- Las entidades de financiación participativa añaden otro canal para conectar a los inversores con las empresas
Las plataformas de ‘crowdfunding’ surgen como alternativa a los métodos tradicionales de financiación durante la crisis y con el tiempo se han ido haciendo cada vez numerosas y más fuertes. "Es el inicio de un camino diferente, el sector ha llegado para quedarse", asegura Javier Villaseca, el socio fundador de Socios Inversores, una de las plataformas autorizadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
"La financiación alternativa es ya una realidad en España", afirma Sergio Antón, el fundador de MitripleA, otra entidad autorizada. Hasta ahora, cuatro son las que han conseguido la autorización por parte de la CNMV para operar pero hay una larga lista de espera.
Las entidades de financiación participativa añaden otro canal para conectar a los inversores con las empresas
En este sentido, once son las entidades que por el momento la han solicitado y algunas, como es el caso de Arboribus, ya la han recibido, aunque todavía no aparecen en la web oficial de la CNMV. Carles Escolano, el cofundador de la misma, apunta que "la regulación del sector es un elemento necesario para acelerar su crecimiento".
Hace algo más de un año, se incluyó un apartado (Título V) en la Ley 5/2015, de 27 de abril, de Fomento de la Financiación Empresarial que establece por primera vez un régimen jurídico para las plataformas de financiación participativa, dando cobertura a las actividades comúnmente denominadas como 'crowdfunding'.
LA AUTORIZACIÓN, UNA GARANTÍA LEGAL
La autorización que la CNMV otorga para operar ha revolucionado el sector. En este sentido, Pablo Escobedo, el responsable de comunicación de La Bolsa Social, la primera plataforma que recibió la autorización el pasado mes de diciembre, afirma que este paso en la legislación “ha supuesto un gran respaldo para la entidad, por la confianza generada en inversores y empresas. El público necesita percibir que hay garantías legales en el ‘equity crowdfunding’ y que las plataformas se ajustan al marco normativo”.
En la misma línea, Sergio Antón, el fundador de MitripleA, la tercera plataforma que ha recibido la autorización, explica que para su entidad este logro “supone un gran impulso para el sector a la vez que una correcta protección al inversor”, y subraya que “la financiación alternativa es ya una realidad en España”. Antón muestra su alegría por haber recibido recientemente el visto bueno de la CNMV (la autorización la recibió el 27 de julio), lo que les “anima a seguir creciendo”.
El socio fundador de Socios Inversores, Javier Villaseca, entidad que recibió la autorización el pasado 15 de julio, muestra su satisfacción por haber logrado la regulación en el sector de las plataformas crowdfunding “por fin” y así poder demostrar que el sector tiene transparencia y seguridad. También explica que la entidad estuvo trabajando en el Anteproyecto de Ley mano a mano con el Gobierno para poder elaborar un borrador que realmente atendiese a las necesidades de las plataformas. “En este sentido estamos bastante contentos”, subraya.
“Para nosotros es un reconocimiento al trabajo hecho. En el momento que la CNMV empieza a regular este sector quiere decir que nuestra labor existe oficialmente y reconoce que está funcionando”, asegura Villaseca, quien añade que es el “reconocimiento al trabajo que hay detrás”. Por otro lado, dice que “es el inicio de un camino diferente y que el sector ha llegado para quedarse”.
MUY DIVERSOS INVERSORES
Hasta ahora, cuatro son las que han conseguido la autorización por parte de la CNMV para operar
Las plataformas de financiación participativa “ponen en contacto a promotores de proyectos que demanda fondos mediante la emisión de valores y participaciones sociales o mediante la solicitud de préstamos, con inversores u ofertantes de fondos que buscan en la inversión un rendimiento”, según explica la Ley.
En este sentido, Antón matiza que MitripleA cuenta “tanto con grandes inversores como con pequeños” y que “cualquiera puede ser inversor desde su ordenador con independencia de su poder adquisitivo”, mientras que Escobedo puntualiza que los inversores de La Bolsa Social son “hombres y mujeres, casi por igual, que rondan los 45 años”.
