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El suministro de gas a Europa vuelve a estar en el punto de mira. Aunque la situación de cara al invierno de 2023/24 parece estar bajo control, empiezan a surgir las dudas más a futuro. Y es que la Unión Europea (UE) debe enfrentar ahora un nuevo reto garantizar la llegada del gas necesario. "El panorama parece menos benigno para el invierno de 2024/25".

Son palabras de los estrategas de Berenberg, que han dado la voz de alarma en su último informe sobre posibles escenarios del gas en la UE, que precisamente titulan 'Bien este invierno, riesgos más allá'. Tal y como comentan, los riesgos para el invierno 2023/24 "siguen siendo limitados" porque Europa "sigue bien encaminada para llenar sus instalaciones de almacenamiento lo suficiente" antes de que llegue el frío y comience la temporada de calefacción, por lo que es muy probable que pueda superar esos meses "sin escasez ni racionamiento impuesto por el gobierno".

A cierre de junio, destacan estos expertos, los almacenes de gas de la UE estaban llenos en un 77%, 19 puntos porcentuales más que en el mismo mes de 2022, lo que hace ser optimistas respecto a los meses de frío. "Esto pone a la UE en camino de llenar completamente sus instalaciones de almacenamiento a finales de octubre", dicen los analistas de la firma germana, que otorgan a esta previsión una probabilidad de aproximadamente el 90%.

Sin embargo, alertan de que Europa no puede lanzar las campanas al vuelo, teniendo el nuevo reto al que se enfrentará los próximos años: la decisión del Gobierno holandés de detener la producción de gas el 1 de octubre de 2023, un año antes de lo previsto, debido a los terremotos asociados a la explotación del yacimiento de Groningen. El cierre de Países Bajos afectará al suministro futuro, por lo que la UE debe empezar ya a trabajar en buscarle sustituto.

"Aunque la producción holandesa desempeña un papel menor para el suministro de gas de la UE en comparación con las importaciones, los Países Bajos siguen produciendo gas suficiente para llenar cada mes alrededor del 1% de la capacidad de almacenamiento de la UE", recuerdan los expertos de Berenberg.

Sus escenarios muestran que la UE "puede prescindir del gas neerlandés en el próximo invierno salvo en supuestos extremadamente negativos". Sin embargo, apuntan, la UE "tendrá que sustituir el suministro perdido de los Países Bajos con más importaciones o más ahorros para los años siguientes para mantenerse en el lado seguro", aunque es cierto que la cuota holandesa en la producción de gas de la UE ya había disminuido, y en lo que va de 2023 era del 33%, por debajo del 46% del periodo 2017-2021.

Y es que los riesgos empiezan a asomar de cara al invierno 2024/25. "Ampliamos nuestros escenarios para incluir el invierno de 2024/25, y el panorama parece menos benigno entonces, incluso cuando asumimos para nuestra línea de base que nuevos ahorros y sustituciones pueden reducir el uso de gas un 20% por debajo del punto de referencia de antes de la guerra a partir de mediados de 2024 (por encima del 15% hasta entonces)".

Como dicen estos analistas, "si al menos dos de los tres riesgos se materializan (es decir, cierre de todos los gasoductos rusos, clima más frío o menor ahorro de gas), la UE podría sufrir una escasez absoluta", proyectan, y esto es una señal de alarma. Por eso "los esfuerzos de ahorro y las fuentes alternativas de energía siguen siendo cruciales", destacan.

Sobre todo porque la UE importa la mayor parte de su gas. En lo que va de año, las principales fuentes de importación de gas han sido los gasoductos de Noruega (29%), Argelia (10%), Rusia (8%, desde el 41% que representaban en 2021), Reino Unido (7%), Azerbaiyán (4%) y Libia (1%), así como el gas natural licuado (GNL) con un 41%. Y de ese 41% de GNL, 19 puntos porcentuales proceden de América, 8ppt de África, 6ppt de Oriente Medio, 6ppt de Rusia y 1ppt de otros lugares.

RECORTES DE PRECIOS

En cualquier caso, en Berenberg opinan que "se avecinan recortes de precios". "Los precios de referencia del gas al por mayor habían caído bruscamente desde su máximo a finales del verano de 2022, pero parecen haber tocado fondo ahora en aproximadamente el doble de su media de 2015-19", destacan los expertos de la firma.

Los precios de los futuros "siguen indicando un repunte del 50% desde su actual nivel inesperadamente bajo a finales de 2023". Sin embargo, destacan, "lo peor parece haber pasado para los consumidores de la eurozona, que actualmente pagan por el gas más de lo que sugieren los precios de referencia de los futuros para 2024".

Por ello creen que los precios del gas al consumo "podrían bajar ligeramente en los próximos dos años".

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