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Carmona. Pueblo. Rural. Turismo. Vacaciones. Escapadas. Viajes. Cantabria.PuentePUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA - Archivo

A la hora de decantarse por un municipio en el que vivir, la mayoría de los ciudadanos lo hace valorando el número de habitantes del que dispone, la proximidad a colegios, centros sanitarios o comercios. Cuando hablamos de zonas rurales, el foco se pone en la cantidad de personas que lo habitan y, en este sentido, un 33% se decanta por pueblos que tengan entre 1.001 y 5.000 habitantes y un 36% por aquellos que oscilen entre los 5.001 y los 10.000.

Así se desprende de los últimos datos de Fotocasa Research que, de la mano del Proyecto Vivienda, reflejan el creciente interés de los particulares por marcharse de las ciudades, de la mano del teletrabajo o de un cambio de empleo, e instalarse en pueblos que, preferiblemente, tengan más de 1.000 habitantes.

En el extremo opuesto están las poblaciones más pequeñas: solo un 23% de los particulares dispuestos a este cambio de vida se decantaría por las que oscilan entre 101 y 1.000 habitantes y un reducido 8% elegiría las de menos de 100 habitantes.

"No es de extrañar que los ciudadanos busquen zonas de más contacto con la naturaleza, relacionadas con la búsqueda de tranquilidad y bienestar. La mejora de calidad de vida es un reclamo de la mayoría de la sociedad y estos aspectos son más fáciles de encontrar en la periferia que en el centro de una gran urbe. La contaminación acústica y medioambiental existente en las ciudades propicia un éxodo rural donde instalar su residencia habitual. El impacto de la pandemia ha producido algunos cambios a nivel social que suponen un empuje para que las zonas rurales tengan nuevas oportunidades para luchar contra la despoblación", comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

Otro de los factores que condicionan la decisión de irse a vivir a un pueblo es la comunidad autónoma en la que se reside. Y, teniendo en cuenta la cuestión geográfica, los andaluces son los que más planes reales tienen de irse a vivir a una zona rural. Son, concretamente, un 17 % que se reparte entre los que van a teletrabajar (7%) y los que cambian de trabajo y de lugar de residencia (10%).

Si en lugar de hablar de planes reales, hablamos de aspiraciones, los catalanes son los que más atraídos se sienten por la idea de irse a vivir a una zona rural, aunque no tengan previsto hacerlo próximamente. Son un 56%. Seguidamente, los que más anhelan la idea de abandonar la ciudad son los madrileños (47%) y los valencianos (46%).

¿QUÉ DEBERÍA TENER EL PUEBLO PARA MUDARSE?

Los españoles tienen claro qué necesidades piden a la hora de dejar su residencia actual y mudarse a un pueblo. En el caso de Cataluña, ha perdido peso de manera significativa la conexión a internet o fibra óptica como requisito indispensable para mudarse, que ahora señalan un 71% de los catalanes que van a trasladarse a una zona rural o les gustaría hacerlo, una cifra 11 puntos porcentuales más baja que la de agosto del año pasado. Este mismo motivo también ha perdido peso en Madrid (66%) y en Andalucía (63%). En ambos casos el descenso es de 14 puntos porcentuales.

Asimismo, los madrileños (72%), andaluces (73%) o valencianos (70%) que contemplan la opción de trasladarse valoran menos que esté a una distancia razonable de servicios esenciales.

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