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¿Se avecina una recesión sí o no? Es la pregunta que se hacen en Wellington Management. "La economía global ha resistido mejor de lo esperado, pero pensamos que no hemos evitado una recesión, sino que sólo se ha retrasado", responden. ¿Qué riesgos e implicaciones tiene esto para el inversor?

Respecto a los riesgos, plantean la posibilidad de que los bancos centrales ralenticen la economía lo suficiente como para moderar la inflación sin hundir los mercados laborales y el consumo, provocando un aterrizaje suave. "Asimismo, puede que las reservas prolongadas de liquidez y efectivo generen un desfase aún mayor entre las subidas de tipos y la ralentización económica, retrasando la recesión más allá de nuestro horizonte de 12 meses".

También están atentos a la posibilidad de que la economía china se vuelva a acelerar, con las consiguientes repercusiones a escala global, y de que la ajustada recuperación de los mercados de renta variable se extienda y mantenga en el tiempo.

Entre los riesgos bajistas creen que se encuentran una recesión más profunda provocada por desastres financieros, una guerra civil en Rusia o una amenaza existencial al liderazgo de Putin que lleve a una escalada militar y a una eventual guerra no convencional, y un estancamiento de la recuperación de China, con una paralización del consumo y un descenso de la actividad industrial.

En cuanto a las implicaciones para la inversión, en Wellington Management apuestan por la renta variable de calidad. "Aunque la política monetaria restrictiva ha tardado más de lo previsto en surtir efecto, seguirá frenando el crecimiento y ejerciendo presión sobre los beneficios. Creemos que hay que seguir apostando por la calidad en la renta variable de los mercados desarrollados, ahora que las valoraciones se han encarecido en un clima de optimismo sobre la IA generativa. Nos decantamos por empresas capaces de resistir las presiones inflacionistas y sobre los balances y, desde una perspectiva sectorial, preferimos los valores industriales a los financieros. No vamos a precipitarnos al alza en el segmento de la IA y nos mantenemos neutrales en el sector tecnológico estadounidense", señalan.​

Además, consideran que Japón despunta entre la renta variable de los mercados desarrollados. "Las valoraciones se han elevado a medida que los flujos se trasladan a este mercado desatendido. Sin embargo, consideramos que la renta variable nipona todavía tiene más recorrido, ya que los mercados se muestran por fin favorables a la mejora de la gobernanza corporativa y la retribución a los accionistas. Pese a que la recuperación de China ha resultado decepcionante, los precios actuales reflejan, en nuestra opinión, un pesimismo mayor del justificado", explican.

Por su parte, destacan que la deuda ofrece rendimientos relativamente interesantes. "Confiamos en que la renta fija defensiva pueda ofrecer unos rendimientos aceptables, revalorización del capital y diversificación. Los rendimientos de la deuda pública estadounidense presentan el mayor margen de subida. Nos inclinamos por la renta fija de alta calidad en vista de que los diferenciales de los títulos de crecimiento no compensan a los inversores por el riesgo de recesión", dicen.

Por último, exponen que los mercados han sabido sobreponerse a diversos riesgos, como los bancarios, crediticios, inflacionistas y geopolíticos, pero sigue reinando la incertidumbre. "Nos decantamos por el oro ante el riesgo de estanflación, el deterioro de la situación geopolítica o la desdolarización. Asimismo, creemos que el cobre desempeñará un papel importante en la transición energética, aunque se enfrenta a fuertes limitaciones de suministro".

POSICIONAMIENTO LIGERAMENTE DEFENSIVO

En este contexto, su posicionamiento es ligeramente defensivo, con una infraponderación de la renta variable global frente a la renta fija. "Hemos recortado la posición en la renta variable china a moderadamente sobreponderada, ya que la recuperación liderada por el consumo en China no ha estado a la altura de las expectativas. Nuestra exposición a la deuda pública japonesa permanece infraponderada. Por el momento, el Gobierno de Japón parece conformarse con mantener el control de la curva de rendimientos y los tipos de interés, ya que la inflación supone un beneficio neto para los salarios de los consumidores y los márgenes de las empresas".

Sobre la renta fija de crecimiento, mantienen su infraponderación. "El endurecimiento de las condiciones de concesión de préstamos empieza a reflejarse en el aumento de los índices de quiebra, lo cual perjudicará a los créditos de mayor riesgo, como los de alto rendimiento. Aunque observamos un deterioro generalizado de los fundamentales de las empresas, somos más optimistas en cuanto al crédito con grado de inversión global, donde los niveles de partida de los fundamentales son bastante sólidos y los elevados saldos de efectivo han contribuido a evitar la necesidad de financiación. También mantenemos una sobreponderación moderada en materias primas, especialmente en cobre y oro, dada la positiva dinámica de la oferta y la demanda".

En lo que se refiere a la renta variable global son un poco más cautos, pasando de una infraponderación moderada a una infraponderación. "Los mercados de renta variable han ganado terreno este año a pesar del aumento de los rendimientos reales y de las señales contradictorias que transmiten los indicadores de actividad en los sectores manufacturero y de servicios. Aunque hemos asistido a una ligera desinflación cíclica, la rigidez de los mercados laborales y la solidez del consumo en muchas regiones apuntan a que el sistema sigue sin tener suficiente margen como para volver a situar la inflación subyacente en el objetivo de forma sostenible. Esperamos, por tanto, que continúe el endurecimiento de la política monetaria, lo que, a su vez, ralentizará aún más la economía".

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