El repunte del IPC de marzo en Estados Unidos ha sido mayor de lo esperado, y llega en un momento clave para la política monetaria, ya que tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo (BCE) habían adelantado su intención de comenzar a recortar los tipos de interés este año. Sin embargo, el dato conocido este miércoles puede alterar su hoja de ruta, y la probabilidad de un primer recorte en junio en EEUU ha caído al 19% desde el 56% de ayer, según la herramienta FedWatch del CME Group.
Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch, asegura que "el repunte del IPC en EEUU borra del mapa un recorte de tipos de la Fed en junio y es un dilema para el BCE".
"Los mercados han venido descontando al menos un corte de tipos del BCE en junio. La depreciación del euro con respecto al dólar después del anuncio indica que un recorte del BCE antes que la Fed es una posibilidad real. Un recorte así podría ser contraproducente, pues un euro depreciado aumentaría el precio de los bienes importados generando más presión inflacionaria", asegura.
Ahora, el BCE se mueve en un terreno incierto para tomar sus próximas decisiones, ya que "por un lado, la economía de la eurozona sigue desacelerándose especialmente porque Alemania y Francia, las economías más grandes, siguen contrayéndose; y por otro lado, la presión inflacionista sigue alta especialmente en los alimentos y en el sector servicios".
Además, comenta, "los salarios siguen aumentando y se espera que sigan aumentando por las negociaciones de tarifas que aún están pendientes en varios países de la Eurozona".
"Dado que los salarios son el mayor rubro de costos de las empresas especialmente en el sector servicios, los aumentos salariales tienden a ser inflacionarios. Un aumento en la productividad podría amortiguar el efecto inflacionario de los salarios, pero la productividad laboral en la eurozona prácticamente no ha aumentado desde hace una década. Mientras que el estancamiento económico invita a reducir tipos, la presión inflacionaria invita a esperar", añade.
De esta manera, los mercados siguen impregnados de "un alto grado de incertidumbre", como muestran "las volátiles reacciones a la publicación de un dato puntual como la tasa de inflación". Además, "los bancos centrales han contribuido a la incertidumbre pues sus modelos de inflación dejaron de funcionar en 2021 y decidir qué hacer reunión por reunión no pueden dar una guía clara sobre su toma de decisiones".