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Pedro Sánchez y el primer ministro de Portugal, António Costa.Miguel Ángel Santos/ EUROPA PRESS

"Las elecciones anticipadas en Portugal llegan en un momento delicado. Un retraso en la aprobación de los Presupuestos probablemente tendrá algunas repercusiones adversas, ya que las preocupaciones sobre el plan de recuperación del país después de la pandemia pueden conducir a un aumento de la incertidumbre política", advierte Jakob Suwalski, analista principal para Portugal de Scope Ratings.

La disolución del Parlamento después de que los diputados rechazaran los Presupuestos Generales propuestos por el Gobierno para 2022 ha puesto fin a seis años de estabilidad política en Portugal. El país celebrará elecciones el próximo 30 de enero.

"El tiempo necesario para formar un nuevo Gobierno podría obstaculizar los esfuerzos en la aplicación de las reformas y la puesta en marcha de inversiones cruciales descritas en el plan de recuperación del país, a pesar de la sólida labor del Gobierno en la mejora del crecimiento a largo plazo y las finanzas públicas de Portugal", añade Suwalski.

Los últimos sondeos de opinión sugieren que el Partido Socialista podría salir vencedor en estas elecciones anticipadas, pero volvería a quedarse sin mayoría parlamentaria, lo que dificultaría la formación de Gobierno. "Las tensas relaciones con los partidos de izquierdas, que hasta ahora han concedido apoyo externo al Gobierno en minoría del primer ministro Antonio Costa, pueden aumentar los riesgos de inestabilidad política permanente".

Las negociaciones para formar una coalición serían potencialmente complejas y prolongadas en Portugal -fenómeno cada vez más común en Europa- y podrían acabar por arruinar el historial de política fiscal prudente y el compromiso de consolidación fiscal de las autoridades, y dificultar la corrección de los desequilibrios económicos estructurales, incluida la reducción del elevado desempleo estructural, insisten desde Scope Ratings.

"El estancamiento económico es un riesgo clave para Portugal, dado el modesto potencial de crecimiento del país, que estimamos en sólo un 1,5%", afirma por su parte Giulia Branz, analista del equipo del sector público y soberano de Scope.

Los Presupuestos planteados por el Gobierno en minoría liderado por los socialistas, y que recibieron el voto en contra de los dos aliados de izquierdas, habrían recortado el déficit al 3,2% del PIB en 2022 desde el 4,3% en 2021, confirmando el compromiso con la estabilización fiscal.

"La disciplina fiscal se ha convertido en la máxima en la elaboración de las políticas de Portugal, con un ratio deuda/PIB público que ha disminuido 14 puntos porcentuales entre 2015 y 2019, apoyado por elevados superávits primarios combinados con un sólido crecimiento", precisa Branz.

La economía portuguesa está cada vez mejor preparada para experimentar un crecimiento sostenido desde 2014, ya que los bancos han restablecido sus reservas de capital y su liquidez, mientras que los hogares y las empresas han empezado a desapalancarse tardíamente. La relación deuda/PIB aumentó bruscamente hasta alrededor del 134% del PIB en 2020 debido a la crisis provocada por la pandemia, desde el 117% en 2019. Sin embargo, el Gobierno conserva un considerable colchón de efectivo, equivalente a alrededor del 12% del PIB a partir de 2020, lo que proporciona cierta flexibilidad en los planes de financiación.

"Suponiendo que Portugal sea capaz de mantener su exitosa disciplina fiscal de los últimos años, esperamos que el ratio de deuda pública retome la tendencia descendente este ejercicio, a pesar de los déficits primarios de alrededor del 2% del PIB en 2021 y del 1% en 2022. Los bajos tipos de interés y las sólidas expectativas de crecimiento, apuntaladas por el programa de recuperación y resiliencia de 17.000 millones de euros de Portugal, allanan el camino para la reducción de la deuda pública tras la crisis", concluye Branz.

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