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Jerome Powell, presidente de la Fed.

“Hoy mi mensaje será más corto; mi enfoque, más estrecho; y mi mensaje, más directo”. El comienzo del discurso de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), en el Simposio de Política Económica de Jackson Hole fue toda una declaración de intenciones. En un foro habitualmente utilizado por los líderes del banco central para dibujar grandes cambios en la política monetaria estadounidense, a Powell le bastaron ocho minutos para dejar clara su hoja de ruta: los tipos de interés van a seguir subiendo, aunque “cause cierto dolor” a la economía. “Quiere que el mercado se crea que va a apretar y apretar hasta que la tubería chirríe”, indica Neil Wilson, analista jefe de mercados de Markets.com.

El mensaje, señala este experto, fue “corto pero contundente”, incidiendo en que será “estricto y restrictivo durante más tiempo”. “Estamos moviendo nuestra política de forma deliberada a un nivel que será lo suficientemente restrictivo como para devolver la inflación al 2%”, advirtió Powell en su comparecencia, al tiempo que recordó que al término ya advirtió que “otro aumento inusualmente grande podría ser apropiado en nuestra próxima reunión”.

“Se opuso a la idea de que la Fed subiría los tipos y luego tendría que empezar a recortarlos inmediatamente debido a la desaceleración económica”, explica Wilson, quien cree que Powell ha dejado claro que al banco central “no le gusta que el mercado esté valorando los recortes”. A su vez, Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics, cree que la Fed “parece frustrada por las expectativas del mercado —que nunca hemos compartido— de una flexibilización durante el próximo año”

Wilson subraya que el discurso deja claro que no habrá pivote de la Fed, aunque que no está seguro “de que (el discurso) altere hacia dónde piensa el mercado que irá el tipo terminal”. “Pero puede que haga que el mercado se dé cuenta de que la Fed no le cubre las espaldas y no lo hará hasta que los datos cambien”, añade.

Por su parte, Michael Hewson, analista jefe de mercados de CMC Markets UK, cree que la comparecencia pone blanco sobre negro que “la Fed no está de humor para ejecutar un pivote en lo que respecta a la política monetaria”. “Los comentarios de Powell suscitaron cierta volatilidad en el mercado, lo que hizo subir los rendimientos”, relata Hewson.

En este sentido, Callie Cox, analista de inversiones de EEUU en eToro, indica que “los mercados estaban luchan contra la Fed y Powell acaba de contraatacar”: “Las palabras han sido un duro golpe de realidad para este último rally”. Esta experta señala que “ya hemos escuchado este comentario”, pero es “significativo” que el tono de Powell “haya vuelto a ser agresivo a pesar de que hay signos de que la inflación se está desacelerando”. “Puede que sea así, pero sigue siendo demasiado alta para el gusto de la Fed y Powell está dispuesto a arriesgar más crecimiento y salud de mercado para bajarla”, añade.

Asimismo, Powell explicó que el restablecimiento de la estabilidad de precios “requerirá probablemente el mantenimiento de una política restrictiva durante algún tiempo”. “Los antecedentes históricos desaconsejan una relajación prematura de la política monetaria”, añadió el presidente de la Fed, antes de señalar que las proyecciones del FOMC, realizadas el pasado mes de junio, indicaban que el tipo medio de los fondos federales se mantendría “ligeramente por debajo del 4% hasta finales de 2023”.

Para Cox, esto es “una píldora difícil de tragar para los inversores con mentalidad de crecimiento”. “Unos tipos más altos y una batalla continua sobre la inflación podrían ser un entorno excepcionalmente difícil de capear para las empresas, especialmente las tecnológicas más pequeñas o especulativas”, explica la analista de eToro.

NO ES PAÍS PARA PALOMAS

Powell se encargó de subrayar que los niveles de inflación están muy por encima de lo que la Fed considera aceptable. El banquero dijo que la mejor lectura de la inflación en julio era “bienvenida”, pero también que la mejora de un único mes “está muy lejos de lo que el FOMC necesita ver antes de estar seguro de que la inflación está bajando”.

