El sector manufacturero de la eurozona se recupera ligeramente. El índice PMI de agosto arrojó una lectura de 45,8 puntos, dos décimas por encima del dato de julio y de lo esperado por el consenso.
Si bien el dato muestra una evidente, aunque ligera mejora respecto al mes previo, lo cierto es que el sector continúa en territorio de contracción, muy lastrado por el desempeño del sector manufacturero de Francia y Alemania. De hecho, el índice se ha mantenido por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50,0 puntos de forma ininterrumpida desde julio de 2022.
De los países cubiertos por el estudio PMI, las dos grandes economías de la zona euro ejercieron el mayor lastre en el resultado del sector industrial en su conjunto en agosto. En ambos países, las condiciones industriales empeoraron. Los únicos países que registraron un crecimiento fueron Grecia, España e Irlanda, aunque los ritmos de expansión se ralentizaron en Grecia y España.
"Los fabricantes de la zona euro continuaron bajo presión a mediados del tercer trimestre, ya que la producción industrial siguió disminuyendo en la mayoría de los países cubiertos por el estudio. En general, las entradas de nuevos pedidos cayeron al ritmo más fuerte en lo que va de año hasta la fecha, lo que hizo que continuaran los esfuerzos de recortes de gastos, ya que los fabricantes redujeron la compra de insumos, el empleo y los inventarios. Asimismo, la confianza empresarial cayó hasta su mínima de cinco meses", explica Hamburg Commercial Bank (HCOB) en su informe.
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El sector manufacturero español se queda al borde del estancamiento en agostoNo obstante, agrega la firma germana, los precios cobrados por los productos de la zona euro subieron por primera vez desde abril de 2023 en medio del tercer aumento mensual consecutivo de los costes operativos. Esto, a pesar de la rápida contracción de las ventas en agosto.
Según HCOB, el rendimiento de las fábricas se vio afectado por una nueva contracción pronunciada de los nuevos pedidos recibidos en agosto. Además, la caída de las ventas en total fue la más pronunciada en lo que va de año, y en líneas generales estuvo en concordancia con la observada en promedio durante el actual período de veintiocho meses de contracción de la demanda. También se registraron entradas más débiles de nuevos pedidos de exportación y el ritmo de declive fue el más pronunciado en ocho meses.
"Esta caída más intensa de las ventas hizo que los pedidos pendientes de los fabricantes de la zona euro tuvieran una mayor importancia como medio para sostener la producción. De hecho, los volúmenes de pedidos por completar se redujeron al ritmo más rápido desde febrero. La caída de la producción se ralentizó ligeramente y fue notablemente más débil que la de los nuevos pedidos", agregan estos analistas.
Por otro lado, HCOB destaca que se observaron medidas de reducción y recorte de gastos en agosto. En consecuencia, los volúmenes de compra disminuyeron a un ritmo que "no solo fue sustancial, sino también el más fuerte desde abril". "El volumen de stocks de compras se contrajo por decimonoveno mes consecutivo, mientras que los stocks de productos terminados también disminuyeron. No obstante, los ritmos de declive se ralentizaron en ambos casos", añade la firma germana.
Asimismo, los niveles de empleo en las fábricas de la zona euro se redujeron de nuevo a mediados del tercer trimestre, extendiendo el periodo de recorte de empleo a quince meses. Según el informe de HCOB, la reducción de la dotación de personal coincidió con otro mes en el que la confianza empresarial se debilitó.
"En términos generales, las expectativas de crecimiento de la producción en el plazo de doce meses fueron las más débiles desde marzo y estuvieron por debajo del promedio a largo plazo de la serie", apunta el banco alemán.
Por tercer mes consecutivo, los fabricantes de la zona euro informaron de un aumento de sus costes en general. La tasa de inflación se desaceleró ligeramente, pero se mantuvo cerca de la máxima de dieciocho meses registrada en julio. A pesar de las contracciones pronunciadas y sostenidas de los nuevos pedidos, los productores de la zona euro subieron sus precios cobrados por primera vez desde abril de 2023. No obstante, la inflación de los precios de venta fue "solo modesta".
Para Cyrus de la Rubia, economista jefe de HCOB, el diagnóstico es claro: "La situación está yendo cuesta abajo y sin freno". Según este experto, el sector manufacturero sigue "estancado en una desaceleración", ya que las condiciones empresariales "han empeorado al mismo ritmo sólido" durante tres meses consecutivos, llevando la recesión a "un agotador período de veintiséis meses y contando".
"Los nuevos pedidos, tanto nacionales como internacionales, se están atenuando aún más, frustrando cualquier esperanza a corto plazo de una reactivación. Para el colmo de males, los precios de los insumos han estado subiendo de nuevo desde junio. Pese a ello, hay un lado positivo en la medida en que las empresas lograron repercutir parte del incremento de estos costes a sus clientes en agosto", subraya.
Pese a todo, este estratega señala que la fase deflacionista en el sector de productos "podría estar llegando a su fin". "Por primera vez desde abril de 2023, los precios de venta aumentaron, impulsados por Francia, los Países Bajos, Grecia e Italia. Esto podría significar un problema para el Banco Central Europeo (BCE), que ha estado forcejeando con la inflación persistente en el sector servicios mientras depende de la caída de los precios en el sector manufacturero para mantener la desinflación a raya", agrega.
En este sentido, De la Rubia destaca que el incremento de los costes del transporte es en parte responsable de este repunte en la presión de los precios. "Aunque el aumento de los precios de los productos sigue siendo modesto, el BCE sin duda seguirá de cerca esta evolución", apunta el economista jefe de HCOB. No obstante, este analista recalca que, "con una caída tan generalizada en todos los ámbitos, hay pocas señales de que la situación vaya a mejorar en un futuro cercano".