Entre ellos, los hay que tienen más experiencia en el “mundo de la inversión” y lo que son principiantes. Pero tienen una cosa en común, “además del interés por la rentabilidad, les preocupa saber qué se está haciendo con su dinero, más allá del dividendo”.
Los inversores con los que cuenta Socios Inversores “rara vez hacen aportaciones por debajo de los 1.000 euros, normalmente son de 10.000 euros, 15.000, 30.000…”. El perfil del inversor es de “alto directivo de multinacionales, de empresas del Ibex”, explica Villaseca. Además, considera que tiene un valor añadido la financiación porque los inversores aportan el capital necesario y la experiencia, los contactos…
APOYAR DIFERENTES PROYECTOS
Los servicios que prestan las plataformas reguladas por la CNMV no van enfocados a un determinado sector. Así, La Bolsa Social busca financiar proyectos con “potencial de crecimiento”. Los sectores a los que los servicios están destinados son muchos, “desde empresas relacionadas con la agricultura, pasando por la eficiencia energética, hasta el ocio para personas con discapacidad”, según Escobedo.
En la misma línea, MitripleA proporciona financiación a pymes y autónomos españoles con dinero de inversores privados “sin restricciones en cuanto a sectores, excepto proyectos de promoción urbanística”, mientras que Socios Inversores tampoco limita por sectores. Cualquier empresa de cualquier sector que sea viable, que tenga sentido y pueda ser rentable para los inversores se le da cabida.
FINANCIACIÓN
Once son las entidades que por el momento han solicitado la autorización y algunas ya la están recibiendo
Los proyectos son financiados con diferentes cuantías. Así, MitripleA ha financiado ya 165 préstamos y la cantidad media empleada en cada uno es de unos 60.000 euros, aunque han financiado proyectos de hasta 275.000 euros.
Por su parte, La Bolsa Social lleva poco tiempo activa, aunque ya ha financiado dos empresas con 250.000 euros cada una. Para la plataforma “es pronto para hacer una media que se pueda mantener en el tiempo, aunque las empresas suelen buscar en torno a los 200.000 euros.
Villaseca explica que Socios Inversores ha financiado a “más de 100 start-up” y la cantidad media está entre 200.000 y 250.000 euros por empresa.
LAS PLATAFORMAS
MitripleA nació de una conversación entre amigos. Uno de ellos tenía dificultades para “conseguir la financiación que necesitaba”, mientras que otro afirmaba “no poder encontrar una rentabilidad adecuada para su dinero”. Antón explica que fue en ese momento cuando “empezamos a tomar notas sobre lo que hoy es la plataforma”.
Los fundadores son Jorge y Sergio Antón, quienes antes de introducirse en el mundo del 'crowdfunding' dejaron sus trabajos para dedicarse en exclusiva a este proyecto. El segundo destaca que cuentan con un gran consejo de asesores y que MitripleA aspira a “ser la compañía líder en España en financiación alternativa a pymes y proporcionar a los inversores un activo nuevo de gran rentabilidad”.
Los proyectos que los emprendedores presentan son financiados con diferentes cuantías
José Moncada, que era funcionario en la Unión Europea, es quien tiene la iniciativa de crear La Bolsa Social, ya que “el afán emprendedor le pedía más acción”. A este proyecto se han unido otros socios expertos en materias como la comunicación, la tecnología o las finanzas.
Esta entidad “surge de unir la demanda de cada vez más inversores, de emplear su dinero en fomentar iniciativas de la economía real”. Escobedo explica que “las nuevas formas de financiación que permite Internet facilitan dar respuesta a estas inquietudes, que es donde encuentra su hueco esta plataforma”, y añade que La Bolsa Social tiene como fin “ser un referente” entre las plataformas de financiación participativa.
La entidad Socios Inversores fue fundada por Javier Villaseca a finales de 2010, más tarde se unieron otros socios capitalistas. La idea surgió porque Villaseca había sido emprendedor en varias ocasiones sin éxito, lo que le dejó “una espina clavada”. Trabajar en el sector bancario le dio la oportunidad de conocer las plataformas de ‘crowdfunding’ tradicionales que financiaban discos, libros y comics, que, porteriormente, adaptó para que la financiación fuera destinada a las empresas.