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Jeremy HuntSharecast / public domain image

Reino Unido ha dado a conocer su Presupuesto de primavera, al tiempo que el Gobierno británico ha actualizado sus previsiones económicas. Para los analistas, las medidas adoptadas por el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, "no cambian mucho las perspectivas económicas ni la forma de pensar del Comité de Política Monetaria (MPC)" del Banco de Inglaterra (BoE).

No obstante, "para quienes fijan los tipos de interés, nerviosos por recortarlos, y para un mercado que intenta decidir si el primer recorte se producirá en junio, agosto o septiembre, cada pequeño cambio importa", matizan en Pantheon Macroeconomics.

Este nuevo presupuesto británico es posiblemente la última declaración fiscal antes de las elecciones previstas para finales de este año, unos comicios generales desafiantes para el gobernante Partido Conservador en un contexto en el que el país se encuentra atravesando las limitaciones de unas finanzas públicas frágiles y una economía estancada que entró en una recesión técnica a finales de 2023.

Una evolución económica que contrasta, precisamente, con la promesa del primer ministro, Rishi Sunak, de generar crecimiento. Ahora, las previsiones apuntan a que la economía británica crecerá este año ligeramente más de lo esperado, un 0,8% frente al 0,7% previsto en noviembre.

De cara a 2025, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) pronostica que el Producto Interior Bruto (PIB) avanzará un 1,9%, frente al 1,4% de las estimaciones anteriores. Para 2026, se espera un crecimiento del 2,2% (frente al 2% esperado en noviembre), del 1,8% (frente al 2%) para 2027 y del 1,7% (se mantiene) para 2028. Por su parte, la inflación caerá por debajo del objetivo del 2% en "sólo unos pocos meses, casi un año antes de lo previsto anteriormente", según Hunt.

"Basándonos en la interpretación del MPC de los recortes de impuestos de la Declaración de Otoño, creemos que juzgarán que las medidas del señor Hunt agregarán alrededor del 0,1% al crecimiento del PIB durante el próximo año, pero tendrán poco efecto en el pronóstico de inflación a dos años vista. Los recortes de impuestos tienen un impacto pequeño porque representan menos del 0,5% del PIB. Los cambios impositivos también impulsan la oferta y la demanda, reduciendo el impacto inflacionario del estímulo. A corto plazo, la decisión de Hunt de congelar los impuestos sobre combustibles y alcohol debería recortar alrededor de 0,2 puntos porcentuales la previsión de inflación del MPC para un año a partir de abril", añaden los analistas.

Por su parte, en TD Securities creen que es "poco probable que el MPC vea mucho impacto inflacionario de las medidas". "Al igual que el Banco de Inglaterra, la OBR espera que la inflación general caiga por debajo del 2% en abril, pero después de eso la OBR es mucho más moderada que el banco en cuanto a las perspectivas de inflación a mediano plazo", dicen. Y siguen esperando que el MPC comience a recortar los tipos en su reunión de mayo, "con riesgos ligeramente sesgados hacia un primer recorte en junio/agosto si los datos de salarios e inflación no continúan enfriándose".

"La OBR se ha vuelto más optimista sobre las perspectivas económicas, lo que refleja en gran medida el apoyo de los menores precios de la energía y las caídas de las tasas de interés del mercado", coinciden en EY ITEM Club. En AJ Bell señalan que las previsiones de la OBR "se han convertido en un tema de acalorado debate sobre si deberían tener tanta influencia a la hora de determinar la política fiscal".

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