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US Federal Reserve chairman, Jerome PowellFederal Reserve

La Reserva Federal de EEUU (Fed) pasará de añadir estímulos monetarios a reducirlos gradualmente. ¿Supondrá esto una amenaza para la expansión económica o para el crecimiento de los beneficios empresariales? Desde UBS creen que no, ya que "no se trata del taper tantrum de 2013, sino de un tapering bien comunicado", aseguran.

"La retirada de los estímulos de los bancos centrales es una consecuencia natural y positiva de una recuperación económica global que continúa a buen ritmo, aunque la cepa Delta impida una plena normalización de la actividad. Sin embargo, el bajo nivel de TIR de los bonos a largo plazo y las características internas de los mercados de renta variable implican actualmente que la economía no está preparada para soportar ni siquiera unos ajustes modestos de esta política tan acomodaticia", apuntan.

Sin embargo, creen que esta opinión es equivocada. Explican que, "por sí sola, la incipiente retirada del estímulo monetario estadounidense no es una amenaza para la expansión económica, ya que es probable que la actividad se mantenga muy por encima de la tendencia en 2022. Como tal, no representa una amenaza para el crecimiento de los beneficios empresariales que apoya el movimiento alcista de la renta variable".

¿CUÁNDO LLEGARÁ EL TAPERING?

Según anticipó el presidente de la Fed, Jerome Powell, tras la última reunión sobre política monetaria, el proceso podría empezar en noviembre. El tapering será gradual y, en todo caso, estará vinculado a la evolución de la situación económica, por lo que no se puede descartar que acabe retrasándose si la Fed lo considera pertinente.

"La reciente ralentización del crecimiento del empleo en EEUU debería impedir cualquier sorpresa inminente de la Fed, como un anuncio de reducción de los estímulos monetarios o una reducción especialmente rápida de la compra de bonos. Sin embargo, los avances acumulados en materia de inflación y empleo desde el punto más álgido de la pandemia han sentado las bases para que la Fed comience a reducir sus compras de activos antes de que acabe el año", afirman en UBS.

"En nuestra opinión, es poco probable que la Fed suba los tipos hasta que la tasa de desempleo esté por debajo del 4%, como mínimo, al mismo tiempo que se cumplan los criterios de inflación", añaden. De hecho, estiman que el tapering se anunciará cerca de finales de este año y se llevará a cabo a lo largo de 8 a 12 meses.

Consideran que los inversores "infravaloran la fortaleza del crecimiento económico, que probablemente no se vea descarrilado por el hecho de que los bancos centrales se alejen de las políticas extraordinarias de flexibilización". "Al demostrar paciencia en la retirada de los estímulos a corto plazo, incluso cuando la inflación general sigue siendo elevada, el banco central estadounidense está impulsando un repunte económico. A lo largo del ciclo, esto podría permitir más subidas de tipos que si los funcionarios de la Fed actuaran de forma agresiva y preventiva. Por lo tanto, esta política debería contribuir a aumentar la TIR de los bonos con el tiempo", concluyen.

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