Así, Hewson subraya que “no hubo nada en lo que dijo que sugiriese que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) se estaba inclinando hacia un tono más suave, pero eso ya lo sabíamos dado el comentario de una serie de otros miembros del FOMC a principios de esta semana”. Y es que desde el inicio del cónclave de Jackson Hole, los distintos banqueros de la Fed han cambiado su traje de ‘paloma’ por el de ‘halcón’, adoptando todos una postura más dura de lo habitual.

Por ejemplo, Raphael Bostic (Fed de Atlanta) se mostró a favor de una tercera subida consecutiva de 75 puntos básicos salvo sorpresa mayúscula, al tiempo que resaltó que “va a ser realmente importante que nos aseguremos de que la inflación está bien encaminada hacia el 2% antes de tomar ninguna decisión”.

Por su parte, Esther L. George (Fed de Kansas) aseguró que el banco central tiene que “aumentar los tipos de interés para desacelerar la demanda”, además de reconocer que podrían llevar las tasas por encima del 4% durante algún tiempo. Por otro lado, Patrick T. Harker (Fed de Filadelfia) indicó que el banco central llegará a una postura restrictiva a final de año y afirmó que los tipos de interés deberán superar el 3,4%. Los analistas de Oxford Economics calculan que el tipo de los fondos de la Fed se situará entre el 3,5% y el 3,75%.

Sphederson piensa que la Reserva Federal “todavía no está dispuesta a reconocer que el panorama de la inflación está mejorando materialmente”. “La inflación subyacente PCE ha estado cayendo en términos interanuales desde marzo, pero la Fed claramente quiere ver una racha de cifras menores mes a mes”, expone este economista, al tiempo que señala que tienen la esperanza “de que se pueda evitar una nueva subida de 75 puntos básicos en septiembre”. “Pero eso va a requerir cifras del IPC subyacente muy similares a las de julio, y eso está lejos de ser seguro”, lamenta el experto de Pantheon Macroeconomics.

Con todo, Powell no proporcionó una orientación explícita sobre la dimensión de la subida de septiembre y, en cambio, reafirmó que el enfoque de la Fed depende de los datos. Aunque eso, para el equipo de Oxford Economics, no es una señal positiva: “Dado que es probable que los próximos datos muestren una fortaleza continua en la contratación y los salarios y cierto impulso en la inflación subyacente, creemos que optará por otra subida de los tipos de interés de 75 puntos básicos en la próxima reunión, en lugar de reducir el ritmo a 50 puntos básicos”.

Para Sphederson, el “único rayo de esperanza” en la comparecencia fue el reconocimiento de que el choque inflacionario se ha debido tanto a la fuerte demanda como a las restricciones de la oferta. “La restricción de la oferta ha facilitado un aumento masivo de los márgenes, que probablemente se invertirá, haciendo bajar la inflación, ahora que los inventarios están volviendo a la normalidad, o incluso por encima de la normalidad”, explica este experto.

Si la recompresión de los márgenes reduce la inflación más rápido de lo previsto en los próximos meses, cuenta Sphederson, la Fed podrá respirar más tranquila, “aunque Powell también quiere ver una desaceleración importante del crecimiento de las nóminas, porque la demanda de trabajo está "superando sustancialmente" la oferta”. A partir de la segunda mitad de 2023, el rápido crecimiento salarial sostenido es “una amenaza para la inflación, incluso si la compresión de los márgenes la devuelve al objetivo”.

Según el experto de Pantheon Macroeconomics, la Reserva Federal no puede relajar la política monetaria hasta que la inflación vuelva claramente al objetivo del 2% y el crecimiento salarial se haya ralentizado notablemente. “El mensaje de la presidenta hoy es que la Fed piensa que es poco probable que estas condiciones se cumplan tan pronto como los mercados esperan y creemos que probablemente tenga razón”, sentencia.

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