Se dan por rotas las negociaciones entre el Gobierno de Francia y las refinerías del país después de días de huelga del personal que ha provocado problemas de abastecimiento de carburante. Alrededor del 30% de las estaciones de servicio no tienen combustibles o andan escasos. Además, ha forzado el cierre de varias gasolineras. Los sindicatos exigen que los trabajadores reciban aumentos salariales.
Hace unos días, el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguraba que la situación en las gasolineras volvería a la normalidad durante la próxima semana. Pero tras estancarse las negociaciones está por ver si la solución está cerca o no. Sin embargo, Macron ha insistido en que hay que dejar que la negociación entre las empresas petroleras y los sindicatos permitan poner fin al conflicto.
Eso sí, "si el diálogo social no da resultados" se recurrirá de forma más extensa a la movilización forzada del personal, ha asegurado. Y es que las autoridades francesas ya han enviado notificaciones administrativas para forzar la vuelta al trabajo de algunos empleados del sector energético.
Los trabajadores en huelga reprochan a empresas como TotalEnergies y a ExxonMobil que no compartan los beneficios registrados por la subida de los precios del combustible que ha acarreado la guerra en Ucrania y reclaman una subida salarial que compense la pérdida de poder adquisitivo por el tirón de la inflación.
El próximo 18 de octubre, varios sindicatos franceses han convocado "movilizaciones y paros" para reclamar "el aumento de salarios, pensiones y mínimos sociales, y la mejora de las condiciones de vida".
