ep detalle de unos maniquies con mascaras de proteccion en las tiendas de moda urban de pamplona
Detalle de unos maniquíes con máscaras de protecciónEduardo Sanz / Europa Press - Archivo

Nos despedimos de 2020, uno de los peores años que se recuerdan en la época moderna. La situación económica y social se ha visto lastrada por la crisis derivada del coronavirus. El sector de la moda, que engloba al grupo textil, ha sido sin duda uno de los más afectados por la pandemia. Representa el 2,8% del PIB español y da trabajo al 4,1% del mercado laboral, por lo que es uno de los sustentos de la economía de nuestro país. Por ello, se enfrenta a un 2021 plagado de dudas y con la obligación de reinventarse para sobrevivir a la recesión que se avecina.

Su relevancia en la economía se ha visto perjudicada por las restricciones impuestas para frenar la oleada de contagios, que han generado una caída masiva en el turismo y en el gasto de los compradores más habituales.

El sector confirma la hecatombe en la industria de la moda. Un estudio de The Boston Consulting Group habla de una caída de entre el 35-40% en la facturación anual respecto al año pasado, cifrado en unos 6.000-7.000 millones de euros. En los mismos números se mueven los datos de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), que estiman que las ventas han descendido un 40,5%.

En el mes de noviembre, el Black Friday se presentaba como una gran oportunidad para salvar las cuentas del año. No obstante, registró una caída del 37,1% respecto al mismo periodo de 2019, siguiendo la tendencia a la baja en las ventas de las tiendas de ropa durante este año. Los datos que más invitaron al optimismo fueron los correspondientes a los meses de junio y julio, con caídas del del 25,8% y el 22,5%, respectivamente.

REDISEÑARSE: UN 'TODO O NADA'

El sector ha tenido que rediseñarse y buscar nuevas alternativas de negocio para poder salir adelante y adaptarse a las circunstancias actuales de restricción de la movilidad y limitación social. Uno de los puntos clave que valora Acotex es el comercio online, que ha cogido impulso con la pandemia. Los consumidores se han visto obligados a realizar sus compras desde Internet y la industria ha tenido que actualizar sus negocios para prestar sus servicios a través de la red.

La proporción del comercio electrónico en las ventas totales aumentó del 8,8% en marzo de 2019 al 15,4% en el tercer mes de este año, dando muestra de la relevancia que ha cogido este canal de compra. A este medio se añaden redes sociales como Instagram, donde ahora uno puede adquirir productos con un simple clic. Sara Luna, de la firma Luis Luna, explica sobre la red social que "ahora le dan más importancia a la tienda que a subir fotos o vídeos. Así que esperemos que eso se traduzca en más ventas".

No obstante, desde Acotex afirman que, tras el confinamiento, "el 15% de las tiendas no abrieron y ahora alrededor del 25% de los establecimientos todavía no han abierto sus puertas al ver que las ventas de estos meses son una auténtica catástrofe".

Por otro lado, la alta costura ha tenido que reducir sus colecciones y limitar el número de desfiles. Es el caso de Gucci, que ha pasado de presentar ocho colecciones a únicamente dos, en la línea en que se movía la industria hace unos cuantos años. Esto contrasta con el hecho de que, con la expansión del fast-fashion y la globalización, los datos de compra de la generación actual son siete veces superiores a la generación anterior, según la periodista Dana Thomas.

En relación a la moda rápida, The Boston Consulting Group cree que la sociedad camina hacia valorar más la calidad que la cantidad, cobrando especial atención la cadena de producción y apostando por productos sostenibles y ecológicamente responsables. En este contexto, enfatiza también el negocio basado en la cercanía, apuntando a los pequeños comercios textiles.

EL SECTOR RECLAMA AYUDAS

Los expertos piden al Gobierno que considere el bache que están atravesando los miles de negocios y echen una mano al sector en un momento tan complicado de cara al 2021. Un estudio de EY reclama la suspensión y paralización de algunos impuestos y tasas locales como el IBI, al igual que el establecimiento de bonificaciones y reducciones en el Impuesto de Sociedades, para un sector en la que las mujeres representan más del 50% del empleo.

Acotex da la razón y va más allá. Entre sus propuestas destaca que es necesario condonar los impuestos correspondientes a los locales de moda, exonerar a los empresarios de las cuotas a la Seguridad Social, o reducir el IVA para fomentar el consumo.

Además, advierte que el sector necesita liquidez y evitar el endeudamiento, una moratoria en el pago de los préstamos ICO, y una solución para el pago de los alquileres comerciales.

La conclusión a la que llega la industria es que es el momento de reinventarse, adaptarse a las nuevas tecnologías y optar por la calidad, con materiales sostenibles que no atenten contra el medioambiente.

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