La economía del sector manufacturero de España se mantuvo firmemente en modo expansivo en enero, según el índice PMI. Mientras los nuevos pedidos aumentan a un ritmo más fuerte, el crecimiento de la producción de nuevo se ve limitado debido a los desafíos relacionados con la oferta. Por su parte, la inflación de los precios cobrados alcanza récord.
El Índice PMI del sector manufacturero español, elaborado por la consultora Markit y publicado este martes, registró 56,2 en enero, una lectura igual a la de diciembre, situándose por encima del nivel de ausencia de cambios de 50 por duodécimo mes consecutivo.
El crecimiento del empleo se fortaleció y la actividad de compras aumentó marcadamente. Sin embargo, los desafíos en la adquisición de insumos persistieron, ya que los plazos de entrega de los proveedores volvieron a alargarse notablemente y, por lo tanto, limitaron el crecimiento de la producción.
Las presiones de los precios también persistieron. A pesar de que la inflación de los precios de los insumos se moderó hasta su mínima en cinco meses, siguió siendo considerable. Por su parte, las tarifas cobradas aumentaron a una tasa récord del estudio.
Los volúmenes de nuevos pedidos aumentaron considerablemente en el primer mes de 2022 y las empresas informaron de una mayor demanda tanto de fuentes nacionales como internacionales. Los pedidos de exportación aumentaron a un ritmo sólido, mientras que el periodo de crecimiento de los nuevos pedidos en total se extendió a doce meses.
Los fabricantes también confían en que la tendencia positiva de las ventas persistirá durante los próximos meses, y las expectativas alcanzaron su nivel más alto en cuatro años. Las empresas vincularon dicho optimismo con la esperanza de que la situación relacionada con la pandemia del Covid-19 continúe mejorando, lo que conducirá a un mayor aumento de ventas y producción.
No obstante, persistieron algunas inquietudes sobre el impacto adverso que la escasez de oferta y las elevadas presiones de los precios están teniendo en la producción. Los datos de enero mostraron que la producción aumentó sólidamente, pero a un ritmo de crecimiento más lento que en diciembre y muy por debajo de la medida equivalente de los nuevos pedidos. Esto inevitablemente condujo a una mayor presión en la capacidad; los pedidos pendientes de realización aumentaron considerablemente y al ritmo más rápido en tres meses.
No obstante, la nota positiva fue que las empresas optaron por contratar personal adicional. El crecimiento del empleo fue el más fuerte desde septiembre de 2021, registrando una expansión por undécimo mes consecutivo.
Por el lado de la oferta, los plazos medios de entrega volvieron a alargarse considerablemente, aunque al ritmo más débil desde agosto de 2021. Las empresas comentaron nuevamente las dificultades para adquirir insumos en un momento de escasez generalizada de productos y los persistentes desafíos relacionados con los servicios de transporte, especialmente con el transporte marítimo.
A la presión de los proveedores se sumó la continua y fuerte demanda de insumos. La actividad de compras aumentó considerablemente, aunque a la tasa más débil en diez meses, y las empresas indicaron la necesidad de reforzar sus stocks de seguridad y respaldar las necesidades de producción actuales. Los stocks de compras aumentaron en general, ya que las empresas continuaron acrecentando sus stocks con los escasos insumos disponibles en el mercado.
Por último, las presiones de los precios se mantuvieron fuertes. Los costes relacionados con muchas materias primas, la energía y los servicios de transporte continuaron aumentando. Aunque extremadamente alta, la inflación de los precios de los insumos cayó hasta su mínima de cinco meses. No obstante, las tarifas cobradas aumentaron por decimocuarto mes consecutivo, ya que las empresas optaron por proteger sus márgenes de beneficios. De hecho, la tasa de aumento fue la más pronunciada registrada en la historia del estudio hasta la fecha.
"La economía del sector manufacturero de España continuó expandiéndose notablemente en enero, respaldada por niveles crecientes de nuevos pedidos, tanto nacionales como extranjeros", comentan desde Markit. "Como nota positiva, las empresas esperan que las tendencias alcistas de las ventas continúen durante 2022, por lo que la confianza en el futuro alcanzó su nivel más alto en cuatro años".
"A pesar de una mayor moderación, la escasez de oferta persiste y sigue generando presiones de precios extremadamente altas. Estos factores siguen siendo una preocupación para las empresas, que de todas formas pudieron repercutir una parte importante del alza de sus costes a los clientes al aumentar sus tarifas a una tasa sin precedentes en enero", añaden.