Unos ritmos de contracción más lentos sugieren tentativamente que lo peor de la desaceleración del sector manufacturero de la zona euro ha pasado. Eso sí, la desaceleración continuó en el primer mes del año y los volúmenes de producción y de nuevos pedidos cayeron de nuevo. "Aunque los fabricantes continuaron informando de una caída de la producción y un deterioro de las carteras de pedidos en enero, factores que mantuvieron la desaceleración del sector por octavo mes consecutivo, el panorama es considerablemente más positivo".
Noticia relacionada
El sector manufacturero inicia 2023 mejor asentado, pero aún en terreno de contracciónAsí lo refleja el índice PMI del sector manufacturero de la zona euro, elaborado por S&P Global, que subió por tercer mes consecutivo en enero, a 48,8 frente a 47,8 registrado en diciembre. Aunque todavía se encuentra por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50 y, por lo tanto, indica un empeoramiento de la salud del sector manufacturero de la zona euro, su última lectura fue la más alta desde agosto del año pasado.
La producción manufacturera de la zona euro continuó cayendo en enero, extendiendo la actual secuencia de contracción que comenzó a mediados de 2022. No obstante, la caída fue marginal y la más lenta en siete meses. Las empresas encuestadas mencionaron la presión de la debilidad de la demanda como el principal lastre para los programas de producción.
Los datos de la encuesta de enero revelaron que los nuevos pedidos cayeron sólidamente y a un ritmo notablemente más rápido que el de la producción. Se observaron caídas particularmente pronunciadas de los nuevos pedidos recibidos en las fábricas en Austria y Alemania. Las carteras de pedidos en general también se redujeron debido al comportamiento de las ventas en los mercados extranjeros y los nuevos pedidos de exportación disminuyeron por undécimo mes consecutivo. La reducción de las ventas totales reflejó una demanda de los clientes moderada en general, aunque algunas empresas comentaron sobre los efectos negativos de la inflación y la incertidumbre. No obstante, la disminución de los nuevos pedidos en general fue la más débil desde mayo de 2022.
Puesto que los volúmenes de nuevos pedidos recibidos cayeron a un ritmo más rápido que los de la producción, los pedidos pendientes de realización en el sector manufacturero de la zona euro cayeron a un ritmo fuerte en enero. Dicha caída de los pedidos pendientes de realización fue la octava mensual consecutiva. No obstante, los niveles de empleo en las fábricas aumentaron y la tasa de creación de empleo repuntó levemente hasta su máxima de tres meses.
Mientras tanto, los datos de la encuesta de enero revelaron que los stocks de productos terminados cayeron por primera vez desde mayo de 2022 a medida que las empresas ajustan sus inventarios en concordancia con las condiciones de demanda predominantes. Los stocks de compras se mantuvieron sin cambios, poniendo fin a una secuencia de diecisiete meses de acumulación.
En enero se observó de nuevo que la situación de la cadena de suministro se mantuvo generalmente estable y su respectivo índice ajustado estacionalmente se situó apenas debajo del nivel de ausencia de cambios de 50. Se produjo una reducción de las presiones en los plazos de entrega debido a una nueva caída marcada de la actividad de compras. Estos factores también explicaron en parte una mayor moderación de la inflación de los costes de los insumos, que cayó hasta su mínima de 26 meses y estuvo por debajo de su promedio histórico. Sin embargo, los precios de venta aumentaron a una tasa ligeramente más rápida, aunque la inflación estuvo muy por debajo de la tendencia de 2022.
De los países de la zona euro estudiados por la encuesta (que combinados representan aproximadamente el 89% de la actividad manufacturera total), sus respectivos índices PMI manufactureros aumentaron en general al principio del año. De hecho, en los casos de Francia e Italia, las condiciones del sector mejoraron marginalmente en comparación con diciembre. El índice PMI manufacturero de Irlanda se situó una fracción por encima del nivel de ausencia de cambios de 50, lo que indica que, en términos generales, no hubo cambios en general. En el resto de los países, aunque las condiciones operativas empeoraron de nuevo, los ritmos de deterioro se ralentizaron.
MEJORA NOTABLE DE LA CONFIANZA EMPRESARIAL
Por último, hubo una notable mejora en la confianza empresarial en enero. Las expectativas de crecimiento se situaron en su punto más alto desde febrero de 2022, antes de la invasión rusa de Ucrania.
"No solo el ritmo de declive de la producción se ha moderado en enero por tercer mes consecutivo, sino que el optimismo empresarial con respecto a los próximos doce meses también ha aumentado en los últimos tres meses", destacan en S&P Global Market Intelligence.
Señalan que "la preocupación sobre las restricciones del suministro de gas y los altos costes del gas han dado paso a un mercado energético de aspecto mucho más estable en Europa, aunque en parte gracias a los subsidios estatales y al clima templado. Al mismo tiempo, las restricciones en general de la cadena de suministro se han aliviado considerablemente, lo que ha ayudado a muchas empresas a reducir los trabajos atrasados y aumentar la producción. Mientras tanto, el levantamiento de las restricciones por la COVID-19 en China continental se ha sumado a la sensación de que el lastre global de la pandemia ha pasado".
Todo esto "ayudó a reducir las presiones inflacionistas en general y aumentó la confianza de que lo peor de la presión del coste de vida ha pasado".
Sin embargo, "la demanda sigue siendo moderada, con pocas señales de que puedan vislumbrarse un impulsor de crecimiento importante en el horizonte. La economía aún no ha experimentado el impacto completo de la subida de los tipos de interés, que parece ser que aumentarán aún más en los próximos meses, lo cual presenta una perspectiva potencialmente desafiante para el crecimiento económico", concluyen.