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El sector manufacturero español ha registrado en mayo el ritmo más fuerte de expansión en 23 años, gracias principalmente al impulso generado en los últimos meses. Las carteras de pedidos aumentaron, por lo que la producción se incrementó fuertemente y se volvieron a crear puestos de trabajo.

Así se refleja en el índice PMI elaborado por la consultora Markit y publicado este martes. En mayo, subió de 57,7 registrado en abril a 59,4, su nivel más alto desde mayo de 1998. El índice también se situó por encima del nivel de ausencia de cambios de 500 por cuarto mes consecutivo.

No obstante, menos positiva fue la persistente gravedad de los retrasos por el lado de la oferta, ya que el fuerte aumento de la demanda de insumos provocó una severa escasez de productos y considerables presiones inflacionistas. Tanto los precios de compra como los precios de ventas aumentaron a sus máximas en las historias de sus respectivas las series.

Los incrementos más rápidos tanto de la producción como de los nuevos pedidos impulsaron el índice PMI al alza. En el caso de las ventas, el aumento neto fue el más pronunciado registrado por el estudio desde diciembre de 2006 en medio de informes de un fuerte aumento de la demanda, tanto en el país como en el extranjero. Los nuevos pedidos para exportaciones aumentaron al ritmo más fuerte de tres años y medio gracias a una demanda notablemente mayor de los países europeos vecinos.

Mientras tanto, la producción aumentó al ritmo más fuerte en más de 14 años a medida que las empresas reforzaron la producción en respuesta al incremento de las ventas. Aunque hubo algunos informes de que la producción estuvo restringida en cierta medida por las limitaciones de la oferta, de todos modos la producción aumentó por cuarto mes consecutivo.

De hecho, los últimos datos mostraron que los plazos medios de entrega de los insumos se deterioraron a un ritmo solo superado una vez en la historia del estudio (en abril de 2020). Hubo informes generalizados de un considerable exceso de demanda sobre la oferta, que en consecuencia condujo a una importante escasez de productos en los almacenes de los proveedores. Los metales, los plásticos y la madera fueron especialmente difíciles de obtener según los encuestados, quienes también informaron que el precio de estos productos aumentó considerablemente. Puesto que el coste del combustible también subió, los precios de los insumos en general aumentaron a un ritmo severo y sin precedentes en mayo.

Las empresas respondieron al aumento de los costes subiendo sus tarifas a una tasa récord de la serie. Se informó que una mayor demanda del mercado conllevó a una mejora relativa de su poder de fijación de precios. Las dificultades en el abastecimiento de insumos significaron que las empresas optarán por satisfacer la creciente tendencia de la producción y de la cartera de pedidos a través de una mayor utilización de sus stocks de materias primas y productos terminados. Los stocks de productos terminados disminuyeron al ritmo más acentuado desde agosto del año pasado.

No obstante, dado que los nuevos pedidos aumentaron a un ritmo más pronunciado que la producción, los fabricantes continuaron experimentando un aumento de las cargas de trabajo en sus plantas. El crecimiento se aceleró hasta su nivel más alto desde que los datos de esta variable se recopilaron por primera vez, a mediados de 2002. Las empresas respondieron aumentando de nuevo sus niveles de empleo a un ritmo marcado. Algunas empresas mencionaron que algunos trabajadores se han reincorporado tras los programas de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Desde Markit destaca que "mayo fue otro mes estelar para el sector manufacturero español, ya que los nuevos pedidos y la producción aumentaron a unos ritmos no observados desde antes de la crisis financiera mundial. El crecimiento está siendo impulsado por la creciente reapertura de las economías y la continua fortaleza de la demanda, tanto a nivel nacional como en los países europeos vecinos".

Consideran que el incremento de la producción "probablemente habría sido mayor si no hubiera sido por las restricciones de la capacidad y las continuas dificultades para obtener una amplia gama de insumos, como los plásticos, los metales y la madera. Si bien se espera, y se prevé, que estos desafíos por el lado de la oferta eventualmente disminuyan, tal escasez está conduciendo inevitablemente a fuertes presiones inflacionistas. Como las empresas se han visto impulsadas por el fortalecimiento relativo de su poder de fijación de precios en los últimos meses, los precios cobrados también están aumentando a una tasa sin precedentes".

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