- La inversión es la forma en que nuestro dinero trabaja para nosotros
- Conocer bien la rentabilidad, la liquidez y el riesgo que se asume es clave en toda inversión para evitar pérdidas inesperadas
El ahorro es el quebradero de muchas familias a final de mes. Es simplemente la cantidad de dinero que queda tras los gastos de la vida diaria. Sin embargo, tan importante es el hecho de ahorrar como invertir una parte de este dinero por el presente, pero sobre todo por el futuro.
Alberto Chan, trader profesional, autor del libro Educación financiera para padres e hijos, defiende la importancia de ambos conceptos -ahorro e inversión- como partes fundamentales para mejorar la situación financiera de los hogares. “Nuestra principal misión es lograr tener cada mes un dinero positivo en nuestro hogar (…) y para seguir progresando en nuestra educación financiera debemos tener claro que una parte de esos ahorros debe destinarse a la inversión”, sostiene.
¿POR QUÉ INVERTIR?
“Hay que invertir para tener un rendimiento del capital, de los ahorros y al menos intentar compensar el efecto de la inflación”
Pero, ¿por qué invertir? La inversión, según Chan, es la forma en que nuestro dinero trabaja para nosotros, o lo que es lo mismo: nuestro propio dinero nos aporta más dinero, si bien conviene saber que toda inversión conlleva un riesgo.
Nuria Álvarez, de Renta 4, aconseja invertir para “rentabilizar al máximo el dinero o ahorro disponible sin incurrir en un coste de oportunidad por tenerlo parado”. Por su parte, Jose María Rodríguez, analista técnico de Bolsamanía, apunta en la misma línea: “Hay que invertir para tener un rendimiento del capital, de los ahorros y al menos intentar compensar el efecto de la inflación”.
Efectivamente, la inflación es un elemento clave a la hora de enfocar el ahorro y la inversión. Si al dinero no se le saca suficiente rendimiento y los precios de la cesta de compra se encarecen, la capacidad adquisitiva de ese dinero será menor. De ahí la importancia de invertir.
Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversiones de Carmignac añade otra razón: "Hoy la mayoría de las personas que quieren asegurarse una jubilación cómoda tienen que plantearse invertir por su cuenta para complementar la pensión pública. En esos casos, invertir no consiste en especular o negociar a corto plazo, sino en asignar su capital de forma muy disciplinada a productos que generen valor a largo plazo", indica.
Además, la situación financiera será siempre similar si únicamente se ‘guarda’ ese dinero sobrante entre los ingresos y los gastos de cada mes. La inversión, de acuerdo a Alberto Chan, no debe verse como algo arriesgado, peligroso o con lo que se puede perder dinero. “No hay mayor riesgo, que no invertir. La inversión está unida a la prosperidad económica”, previene.
CONCEPTOS CLAVE: RENTABILIDAD, RIESGO Y LIQUIDEZ
Para evitar problemas financieros conviene tener claros los tres conceptos más importantes a la hora de empezar a invertir: rentabilidad, riesgo y liquidez. ¿Por qué son fundamentales?
A la hora de invertir habrá que analizar de manera rigurosa la rentabilidad, el riesgo y la liquidez de cada activo para decidir si nos interesa
La rentabilidad es la ganancia que se obtiene o se espera obtener al finalizar una inversión, que puede hacerse con renta fija o renta variable. Sin embargo, hay que tener claro que toda inversión, ya sea conociendo previamente la rentabilidad o desconociendo el porcentaje de beneficios potenciales, conlleva unos riesgos, sea el activo que sea.
Estos riesgos refieren a la probabilidad de perder una parte o todo el capital invertido en un activo y hay múltiples de ellos, como el riesgo de mercado, el riesgo de liquidez o el riesgo de impago. Conviene saber que a mayor rentabilidad, mayor riesgo y viceversa. Asumir este concepto aclarará mucho el enfoque de la inversión, obviarlo puede suponer un error que podría pagarse caro. Didier Saint-Georges explica que "es imposible obtener rentabilidad sin asumir riesgos, especialmente ahora que la deuda pública tiene unos tipos de interés tan bajos. Para que nuestras inversiones sean rentables, es necesario asumir riesgos. Así pues, hay que invertir con atención: esto implica, en primer lugar, tener claro el equilibrio entre el riesgo que se está dispuesto a asumir y la rentabilidad que se quiere conseguir".
