un employe deplace des draperies dans la manufacture de l entreprise textile trigema a burladingen

El sector manufacturero español siguió anclado en una desaceleración, según muestran los datos del índice PMI de julio. "El deterioro del sector avanza a paso firme, aunque sin pánico. Aún así, se trata de una desaceleración, ya que la producción está cayendo y están entrando menos pedidos nuevos. Existe una mayor posibilidad de que el sector experimente una recesión leve en la segunda mitad del año".

Así, el índice PMI del sector manufacturero español se situó por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 por cuarto mes consecutivo y manifestó un nuevo deterioro de la salud del sector manufacturero español en julio. La última lectura de 47,8 fue inferior a la de 48 registrada en junio y señaló el ritmo más fuerte de contracción en lo que va de año.

"Puede aportar un poco de consuelo que la caída de la actividad sea mucho más pronunciada en otras partes de la zona euro, tal y como lo demuestran las últimas estimaciones flash publicadas", apuntan desde Hamburg Commercial Bank.

Los colaboradores del estudio comentaron que la debilidad de la demanda siguió desempeñando un papel clave en el impulso de la desaceleración del sector en general en julio, hecho subrayado por los datos de la última encuesta, que registraron una contracción de los nuevos pedidos recibidos por las empresas manufactureras españolas por cuarto mes consecutivo. De hecho, la última reducción fue sólida en general y la más pronunciada en lo que va de año. Un factor contribuyente a la caída de las ventas en total fue un deterioro más fuerte de la demanda del mercado exterior. Los nuevos pedidos para exportaciones disminuyeron a un ritmo importante, que también fue el más rápido en lo que va de año hasta la fecha.

Por su parte, los fabricantes españoles volvieron a recortar sus volúmenes de producción por tercer mes consecutivo en julio. En particular, la última reducción fue la más fuerte observada desde enero pasado.

A juzgar por las empresas encuestadas, las caídas sostenidas de los nuevos pedidos conllevaron a una mayor reducción de la compra de insumos en julio. La actividad de compras disminuyó por cuarto mes consecutivo y al ritmo más rápido en ocho meses. En consecuencia, los niveles de stocks de compras cayeron de nuevo y lo hicieron a un ritmo acelerado. Los colaboradores de la encuesta mencionaron que las empresas optaron por reducir estratégicamente los stocks en línea con la tendencia actual de débil demanda. Las existencias de productos terminados también disminuyeron por razones similares.

Debido a la caída de los nuevos pedidos y la renuncia a hacer acopio de stocks, los fabricantes españoles enfocaron sus recursos en completar las cargas de trabajo pendientes en julio. El ritmo de disminución de la cartera de pedidos fue el más fuerte en lo que va de año y fue sólido en general.

Los fabricantes también recortaron sus plantillas por segundo mes consecutivo en julio, debido a la caída de los volúmenes de producción y a la disminución de los nuevos pedidos. No obstante, la tasa de reducción de empleo fue solo leve y sin cambios con respecto a la observada en junio.

A pesar de la disminución de la demanda de insumos, el desempeño de los proveedores se deterioró en julio. Los plazos medios de entrega se alargaron por primera vez desde febrero pasado en medio de informes de dificultades en las líneas de producción de los proveedores.

MAYOR PRESIÓN A LA BAJA DE LOS PRECIOS

Respecto a los precios, la débil demanda de los clientes ejerció una mayor presión a la baja en los precios. Los datos de julio señalaron otra caída sustancial de los costes de los insumos, que fue la más rápida desde junio de 2009. Mientras tanto, los precios cobrados disminuyeron por cuarto mes consecutivo y a la tasa más pronunciada en poco más de tres años.

Las empresas encuestadas comentaron que unos menores costes de las materias primas y de la energía respaldaron la última caída de los precios de los insumos en julio y, a su vez, los fabricantes repercutieron dichos descensos de los costes a sus clientes. Algunas empresas indicaron que fijaron precios más competitivos en un intento por conservar su cuota de mercado.

Por último, las empresas manufactureras españolas mantuvieron una perspectiva positiva en cuanto a sus niveles de producción futuros. Se mencionaron oportunidades de crecimiento incluyendo la esperanza de un repunte de la demanda del mercado y expansiones de capacidad planificadas. No obstante, el grado de confianza se mantuvo históricamente bajo y solo modesto en general.

Desde Hamburg Commercial Bank comentan que el sector exportador español "se enfrenta a una fase inquietante a medida que los nuevos pedidos de exportación pierden más terreno, cayendo a su ritmo más rápido desde diciembre del año pasado. El sector de bienes de capital, que ha sido el pilar de la industria en la primera mitad del año, ahora parece haber perdido su capacidad de recuperación".

"Su índice PMI correspondiente ha caído en territorio de contracción. Posiblemente algunas empresas hayan frenado sus planes en medio de la incertidumbre en el contexto de las elecciones generales realizadas a finales de julio. Tras las graves interrupciones de las cadenas de suministro durante la pandemia, los plazos de entrega han vuelto a la normalidad. Los últimos datos de la encuesta indicaron que los plazos de entrega ya no se acortan, a diferencia de lo que había ocurrido durante los últimos meses", añaden.

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