El irreductible y arrogante ministro de Finanzas alemán, Wolfang Schäuble, un duro y curtido político profesional de la CDU que fue ministro del Interior con Kohl y se vio envuelto en los oscuros episodios de la financiación ilegal de su partido, es hoy una especie de guardián de las esencias de la Unión Europea y se ha convertido en un antipático debelador de todas las heterodoxias.
La hegemonía de la gran potencia será soportable mientras se ejerza en tono diplomático y cordial y vaya en la dirección sensata de la conciliación y el pacto...
En el caso de Grecia, Schäuble, ignorante en apariencia de que el asunto tiene, además de su obvia trascendencia económica, un profundo calado político, mantiene con chirriante firmeza su posición de que el país heleno tiene que salir del euro. La razón que aduce que es que la deuda griega es tan exorbitante que el país no saldrá adelante si no obtiene una quita sustancial, pero ello es incompatible con la pertenencia a la unión monetaria.
La argumentación es impecable… pero ignora que lo que está en juego no es tanto el porvenir de Grecia –un pequeño país de 11 millones de habitantes- sino el de la Eurozona, en realidad el de toda la Unión Europea, porque la incapacidad de la zona euro para mantener la cohesión del conjunto y para resolver los problemas periféricos debilitaría extraordinariamente la moneda única. En definitiva, para resolver el problema griego no se pueden oponer las normas limitantes actuales sino invocar las que habrá que disponer en un futuro próximo, en una gran unión fiscal y bancaria, para que estos conflictos no se produzcan.
Merkel, muy hosca estos días, sí ha sido capaz sin embargo de ver la auténtica dimensión europea, trascendente, del problema, mientras su conmilitón Schäuble, cerril, estimula el populismo con sus exabruptos rupturistas que además arrojan una imagen infame de Alemania. Porque la hegemonía de la gran potencia será soportable mientras se ejerza en tono diplomático y cordial y vaya en la dirección sensata de la conciliación y el pacto, pero se volverá inadmisible el mismo día en que se exprese de forma abrupta o inamistosa.
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