"La sólida actividad económica y el elevado crecimiento salarial mantendrán tanto a la Reserva Federal de EEUU (Fed) como al Banco Central Europeo (BCE) pacientes hasta mediados de año". Así lo creen en Natixis IM Solutions, donde apuntan a que "la clara confirmación de la ralentización de la inflación salarial" debería permitir el inicio de los recortes de tipos en junio o julio y en septiembre u octubre, respectivamente.
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El BCE tolerará menos el crecimiento salarial que la Fed para lograr el objetivo de inflaciónLos expertos no esperan que la Fed recorte los tipos al menos hasta junio o julio ante una actividad económica en EEUU que sigue siendo fuerte y un mercado laboral que se mantiene tenso y apoya un fuerte crecimiento salarial.
Como comentan, en EEUU, "la inflación de los servicios se mantiene firme, mientras que el crecimiento de los salarios parece demasiado fuerte para permitir un nuevo descenso de la inflación subyacente hasta el objetivo del 2% a corto plazo. Esto no es ninguna sorpresa. Al fin y al cabo, la actividad económica en EEUU sigue creciendo a un ritmo superior al tendencial y el mercado laboral se mantiene tenso y respalda un fuerte crecimiento salarial".
Para ellos, estos acontecimientos justifican que la Fed mantenga abiertas todas las opciones para evitar entrar demasiado prematuramente en un ciclo de recorte de tipos, "lo que podría entrañar el riesgo de una reaceleración de la inflación".
Por lo tanto, ven probable que la Fed quiera ver pruebas claras y adicionales de moderación del crecimiento salarial antes de seguir adelante: "Creemos que esta moderación podría hacerse más evidente en el segundo trimestre y permitir potencialmente el inicio de recortes de tipos en junio o julio".
Del mismo modo, creen que es poco probable que el BCE recorte los tipos al menos hasta septiembre u octubre, ya que el organismo espera una mayor confirmación de que el crecimiento salarial en la zona euro está disminuyendo.
"A pesar de la significativa ralentización del crecimiento en 2023, el mercado laboral de la eurozona se ha mantenido bastante tenso y los costes laborales unitarios han aumentado como consecuencia del débil crecimiento de la productividad. Es la continuación de esta dinámica lo que preocupa al BCE, ya que corre el riesgo de desencadenar una segunda oleada de inflación liderada por los costes laborales", dicen.
Si el recorte de tipos se retrasa hasta finales del verano, consideran que el BCE "permitiría que los efectos adicionales del endurecimiento se filtraran a la demanda y, de este modo, reuniría más pruebas de que el crecimiento salarial, y a su vez la inflación subyacente, están bajo control antes de relajar la política monetaria", concluyen en Natixis IM Solutions.
Por su parte, en Bank of America comentan que los mercados están empezando a valorar un poco más el diferencial entre la Fed y el BCE. "En principio tiene mucho sentido, pero el calendario podría ser discutible. Seguimos pensando que el riesgo de unos recortes del BCE más rápidos (y más profundos que los de la Fed) después de junio domina sobre el riesgo de un inicio más temprano y que el mercado puede estar valorando demasiado para 2024 y demasiado poco para 2025", afirman.
En su opinión, el mejor argumento para adelantar los recortes sigue siendo la economía y la inflación, "pero la razón por la que pensamos que es más probable que el BCE retrase el primer recorte es simplemente porque ellos lo dicen".