perjudicará el crecimiento futuro de la producción", añaden.

Concluyen que "si bien hay algunas evidencias de que las empresas están acaparando mano de obra con la esperanza de que las ventas repunten de nuevo, y de hecho el optimismo empresarial se reanimó desde su mínima de seis años registrada en diciembre del año pasado, el crecimiento del empleo comienza a deteriorarse a medida que un número cada vez mayor de empresas buscan recortar costes y aumentar la productividad. Cualquier ralentización de este tipo en el mercado laboral a su vez potencialmente impulsará a la baja la confianza de los consumidores, aumentando el riesgo de que el crecimiento económico continúe desacelerándose en los próximos meses".

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