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El presidente del Gobierno, Pedro SánchezEduardo Parra - Europa Press

En un abrir y cerrar de ojos, estamos ante una crisis bursátil que supera la del Brexit -el Ibex ha caído ya un 25% desde máximos- y empieza a recordar a la de 2008, de nefasto recuerdo. Pero la situación actual es todavía mucho más grave. El impacto del coronavirus en la economía europea en general y española en particular va a ser, con toda seguridad, mucho mayor de lo que nadie esperaba. La famosa desaceleración en que nos encontramos se convertirá en una recesión sin paliativos. Y nos pilla sin herramientas para hacerle frente y con un Gobierno que rema en dirección contraria.

Como les hemos venido contando en Bolsamanía, este es uno de esos momentos muy difíciles en bolsa. Los analistas no se ponen de acuerdo sobre si hay que comprar o vender; para lo segundo es demasiado tarde (había que haber vendido en los primeros días de caída); y para lo primero era demasiado pronto entonces, a la vista de las caídas posteriores. ¿Y ahora? Nadie lo sabe, pero lo cierto es que por análisis técnico no tenemos figura de vuelta, lo que indica -salvo una impredecible vuelta en V- que podemos seguir bajando todavía más.

Obviamente, este desplome tiene un importante efecto en los ahorros de aquellos que invierten directamente en bolsa o indirectamente a través de fondos de inversión o planes de pensiones. Pero esto va mucho más allá del efecto riqueza. Lo que descuenta la bolsa es un impacto terrible del coronavirus en la economía. Y aunque es posible que el mercado se esté pasando de frenada, sería ingenuo pensar que no va a haber consecuencias muy serias.

HUNDIMIENTO DEL TURISMO Y EL OCIO

La prestigiosa firma de análisis económico Pantheon da unas previsiones para la economía británica que dan miedo y que pueden extrapolarse perfectamente a España. A su juicio, la actividad en los sectores de restauración, entretenimiento (cines, teatro, museos...) y deportes y actividades recreativas caerá un 20% solo en marzo. A eso añade un descenso del 10% en la actividad de las aerolíneas y de un 5% en la de los hoteles. No hace falta insistir en que el peso de estas actividades en el PIB español es muy superior al que tienen en el británico.

Pantheon admite que, al quedarse en casa, las familias incrementarán su gasto en actividades en el hogar, pero eso será más que compensado por la caída de las ventas de gasolina. Y añade que, cuando pase la crisis, los hogares volverán al gasto anterior, pero no incurrirán en un gasto extra que compense las pérdidas sufridas por el camino. ¿Cuándo ocurrirá eso? Teniendo en cuenta el tiempo de desarrollo del virus, no espera que sea hasta principios de julio en Reino Unido. En España podría ser algunas semanas antes porque aquí la epidemia llegó primero, pero tampoco demasiadas.

A su juicio, el PIB empezará a recuperarse en el tercer trimestre, pero por el camino muchas empresas pueden reducir su inversión y contratación (en España sería despedir), o incluso acabar en suspensión de pagos si no tienen capacidad para aguantar la crisis. Y, en todo caso, la pérdida de confianza en los meses actuales puede crear un efecto de bola de nieve que se extienda a todo el año.

EL CIERRE DE COLEGIOS, LA PUNTILLA

Pero "el riesgo más importante es que el Gobierno cierre los colegios pronto para ralentizar la propagación, lo que obligará a los padres a dejar de trabajar para quedarse con sus hijos". Pantheon estima cuántos padres tendrán que quedarse en casa porque no tienen cónyuge ni abuelos de los que tirar: en torno al 5% de la fuerza laboral. Y a eso hay que sumar la caída de la actividad en el sector educativo. "El resultado es que cerrar los colegios incrementaría drásticamente el daño económico causado por el virus y requeriría una respuesta fiscal y monetaria mucho más grande", concluye. La Comunidad de Madrid anunció ayer el cierre de los centros educativos durante 15 días.

A la espera de lo que Lagarde -que tiene una auténtico papelón- anuncie este jueves, España tiene el enorme problema de que no tiene margen para aplicar estímulos fiscales porque no hemos reducido nada el gasto público en estos años de recuperación. Salvo que volvamos a déficits del 11% como en la aciaga etapa de Zapatero, claro. De hecho, las políticas anunciadas por el Gobierno van en sentido contrario: aumentar el gasto improductivo y reducir la flexibilidad laboral (al anular la reforma de Rajoy).

Por tanto, la cosa pinta muy mal y las consecuencias van a ser mucho más graves que el brutal desplome que han sufrido las bolsas. En Bolsamanía hemos planteado opciones como la bonificación o el aplazamiento del pago del IVA y de la Seguridad Social para las pymes, pero no parece que haya disposición para ello.

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