Pedro Sánchez acaba de aterrizar en La Moncloa junto a su nuevo gabinete, aunque no podrá perder ni un minuto si quiere cumplir sus promesas y las obligaciones fijadas en el calendario. Entre ellas, una de las más importantes: aprobar el techo de gasto para 2019, su mayor reto en esta primera parte de su mandato. El presidente del Gobierno aumentará el límite de gasto para el año que viene para financiar la mejora en las políticas sociales anunciadas, pero si quiere cumplir con Bruselas no le quedará otra que subir impuestos.
Ya lo insinuaba este viernes la ministra de Educación y portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior a la primera reunión del Consejo de Ministras y Ministros (como se ha autodenominado el gabinete de Sánchez). "Hay posibilidad de mejorar las políticas sociales sin incumplir los objetivos de déficit pactados con Bruselas con los que comprometió Pedro Sánchez", aseguró Celaá, dando a entender que la vía de los impuestos está totalmente abierta para financiar estas medidas.
"Hay posibilidad de mejorar las políticas sociales sin incumplir los objetivos de déficit pactados con Bruselas con los que comprometió Pedro Sánchez", dijo la portavoz, Isabel Celaá
Aunque la duda es cuándo lo haría el Gobierno, porque un día antes la nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, descartaba tocar los impuestos en el corto plazo. Abogaba por ver si la evolución económica "puede aportar los recursos suficientes para sufragar el Estado de bienestar" antes de lanzarse a subir impuestos.
No obstante, la vía para sostener el aumento del gasto que casi con toda seguridad acometerá el nuevo Gobierno socialista no sólo pasa por elevar los tributos ya existentes, como el IRPF o el IVA, sino que también podría llevarse a cabo con nuevos impuestos a las rentas altas, a la banca o a las sicavs, e incluso recuperando otros como el de patrimonio.
Hay muchas opciones, y todas están encima de la mesa. Sobre todo porque el propio Sánchez se ha comprometido a respetar los compromisos con Bruselas. En 2018 España debe quedarse con un déficit del 2,2%, mientras que para 2019 el objetivo es rebajar esta cifra hasta el 1,3%, aunque las previsiones ya apuntan al incumplimiento. En ambos casos. Por ello, si el nuevo Gobierno socialista quiere mejorar las políticas sociales sin poner en jaque a la economía española, no quedará otra que acometer cambios en los impuestos. La única forma de evitar este escenario sería aumentar la recaudación, algo que se podría lograr si el Producto Interior Bruto (PIB) creciese más de lo previsto, pero eso, de momento, está descartado. Todas las previsiones apuntan a que la economía española seguirá creciendo, aunque lo hará a un ritmo más lento que hasta ahora e, incluso, algunos organismos apuntan que podría crecer menos de lo previsto.
CONTENTAR A PODEMOS
Entonces, ¿por qué tocar ahora el techo de gasto? La respuesta es sencilla. Primero, porque es imprescindible para cumplir con la promesa de mejorar en políticas sociales. Y segundo, para contentar a Podemos, que apoyó a Sánchez en la moción de censura y ahora está descontento. Así ha quedado de manifiesto en las declaraciones del líder del partido morado, Pablo Iglesias, de los últimos días. De hecho, ha dicho que los ministros que ha elegido el presidente son los que "gustan" al PP y Ciudadanos, y no a quienes le ayudaron a apartar a Mariano Rajoy del poder.
De ahí la necesidad de dar este paso, aunque eso suponga aumentar el gasto. "El Gobierno intentará dar un toque social a la nueva política, y para ello el techo de gasto tiene que aumentar", afirma Ramón Alfonso, profesor del departamento de Empresa y Economía de la Universitat Abat Oliba CEU. El techo de gasto es el límite de gasto público no financiero (sin incluir los intereses de la deuda) en el que pueden incurrir las administraciones del Estado para no poner en riesgo la estabilidad de las cuentas del país, y se calcula de forma previa a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Alfonso cree que el Ejecutivo socialista aumentará el gasto, pero señala que si no lo hace "los otros partidos se lo pedirán", dice en referencia a aquellos que apoyaron a Sánchez para que triunfase la moción. Por su parte, Juan Fernando Robles, profesor de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), apunta a que la confección del techo de gasto, que lleva aparejado un escenario macroeconómico de previsiones, servirá para que el nuevo Gobierno "se retrate", tanto sobre el gasto que va a realizar, como sobre las estimaciones de crecimiento que hace o cuánto déficit quiere tener. "Sánchez quiere hacer muchas cosas, pero debe decir de dónde va a sacar el dinero para ello", apunta.
La confección del techo de gasto, que lleva aparejado un escenario macroeconómico de previsiones, servirá para que el nuevo Gobierno de Sánchez "se retrate"
Además, Robles señala que otros gobiernos socialistas se caracterizaron por "sobreestimar el crecimiento económico y la recaudación fiscal" en sus previsiones para "poder gastar más", y al no cumplirse eso "acababa por generar más déficit", por lo que cree que el Gobierno de Sánchez tendrá que tener cuidado y ser lo más "realista" posible para no provocar desviaciones. "Todo tiene que cuadrar, no se puede gastar lo que no se ingresa", remarca el profesor de la UDIMA.
Sea como sea, el techo de gasto que apruebe el Ejecutivo tendrá que pasar su propio examen en el Congreso. La Cámara baja deberá dar su visto bueno, lo que significa que Sánchez tendrá que contentar a sus 'socios' de moción, cuyos votos necesita para sacar esta medida adelante. Hay que recordar que el PSOE sólo tiene 84 escaños, por lo que tendrá que sumar a Unidos Podemos y otras fuerzas si quiere superar este primer reto.
"Le va a costar conseguir ciertos apoyos, y hay que tener claro que no siempre va a tener el apoyo de los 180 diputados que dijeron 'sí' a la moción", apunta Emilio Serrano, politólogo y consultor de comunicación en Asesores de Comunicación Pública. En opinión de este experto, si Pedro Sánchez "enfoca su agenda económica" en ampliar el gasto social y llevar a cabo otras medidas como equilibrar las pensiones y atajar la precariedad en el empleo, "no le será difícil conseguir el apoyo de Podemos y otros grupos".