El Gobierno está ultimando la nueva batería de impuestos que ha anunciado, y que afectarán a la banca, a las tecnológicas y al diésel. El presidente, Pedro Sánchez, ha sido objeto de críticas por las medidas impositivas que ha planteado, aunque se mantiene firme. Sobre el sector financiero, dice que es un sector que "tiene que contribuir de una manera mucho más específica a los ingresos públicos".
El jefe del Ejecutivo ha incidido, en una entrevista en eldiario.es, en que los nuevos impuestos a la banca es algo de lo que se viene hablando desde el inicio de la crisis en "varias cumbres como la del G20". "Vamos a explorar esa vía, y esperamos que podamos contar con el apoyo de la Cámara", ha remarcado Sánchez.
También ha hablado del impuesto que quiere imponer a las tecnológicas. "Va a ir en la senda de muchos de los impuestos puestos en marcha ahora mismo por algunos países europeos", ha confirmado el presidente. El objetivo del Gobierno es crear un tributo que se vincule a los servicios de esas empresas tecnológicas, que "no están pagando los impuestos que deben". "En esto hay bastante consenso en Europa", ha remarcado como ya hiciese la semana pasada en su intervención en el Congreso de los Diputados.
Según ha dicho Sánchez, cuando el Ejecutivo apruebe el mencionado impuesto a las tecnológicas España se va a convertir en "uno de los países pioneros en Europa" al aprobar este tipo de tributación.
Y en la entrevista también ha hablado de la subida del Impuesto de Sociedades para las grandes empresas. El Gobierno propone imponer un mínimo del 15% a los grandes conglomerados. "Es evidente que en el impuesto de sociedades, los tipos efectivos de las grandes empresas es inferior al de muchas pequeñas y medianas", dice Sánchez, que insiste en que es una cuestión de "justicia fiscal" que estas grandes compañías paguen más.
"No es que nosotros vayamos contra las grandes corporaciones porque no. Respetamos que creen empleo. Pero creemos que tienen que contribuir con mayor capacidad de esfuerzo que las pequeñas y medianas empresas", ha resaltado el presidente.
Por otro lado, sobre el polémico impuesto al diésel, Sánchez lo ha defendido diciendo que "hay que abrir un debate sobre la necesidad de articular una tributación que cambie los hábitos y los usos de los ciudadanos". Ha recordado que España "está a la cola de la tributación ecológica", y dado que el Gobierno se ha comprometido con la lucha y adaptación al cambio climático, ve necesario impulsar las energías renovables, por lo que ha decidido hacer "lo que están haciendo otros países europeos, que es precisamente la imposición al diésel".
Ha insistido en que el nuevo impuesto no va a afectar "a aquellos trabajadores y sectores que por motivos laborales utilizan este tipo de carburante", pero sí a aquellos que lo usan de forma personal. "Creo que el diésel tiene que ser un combustible que cada vez pese menos", ha afirmado. A su juicio, es "evidente" que en la transición energética y ecológica el diésel "tiene que dejar de ser un carburante a utilizar por los vehículos en la movilidad urbana".