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La alta inflación y el agresivo endurecimiento monetario de los bancos centrales han sometido al mercado a una fuerte presión durante 2022. La inestabilidad ha sido una constante durante todo el año, pero de cara a los próximos doce meses, la incertidumbre macroeconómica ofrecerá grandes oportunidades a los inversores que estén dispuestos a asumir riesgos a medio y largo plazo. Y la diversificación será la clave.

"Añadir un conjunto más amplio de activos a la cartera debería ayudar a afrontar los retos que plantea un periodo prolongado de inflación elevada", indican desde UBS AM.

Pero, ante este contexto, desde la firma se preguntan qué cabe esperar en el futuro y si hay suficiente rendimiento en los bonos para que el mix 60/40 vuelva a ser apropiado en las carteras, después de un 2022 para olvidar.

Durante los últimos años, los inversores se han beneficiado de una correlación negativa constante entre la renta variable y la renta fija. Es decir, cuando la renta variable caía, el mercado se refugiaba en la renta fija. Sin embargo, la elevada inflación sufrida durante los últimos meses ha puesto fin a esta ecuación y "los inversores no han tenido prácticamente ningún lugar donde esconderse", afirma Jaime Raga, senior CRM de UBS AM Iberia.

"Esto ha hecho que la correlación típicamente negativa entre las acciones y los bonos se vuelva positiva. A mediados de noviembre, la rentabilidad en lo que va de año de una cartera con una ponderación del 60% en acciones estadounidenses y del 40% en bonos del Tesoro de EEUU es del -15%", destaca el experto. Una situación que ha provocado que 2022 haya sido uno de los peores años registrados para una cartera estadounidense 60/40.

El escenario inflacionista continuará en 2023 y los inversores deben tener en cuenta que los riesgos para el crecimiento económico seguirán presentes, por lo que apostar por la diversificación será una de las mejores opciones.

"Nuestras estimaciones indican que nos encontramos ante un escenario de inversión mucho más atractivo en comparación con hace 12-15 meses. Y para los inversores que adoptan la diversificación y aumentan las carteras con clases de activos adicionales, el perfil de rentabilidad previsto es aún mejor", señalan en UBS AM.

LAS DIVISAS, OTRO ACTIVO CLAVE

El esperado aumento de la rentabilidad en todas las clases de activos viene motivado por una mejora de las valoraciones. En este sentido, desde la firma prevén que, unas valoraciones más favorables, al tiempo que se mantienen unas perspectivas similares para la actividad real, conllevan unas expectativas de rentabilidad más elevadas, en igualdad de condiciones. "Nuestra expectativa de rentabilidad del efectivo ha aumentado sustancialmente, de menos del 1,0% al 3,8%, tras las importantes subidas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales", estima Raga.

Del mismo modo cree que las divisas serán otro activo clave. El dólar estadounidense se ha encarecido aún más en el último año, lo que, según sus proyecciones, aumenta la depreciación prevista del dólar con el tiempo, a medida que se acerca a su valor razonable.

"Creemos que esto impulsará los rendimientos de los inversores basados en el dólar que mantienen activos internacionales en un horizonte de cinco años", subraya el experto.

En las principales clases de activos líquidos, como la renta variable, la deuda pública y el crédito, las perspectivas de referencia para las rentabilidades esperadas por UBS AM también son significativamente más altas gracias al endurecimiento de los bancos centrales.

"Con este cambio de régimen, por fin es posible obtener algunos beneficios en los bonos. Esto debería ser una buena noticia para las perspectivas de las carteras multiactivo diversificadas. Creemos que la diversificación más allá de una amplia cartera 60/40 es importante ahora más que nunca, con rendimientos esperados positivos en todas las clases de activos y una correlación negativa menos fiable entre acciones y bonos", asevera el analista.

ES MOMENTO PARA DIVERSIFICAR

Desde UBS AM consideran que la incertidumbre macroeconómica aumenta el atractivo de diversificar la exposición de la cartera "más allá de las acciones tradicionales y la deuda pública".

A modo de ejemplo, comentan que una cartera más diversificada, compuesta por acciones mundiales, una gama más amplia de bonos, como high yield global, y exposición a activos reales pueden proporcionar protección contra la inflación.

"Esta cartera diversificada ofrece el mismo perfil de riesgo que la cartera 60/40, pero con una rentabilidad esperada superior a pesar de una reducción del 5% en la asignación a la renta variable mundial", puntualizan en UBS AM.

Por ello, ven beneficios en la diversificación más allá de una amplia cartera 60/40, incorporando clases de activos adicionales en la construcción de la cartera: una selección más amplia de mercados dentro de la renta fija, como el crédito, así como la exposición a los activos reales.

"Es probable que estas carteras multiactivos diversificadas sean más resistentes y estén mejor posicionadas para actuar en diferentes regímenes y, particularmente, en entornos macroeconómicos más inflacionistas en el futuro", concluye Raga.

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