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Frank Rumpenhorst/dpa - Archivo

Una vez que el Índice de Precios de Consumo (IPC) logró tocar techo en la zona euro hace unos meses, ahora la preocupación apunta hacia la inflación subyacente, que de momento no para de marcar máximos. A unos días para comprobar si conquista un nuevo récord o no, hay analistas que creen que "el pico está a punto de ocurrir". Pero el panorama no está exento de incertidumbre, lo que puede llevar los tipos de interés hasta el 4%.

Los expertos de Bank of America esperan que la tasa subyacente se desacelere 20 puntos básicos en febrero, hasta el 5,1%. Un descenso "impulsado por una desaceleración en los servicios y los productos manufacturados, pero con los servicios haciendo el trabajo pesado".

De cumplirse, supondría un cambio de rumbo, ya que en los últimos meses el IPC subyacente no ha hecho más que aumentar, hasta tocar el récord del 5,3% en enero. A partir de ahí, la incertidumbre sobre la fuerza de la caída y ​​la velocidad es grande.

"Esta incertidumbre puede tener consecuencias importantes", apuntan los analistas. De hecho, si, como algunos calculan, la inflación subyacente se mantuviera superior al 5% durante el primer semestre, "sería un escenario que fácilmente podría empujar la tasa de depósito terminal del Banco Central Europeo (BCE) al 4%, a menos que algo se rompa antes de que lleguemos allí", dicen en Bank of America.

Sin embargo, no hay nada que se pueda dar por sentado. "Probablemente sea demasiado pronto para decirlo y las divisiones son demasiado profundas para que esto suceda pronto". Además, "a día de hoy, no está nada claro que obtengamos alguna orientación para mayo en la reunión de marzo y podríamos estar lidiando con seis semanas más de dependencia extrema de los datos, discurso contradictorio del banco central y mucha volatilidad", aseguran.

Con este panorama, prevén que habrá un aumento de tipos de interés de 25 puntos básicos en mayo, "pero todo depende de una desaceleración de la inflación subyacente desde ahora hasta entonces". Si finalmente no ocurre esta caída, una subida de 50 puntos básicos "claramente estaría en juego".

Por su parte, en Oxford Economics vaticinan "solo una modesta relajación" en la inflación subyacente de febrero y creen que se mantendrá "mucho más rígida" que la tasa general en el transcurso de 2023: "Parece que se mantendrá obstinadamente alta en los próximos meses". Y esto será, a su parecer, el principal argumento que utilizará el BCE para justificar la necesidad de un mayor endurecimiento monetario. Ven una "casi segura" subida de tipos de 50 puntos básicos en marzo y, "salvo una caída inesperada de las presiones sobre los precios", otra de 25 puntos básicos en mayo. "La probable persistencia de las presiones sobre los precios subyacentes será el argumento central para que el BCE continúe subiendo los tipos en los próximos meses", concluyen.

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