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Thomas Lohnes / Getty Images

Parece poco probable que el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, siga los pasos de su homólogo estadounidense, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed) a la hora de cambiar su postura e incrementar los tipos de interés y mucho menos una reanudación de los estímulos cuantitativos que ha permitido al banco central compilar 2.600 millones de euros en deuda soberana, incluso si la desaceleración empeora en Europa.

Lo cierto es que el cuadro de síntomas para pensar en un empeoramiento en el Viejo Continente están ahí. Por un lado, está Italia, que oficialmente ha entrado en recesión. Por el otro, Alemania. La locomotora de Europa está perdiendo velocidad debido al recorte en las previsiones de su crecimiento, que ahora se sitúa en el 1%, en el menor en seis años. Mientras, la confianza económica en la zona euro se encuentra entre sus niveles más bajos en una década.

A pesar de todo, los expertos perfilan cuatro posibles respuestas del BCE si la desaceleración europea empeora:

1- Congelar los tipos de interés más allá de verano

El escenario de bajos tipos de interés se mantendrá, al menos, hasta el verano de 2019, lo que, por otro lado, complica el terreno de juego a los bancos, que fían la mejora de su rentabilidad a un endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, la institución que dirige Draghi podría extender los tipos bajas hasta más allá del ecuador del año. Este acontecimiento implicaría que el italiano dejase la presidencia del banco, prevista para el próximo mes de octubre, sin subir las tasas durante el tiempo que ha ocupado el cargo.

Todo "dependerá del estado de la economía", señaló Benoit Coeure, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo y candidato para suceder ha Draghi. "Seguiremos acomodados porque la expansión de la zona euro todavía necesita nuestro apoyo, pero seremos muy pragmáticos en la implementación", indicó en televisión.

2- Reinvertir los bonos soberanos

Además de la congelación de los tipos de interés en su valor actual, si las previsiones para Europa no mejoran, el banco, que de hecho ya está manos en la masa, está orientando sus esfuerzos a reinvertir su cartera de bonos soberanos, acumulada desde 2015 gracias a la política de estímulos cuantitativos (QE, por sus siglas en inglés) que ha durado hasta el último mes del 2018.

De este modo, el instituto emisor espera que el esfuerzo que ha realizado para estimular la economía no haya sido en vano. De hecho, los analistas consideran que el banco será capaz que así sea.

3- Reponer los préstamos dirigidos a bancos

Incluso si no se produce una desaceleración económica, el BCE no descarta eventualmente reanudar los préstamos a largo plazo a los bancos ligados a operaciones de crédito, que ya se experimentó con éxito anteriormente, como ya se hizo con los TLTRO.

De hecho, los expertos del banco británico Barclays, creen que hay razones macro y microeconómicas convincentes para un nuevo TLTRO” debido a los desafíos macroeconómicos se están acumulando, como la caída de la demanda externa a causa de que los riesgos relacionados con el comercio, Italia, el Brexit o la desaceleración del crecimiento de China.

Por lo tanto, desde Barcalys ven un TLTRO III “como una forma efectiva de que el BCE impida un ajuste en las condiciones de los préstamos en un momento de crecientes amenazas”.

4- Reactivar la política de estímulos

El pasado mes de diciembre, el Banco Central Europeo marcaba el punto y final a la política de estímulos y mantenía los tipos de interés aplicables a las operaciones principales de financiación, la facilidad marginal de crédito y la facilidad de depósito se mantendrán sin variación en el 0,00 %, el 0,25 % y el -0,40 %, respectivamente.

De este modo, la entidad espera poder asegurar la continuación de la convergencia sostenida de la inflación hacia niveles inferiores, aunque próximos, al 2% a medio plazo. Al mismo tiempo, daba por finalizadas las compras netas de activos que le han llevado a acumular, durante los cuatro años que han estado en marcha, una cartera de 2.600 millones de euros en bonos.

Entonces, desde el banco central estimaron que cortar con este programa era lo lógico tras haber vencido a la deflación y haber revitalizado el crecimiento económico. Sin embargo, Draghi ha dicho que el instituto emisor puede recuperar "herramientas" como el programa de compras netas de activos "si las cosas van muy mal", aunque ha añadido que no es muy "probable" que esto suceda, especialmente este año.

En este sentido, los expertos de Bloomberg señalan que, de hacerlo, el BCE debería rediseñar su plan, incluyendo en el mismo un aflojamiento de los límites nacionales en la compra de deuda o la exploración de otras clases de activos más allá de los bonos del gobierno.

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