ep protestasevillalos aranceleseeuula aceituna negramesa
Protesta en Sevilla contra los aranceles de EEUU a la aceituna negra de mesa.EUROPA PRESS/ARCHIVO

Como otros muchos expertos, y como la mayoría del mercado, los analistas de Berenberg creen que el fin de la guerra comercial entre Estados Unidos y China marcará el arranque de la particular batalla en este ámbito entre la administración de Donald Trump y la Unión Europea (UE). Sin embargo, aunque habrá tensión, estos analistas esperan que sea mucho menor que la disputa entre las dos principales potencias económicas mundiales.

"Ambos equipos (EEUU y la UE) parecen estar preparándose para un partido de fútbol que será duro y que podría comenzar en serio una vez que Estados Unidos y China hayan calmado su disputa", explican estos analistas, que creen que "habrá un ruido significativo" pero "no una verdadera guerra comercial que perturbe materialmente las perspectivas económicas".

"La agricultura es un asunto político prohibido para Alemania, Francia y la mayoría de los demás miembros de la UE. Ajustar sus demandas a este hecho no será fácil ni rápido para la administración estadounidense"

"Debido a que las dos partes podrían dañarse mutuamente de manera significativa, es de esperar que ambas eviten el peor de los escenarios", precisan estos expertos.

Trump lleva muchos meses amenazando a Europa con aranceles a los automóviles, algo que preocupa especialmente y, junto a otros factores, han propiciado los 'profit warnings' presentados por grandes productores en los últimos tiempos. El presidente estadounidense debería reaccionar al informe de su Departamento de Comercio sobre las importaciones de automóviles antes del 17 de mayo y desde Berenberg avisan de que "no tratará a la UE con guantes de terciopelo". El hecho de que la semana pasada amenazara con aranceles debido a las subvenciones que Europa conceder a Airbus es una muestra de esto, según estos expertos.

La UE, por su parte, de momento mantiene el pulso. Ya ha dicho que va a negociar y que espera que estas negociaciones sean rápidas, mostrando su clara intención de no alargar el conflicto, como ha ocurrido entre EEUU y China. La intención de la UE eseliminar los aranceles mutuos sobre productos industriales y acordar procedimientos para facilitar a las empresas el cumplimiento de los requisitos técnicos de los productos a ambos lados del Atlántico. Además, ha fijado sus propias 'líneas rojas' y exige excluir explícitamente la agricultura y la contratación pública de las negociaciones.

"Mientras que algunos en EEUU parecen ver la amenaza de los aranceles para los automóviles como una palanca para cambiar las políticas agrícolas de la UE, el mandato de negociación de la UE deja claro una vez más que la UE no cederá en esta cuestión", explica Berenberg. Las pérdidas para los agricultores franceses serían inaceptables para el presidente francés Emmanuel Macron. De hecho, la revuelta de los 'chalecos amarillos' que tanto daño ha hecho a Macron comenzaron como una protesta rural contra las supuestas élites urbanas. "Del mismo modo, en nuestra opinión, el Gobierno alemán no sobreviviría a ningún acuerdo que redujera las normas de protección de los consumidores para los productos alimenticios. Más allá de algunos gestos simbólicos, la agricultura es un asunto político prohibido para Alemania, Francia y la mayoría de los demás miembros de la UE. Ajustar sus demandas a este hecho no será fácil ni rápido para la administración estadounidense", advierte Berenberg.

HAY ESPERANZA

La Comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, espera llegar a un acuerdo "limitado pero significativo" con EEUU el 1 de noviembre, cuando una nueva Comisión Europea tome el relevo.

"Aunque es posible, esto parece optimista. Sin embargo, no esperamos una disputa que siembre tanta incertidumbre y sea tan perjudicial para la industria mundial como lo ha sido la guerra comercial entre Estados Unidos y China", recalcan desde Berenberg.

En su opinión, una vez que EEUU y China hayan llegado a un acuerdo, las empresas y los inversores deducirán que también se llegará a uno con la UE. Además, a pesar de la aparente obsesión de Trump con los coches alemanes expuestos en la Quinta Avenida y el superávit comercial alemán, el apoyo político en EEUU para una guerra comercial contra la UE es mucho más débil que el apoyo contra China, afirman estos analistas. Finalmente, es importante recordar que Estados Unidos exporta a la UE más del triple que a China (576.000 millones de dólares en 2018 frente a 180.000 millones de dólares). "De este modo, la UE podría contraatacar con fuerza", avisan desde Berenberg.

Noticias relacionadas

contador