• La participación de la industria en el PIB español representó en 2015 el 17%
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El siglo XXI no se puede entender sin progreso tecnológico. Este fenómeno se ha instalado a escala mundial y no tiene intención de desaparecer. Al contrario, cada vez avanza más y uno de sus ‘objetivos’ es el sector industrial. “Si una empresa implanta tecnología arrastra al resto de las compañías”, explica Enrique Dans, profesor de IE Business School. Pero, ¿beneficia a todos y a todo?

El progreso tecnológico “aumenta la productividad y es una de las principales fuentes de crecimiento de la economía”

A priori, este avance es un aliado de dicho sector porque “aumenta la productividad y es una de las principales fuentes de crecimiento de la economía”, explica Albert Banal-Estanol, profesor de la Universidad Pompeu Fabra. Robert Casajuana, economista y director académico de ISEFI, destaca la mejora de la productividad de los recursos de la empresa. A su vez, explica que aunque a corto plazo puede parecer “pernicioso” para el factor trabajo por la pérdida de empleos, “a largo plazo puede revertirse con mayores márgenes para la empresa y, por consiguiente, más capacidad de recursos para más investigación y desarrollo y más inversión en nuevos proyectos que pueden generar nuevos empleos”.

ALIANZA ENTRE TECNOLOGÍA E INDUSTRIA

Además de ese aumento de la productividad, “el progreso tecnológico en una economía desarrollada implica que este sector tecnológico sea cada vez mayor y vívero de nuevas empresas con ideas y soluciones tecnológicas novedosas que supondrán un impacto positivo para el PIB del país”, asegura Casajuana.

Desde la Comisión Europea se aceptó el reto de la reindustrialización de Europa y en su estrategia se estableció como objetivo que la industria representase el 20% del PIB europeo en 2020. En el caso español, la participación de la industria en el PIB representó en 2015 el 17%, frente al 19,5% registrado en la zona euro y el 19% de la Unión Europea.

Casajuana subraya, igualmente, que este fenómeno permite que los procesos productivos sean cada vez más sostenibles y menos nocivos para el cambio climático y el fomento de la movilidad. También para la conciliación de la vida de los trabajadores, ya que permite el trabajo desde casa y la conectividad para cualquier reunión mediante video conferencias.

CAEN LOS PUESTOS DE TRABAJO

Sin embargo, ambos expertos destacan la destrucción de empleo que el progreso tecnológico está provocando. En los últimos 20 años, la industria en España ha perdido un 15% de puestos de trabajo, mientras que el resto de sectores han ganado un 37%, subraya Enric Fernández, economista jefe de CaixaBank Research.

En los últimos 20 años, la industria en España ha perdido un 15% de puestos de trabajo

Aunque las razones que explican el proceso de desindustrialización son numerosas, Fernández considera que la fundamental es que “la industria se beneficia del progreso tecnológico en mayor medida que el conjunto de los otros sectores”. Y señala que “la automatización o robotización de procesos impulsa la productividad y permite producir mucho más con menos, lo que termina desplazando parte del empleo de la industria a otros sectores”.

No obstante, aunque este proceso se considera positivo porque se producen mejoras en la productividad, lo cierto es que “el fenómeno se observa, a menudo, con suspicacia y preocupación”, indica Fernández. “Este proceso de desindustrialización no beneficia a todo el mundo. A quien pierde el empleo, le consuela poco que el conjunto de la economía crezca”, sentencia.

Por ello, para minimizar la pérdida de puestos de trabajo en la industria y promover un proceso de reindustrialización estaría el enfoque de Donald Trump de establecer barreras a las importaciones y subsidios directos al sector.

En la misma línea, Banal-Estanol asegura que los cambios tecnológicos también generan lo que los economistas llaman "destrucción creativa", haciendo retroceder o incluso eliminando industrias y trabajos existentes. “Si no hay una adaptación y transición rápida a los nuevos retos, puede haber partes (empresas o trabajadores) perjudicadas”, apunta el profesor.

CREACIÓN DE EMPLEO

Con el tiempo aparecerán nuevos empleos que hoy no existen y desaparecerán otros trabajos actuales

Para impulsar la creación de empleo en la industria, el Gobierno español estableció hace unos años una agenda para el fortalecimiento del sector industrial en el país. El Ejecutivo considera que este sector “puede y debe jugar un papel clave en el proceso de recuperación de la economía española”. En la actualidad, está aprobado un marco normativo para financiar proyectos de inversión con el objetivo de mejorar la competitividad industrial y que contribuyan a la reindustrialización para estimular el desarrollo industrial. Este apoyo financiero se está llevando a cabo mediante la concesión de préstamos a largo plazo.

De cualquier modo, Banal-Estanol considera que lo más importante es “ser capaz de adaptarse”. Aquí la flexibilidad y la formación tienen un papel muy importante, por ello considera relevante poder formar en otros tipos de trabajos a los trabajadores de sectores en los que han sufrido debido al progreso tecnológico.

Por su parte, Dans considera que el progreso tecnológico, aunque disminuye puestos de trabajo, también los crea porque se necesita personal “para construir esa tecnología”. Con el tiempo aparecerán nuevos empleos que hoy no existen y desaparecerán otros trabajos actuales. Sin embargo, reconoce que no se llegará a crear tanto empleo como el que se destruye.

3,5 MILLONES DE PROFESIONALES EN 2025

El sector industrial en España necesitará 3,5 millones de profesionales especializados en 2025

Es precisamente este punto, el del empleo, el que se enfrenta a los mayores desafíos para saber descifrar cómo evolucionará el mercado laboral en estos tiempos de reducción tecnológica. El sector industrial en España va a necesitar 3,5 millones de profesionales especializados en 2025, de los que tres millones corresponden a puestos de sustitución de personas que finalizan su carrera laboral y medio millón a nuevos empleos derivados de las nuevas tecnologías. Estas cifras corresponden al informe elaborado por Randstad, que analiza la estructura actual del mercado laboral de este sector según el nivel formativo de los profesionales, los retos a los que enfrentará en la próxima década y cuáles serán los perfiles profesionales más demandados.

La empresa de recursos humanos matiza en su estudio que “durante la próxima década, los nuevos puestos de trabajo que se generarán en el sector industrial variarán respecto a los que se ofertan en la actualidad”. Prevé que las oportunidades que se van a generar en España se centrarán en perfiles con “formación académica media y elevada”.

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