La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado a la baja las proyecciones de España de cara a 2024, del 1,9% al 1,4%, mientras que prevé un repunte del 2% en 2025. Asimismo, le ha pedido que lleve a cabo más ajustes para poder afrontar obligaciones futuras como el aumento del gasto en pensiones e impulsar el crecimiento.
La institución con sede en París también ha rebajado una décima el crecimiento esperado para este año desde el 2,5% hasta el 2,4%.
Este empeoramiento de las perspectivas viene motivado por la disminución de las exportaciones e importaciones en los últimos trimestres a medida que la actividad en los principales socios comerciales de España ha ido cayendo.
"El endurecimiento de la política monetaria está influyendo en la actividad. Los estándares crediticios para préstamos a empresas y consumidores se han endurecido y los costos han aumentado para todos los sectores. El crédito inmobiliario a los hogares y el crédito a las empresas disminuyeron un 3,4% y un 4,7% respectivamente durante el año transcurrido hasta septiembre de 2023. Los hogares están muy expuestos al aumento de los tipos de interés, ya que el 70% de las hipotecas son a tipo variable", ha advertido la OCDE.
La política monetaria restrictiva, junto con una política fiscal menos favorable, desacelerará el consumo público y privado en 2024. La inversión también decrecerá debido a las condiciones crediticias y financieras restrictivas. No obstante, se espera que las exportaciones netas mejoren a partir de 2025, ayudado por un mayor crecimiento en los principales socios comerciales de la UE.
La disminución gradual de las presiones inflacionarias, junto con la resiliencia del mercado laboral y el despliegue de proyectos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (RTRP) respaldarán el crecimiento en 2025.
Se estima que la inflación repunte en el primer semestre de 2024 a medida que las iniciativas para reducir los precios de la energía se eliminarán gradualmente a partir de diciembre de 2023, pero volverá a disminuir hacia finales de 2024 y en 2025. La inflación subyacente, por su parte, se mantendrá alta en 2024 debido al efecto retardado de la transferencia de una mayor inflación de los precios de la energía, pero caerán en 2025.
"Las perspectivas están rodeadas de riesgos importantes. Una nueva escalada de los conflictos geopolíticos podría hacer subir los precios de la energía y la inflación y empeorar las perspectivas económicas de los principales socios comerciales de España. La lenta implementación del PRTR podría frenar el crecimiento más de lo esperado", ha alertado el organismo.
Por el lado positivo, ha destacado que una mejora más rápida de lo esperado en el entorno internacional y un mayor impacto de los fondos RTRP respaldarían la actividad.
"ES NECESARIO REDUCIR MÁS LA DEUDA PÚBLICA"
La OCDE también ha remarcado la necesidad de una consolidación fiscal más sólida y sostenida para mantener la deuda en una trayectoria descendente y crear espacio para un gasto que impulse el crecimiento.
En este sentido, se pronostica que el gasto relacionado con el envejecimiento aumentará 2,7 puntos porcentuales del PIB potencial entre 2024 y 2040.
"Un apoyo fiscal considerable ayudó a mitigar los efectos del shock inflacionario en las empresas y los hogares, pero el apoyo debería finalizar según lo previsto. Los esfuerzos para fomentar proyectos de I+D a través de asociaciones entre empresas e institutos de investigación y reducir las diferencias regulatorias entre regiones mejorarían la productividad y la innovación", ha indicado el organismo.
Igualmente ha indicado que mejorar las habilidades y los resultados educativos puede respaldar las perspectivas laborales, especialmente para los jóvenes, y debe priorizarse junto con políticas activas del mercado laboral más eficientes. Para cumplir los objetivos del país de luchar contra el cambio climático será necesario un régimen fiscal más respetuoso con el medio ambiente, con una base impositiva más amplia y menos exenciones.
PERSPECTIVAS MUNDIALES
Las últimas perspectivas económicas de la OCDE proyectan un crecimiento del PIB mundial del 2,9% en 2023, seguido de una leve desaceleración al 2,7% en 2024 y una ligera mejora al 3,0% en 2025. Se espera que Asia siga representando la mayor parte del crecimiento mundial en 2024-25 como lo ha hecho en 2023.
Se proyecta que el crecimiento del PIB en Estados Unidos será del 2,4% en 2023, antes de desacelerarse al 1,5% en 2024 y luego repuntar ligeramente al 1,7% en 2025, a medida que se espera que la política monetaria se relaje.
En la zona del euro, que se había visto relativamente afectada por la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y el shock de los precios de la energía, se proyecta un crecimiento del PIB del 0,6% en 2023, antes de aumentar al 0,9% en 2024 y al 1,5% en 2025. Para China se pronostica una tasa del 5,2% este año, antes de que el crecimiento caiga al 4,7% en 2024 y al 4,2% en 2025 debido a las continuas tensiones en el sector inmobiliario y las continuas altas tasas de ahorro de los hogares.
Por el lado de la inflación, se prevé que siga disminuyendo gradualmente hacia los objetivos de los bancos centrales en la mayoría de las economías para 2025, a medida que se moderen las presiones de costos. Se espera que la inflación de los precios al consumidor en los países de la OCDE disminuya del 7,0% en 2023 al 5,2% en 2024 y al 3,8% en 2025.
"La economía mundial sigue enfrentando los desafíos del bajo crecimiento y la inflación elevada, con una leve desaceleración el próximo año, principalmente como resultado del necesario endurecimiento de la política monetaria en los últimos dos años. La inflación ha disminuido desde los máximos del año pasado. Esperamos que la inflación vuelva a alcanzar los objetivos de los bancos centrales para 2025 en la mayoría de las economías", ha dicho el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann .
"A más largo plazo, nuestras proyecciones muestran un aumento significativo de la deuda pública, en parte como resultado de una mayor desaceleración del crecimiento. Se necesitan mayores esfuerzos para reconstruir el espacio fiscal, impulsando también el crecimiento. Para asegurar un crecimiento más fuerte, necesitamos impulsar la competencia, la inversión y las habilidades y mejorar la cooperación multilateral para abordar desafíos comunes, como revitalizar los flujos comerciales globales y implementar acciones transformadoras sobre el cambio climático", ha concluido.