La liquidez es el tercer concepto clave si decidimos invertir una parte de nuestros ahorros en acciones, fondos de inversión, depósitos, letras del tesoro, algún inmueble... Se trata de la posibilidad de convertir uno de estos activos financieros en dinero, algo que dependerá de las características de cada uno de ellos. Por ejemplo, en el caso de las acciones de la bolsa el dinero es fácilmente recuperable porque pueden venderse en cuestión de segundos, es decir, la liquidez es alta. Pero la venta de un inmueble es más compleja y podrían pasar meses hasta recuperar el dinero, que en muchos casos, puede ni ser el mismo que el de la inversión, la liquidez, por tanto, es baja.
De esta forma, a la hora de invertir habrá que analizar de manera rigurosa la rentabilidad, el riesgo y la liquidez de cada activo para decidir si nos interesa y evitar disgustos con una pérdida de capital.
LOS EXPERTOS ACONSEJAN…
Es importante invertir “sólo aquella parte del capital que no se necesite en mucho tiempo y tener muy claro que a mayor rentabilidad, mayor riesgo"
Los expertos son claros con sus consejos al respecto del tema. José María Rodríguez asegura que “las rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”, en el sentido de que los mercados financieros fluctúan y nadie puede asegurar ganancias del pasado. Además, considera importante invertir “sólo aquella parte del capital que no se necesite en mucho tiempo y tener muy claro que a mayor rentabilidad, mayor riesgo. Es imposible conseguir rentabilidades importantes sin asumir riesgos”.
Álvarez, de Renta 4, se posiciona en la misma línea y afirma que “a la hora de invertir es clave conocer el producto en el que se está invirtiendo y tener claro qué tipo de inversor somos (conservador, tolerante, moderado), ya que determinará el tipo de activos en el que invertir en función del perfil de riesgo”. Por otro lado, también considera importante “estar seguros del horizonte temporal en el que se quiere invertir teniendo en cuenta las necesidades de capital que cada persona tendrá en ese periodo de tiempo”, aconseja. Y precisa: “si a 2 años vista sé que voy a necesitar el dinero no lo pondré en un fondo de inversión a un plazo más largo que eso”.
Asimismo, recalca que es fundamental “ser muy disciplinado, diversificar tanto por producto como por sectores. La idea es ‘no poner todos los huevos en la misma cesta’ minimizando el riesgo y, sobre todo, buscar un binomio rentabilidad-riesgo que se ajuste a nuestro perfil”.
"Huya del consenso, de las 'apuestas obvias' en las que todo el mundo está ya posicionado. Piense por sí mismo"
Por su parte, Didier Saint-Georges de Carmignac, compañía especializada en la gestión de activos financieros, previene también de la necesidad de "mantener la mente abierta" a la hora de invertir. "Huya del consenso, de las 'apuestas obvias' en las que todo el mundo está ya posicionado. Piense por sí mismo", recomienda.
¿DÓNDE INVERTIR?
A la hora de invertir su dinero, los españoles siguen recurriendo mucho a las cuentas de ahorro. “Parece que muchos ahorradores todavía no se han dado cuenta del drástico cambio que ha supuesto la política de tipos de interés bajos del Banco Central Europeo para su patrimonio personal”, explica Carsten Roemheld, Estratega de mercados de capitales en Fidelity International.
“Los intereses que pagan las cuentas de ahorro, los depósitos a la vista y los depósitos a plazo fijo son minúsculos, lo que se traduce en rentabilidades negativas cuando se descuentan los gastos y la inflación. Naturalmente, los ahorradores siempre deberían tener unas reservas de liquidez adecuadas de las que puedan disponer rápidamente para hacer frente a un gran gasto inesperado. Para estos fines, se recomiendan los depósitos a la vista. Sin embargo, este tipo de inversión no es adecuada para constituir un patrimonio a largo plazo. Cualquier persona que esté en disposición de apartar una cantidad periódica de dinero debería plantearse contratar un plan de ahorro en fondos de inversión”, subraya.