Aunque nadie sabe exactamente cómo se implementarán las nuevas política, las normas presupuestarias de la UE pondrán en aprietos a tres países. "Se podría pedir a Italia, Francia y, en menor medida, a España que endurezcan significativamente sus políticas en los próximos años", dicen en Pantheon Macroeconomics.
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Lo bueno, lo feo y lo malo del acuerdo sobre las nuevas reglas fiscales de la UESegún los datos más recientes, Alemania tiene un déficit de alrededor del 2,5% del PIB, Francia del 4,6%, Italia de entre el 6,5% y el 7% y España de poco más del 3% del PIB.
En base a lo que se conoce por ahora, el nuevo marco se apega a la regla de consolidación si la relación deuda-PIB de un país excede el 60% o si tiene un déficit superior al 3% del PIB.
"Pero el problema está en los detalles. El objetivo de déficit del 3% parece ahora estar relacionado con el déficit primario, al menos inicialmente". Como explican, "no se menciona explícitamente, pero la idea de un período transitorio de 2025 a 2027, en el que los planes de reducción del déficit tendrán en cuenta el aumento de los pagos de intereses, insinúa claramente un enfoque en los déficits primarios".
Para los expertos, la cuestión se vuelve más complicada cuando se analiza cómo se garantizará que sus miembros respeten las nuevas reglas. La Comisión propone un enfoque individual para cada país basado en una trayectoria de gasto neto plurianual que el gobierno debe tener en cuenta para producir un plan de cinco años, llamado plan fiscal-estructural de medio plazo.
De esta manera, los países deben reducir el gasto si superan el umbral presupuestario, en una cantidad acordada por año.
Nadie sabe cómo estricta será la UE si los Estados miembros se desvían del camino. La comunicación actual sugiere que se impondrán multas en caso de infracciones, pero también sugiere un amplio margen de maniobra. En concreto, obtendrán una prórroga de dos años a cambio de reformas e inversiones que mejoren el potencial de crecimiento y apoyen la sostenibilidad fiscal.
"En pocas palabras, la política fiscal de la UE es ahora más activista y propensa a reaccionar con más fuerza y antes para proteger a los hogares y las empresas de shocks adversos. Esto, a su vez, significa que pensamos que la UE será más indulgente con los gobiernos que en el pasado, especialmente en el contexto de políticas para combatir desaceleraciones cíclicas o shocks adversos, así como en relación con la inversión y el gasto que favorecen el crecimiento", señalan.
En Pantheon Macroeconomics consideran que mantener la relación deuda-PIB permitida en el 60% expone potencialmente a varios países clave de la UE a programas de ajuste fiscal de una década de duración. Y "este es exactamente el tipo de consolidación y austeridad forzadas por las que se ha criticado a la UE y que es tan impopular en los Estados miembros".