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El PMI manufacturero de EEUU se ha situado en 57,7 puntos en diciembre, por debajo de los 58,3 del mes anterior, pero en línea con la estimación preliminar de 57,8. Con la excepción de octubre y noviembre, el ritmo de crecimiento de la producción fue el más lento desde octubre de 2020.

Según IHS Markit, las empresas han registrado un menor aumento de los pedidos y un nuevo deterioro sustancial de los resultados de los proveedores en medio de una grave escasez de suministros. Asimismo, el aumento de los plazos de entrega de los insumos también han provocado otro fuerte incremento de los trabajos pendientes, aunque el más lento de los últimos diez meses.

Por su parte, la carga de los costes ha seguido aumentando notablemente, a pesar de que la tasa de inflación se ha reducido al nivel más bajo desde junio. Los esfuerzos por repercutir los mayores costes a los clientes se han visto obstaculizados por el debilitamiento de la demanda, ya que las tarifas han aumentado a un ritmo más lento desde abril.

Según IHS Markit, la mejora de la salud del sector manufacturero estadounidense ha sido la más lenta de 2021, en medio de un crecimiento moderado de la producción y de los nuevos pedidos. Sin embargo, los esfuerzos para aumentar las existencias de seguridad y el grave deterioro de los resultados de los proveedores, que suelen ser signos de mejora de las condiciones, han elevado el PMI general.

El ritmo de crecimiento de la producción ha aumentado ligeramente hasta alcanzar el más rápido de los últimos tres meses, pero ha sido mucho más lento que el observado a principios de año. Los fabricantes han señalado nuevas limitaciones en la producción debido a la grave escasez de materiales y a los retrasos en la entrega de insumos.

La imposibilidad de obtener insumos clave también ha pesado sobre los nuevos pedidos. Aunque algunas empresas declararon que la demanda se mantenía a un ritmo fuerte, muchas sugirieron que los clientes estaban agotando sus existencias de productos antes de hacer pedidos. El aumento de la demanda de los clientes extranjeros ha sido, en general, marginal. Aún así, el aumento ha sido uno de los más rápidos de la historia desde mayo de 2007.

Como reflejo de un repunte ligeramente más suave de las cargas de costes, las empresas han aumentado sus gastos de producción al ritmo más lento de los últimos ocho meses. No obstante, el ritmo de aumento ha sido notable, ya que las empresas han tratado de repercutir parcialmente el aumento de los costes a los clientes.

Los retrasos en la entrega de insumos han sido importantes en diciembre, aunque los menos acusados desde mayo. La escasez de materiales, la congestión de los puertos y la falta de disponibilidad de camiones y contenedores de transporte han provocado un deterioro sustancial del rendimiento de los proveedores.

Como consecuencia, los retrasos en el trabajo han aumentado considerablemente. No obstante, el ritmo de acumulación ha sido el más lento de los últimos diez meses. Algunas empresas lo han relacionado con unas condiciones de demanda más suaves. Otras han afirmado que la aceleración del empleo había contribuido a aliviar la presión sobre la capacidad.

En medio de la grave escasez de materiales, las empresas han añadido notables dificultades para crear suficientes existencias de seguridad, ya que a menudo se necesitaban insumos para complementar la producción y las existencias de productos acabados se agotaban a medida que se realizaban las ventas de las existencias actuales. En consecuencia, la compra de materias primas ha aumentado considerablemente.

Por último, las expectativas de producción para el próximo año se han fortalecido hasta alcanzar el nivel más alto desde noviembre de 2020. El optimismo se ha debido a las esperanzas de una menor interrupción de la oferta y una mayor capacidad para contratar trabajadores adecuados.

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