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Bandera de la UE frente a la sede de la Comisión EuropeaCOMISIÓN EUROPEA - Archivo

Recesión. Esa palabra parece haberse enquistado en el vocabulario de los europeos, y es que tras empezar a salir del túnel que provocó la pandemia de Covid-19, llegó el golpe de la guerra de Ucrania, que según todas las previsiones acabará con un nuevo retroceso de la economía europea. De hecho, lleva meses desacelerándose, y puede que ya haya caído en contracción. Los datos lo confirmarán próximamente. Sin embargo, los expertos creen que no todo está perdido, y que el Viejo Continente logrará recuperarse rápidamente y con fuerza de esta situación. Ven posible un rebote de la economía en forma de 'V' que empezará una vez acabe el invierno.

Es la previsión que hacen los analistas de Berenberg en uno de sus últimos informes. Pese a que estos expertos son de los más pesimistas sobre el golpe que sufrirá la economía europea en los próximos meses (prevén una contracción del 2% en el cuarto trimestre de este año y en los tres primeros meses de 2023, frente a la caída del 0,5% proyectada por el consenso de Bloomberg), también creen que Europa logrará salir del hoyo con cierta celeridad.

"¿Qué ocurrirá cuando pase el invierno? Si el shock de Putin se desvanece al menos un poco el año que viene, esperaríamos que las economías europeas se recuperen en forma de 'V'. En la primavera de 2024, la actividad económica podría volver a ser la misma que en la primavera de 2022, a la que seguirían otros avances significativos a partir de entonces", remarcan desde la firma alemana.

Y es que, recuerdan, cuando una economía "bastante sana" se hunde en respuesta a un choque externo, como es el caso de la guerra de Ucrania, "el rebote puede ser rápido", defienden estos expertos, que ponen como ejemplo lo ocurrido ante la pandemia. "¿Recuerdan cómo las recuperaciones de EEUU y Europa tras la crisis de Covid-19 superaron incluso nuestras previsiones por encima del consenso en ese momento? Para Europa, esperamos un patrón similar ahora, es decir, una sólida recuperación a partir de mediados de 2023 tras una recesión invernal y una estabilización en el segundo trimestre del próximo año", afirman.

Apuntan que tanto la bajada como la posterior subida del PIB real "serán menos pronunciadas que en 2020/2021", y además remarcan que "una economía también puede recuperarse bien de una recesión causada por el endurecimiento monetario si el auge inflacionista precedente no incluyó una bonanza crediticia excesiva o la acumulación de otras fragilidades financieras graves", como también está pasando. A su juicio, "EEUU puede tener un rebote de este tipo a partir de finales de 2023, tras una desaceleración poco profunda en el transcurso del próximo año".

En cualquier caso, sobre Europa los estrategas de Berenberg afirman que sorprende su "resistencia", y es que hasta que Rusia empezó a restringir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream 1 en junio, "el PIB de la eurozona había seguido recuperándose bien de la recesión del Covid-19 a un ritmo superior a la tendencia a lo largo de finales de 2021 y la primera mitad de 2022, a pesar de una nueva oleada invernal de la pandemia, la conmoción inicial de la guerra de Putin contra Ucrania, las grandes interrupciones de la cadena de suministro y los cierres chinos".

"Esto sugiere que la economía de la Eurozona -desde un punto de vista fundamental- no está en mala forma", destacan estos analistas que, sin embargo, dejan claro que el aumento de la inflación impulsado por la energía hasta el 10%, el correspondiente desplome de la confianza de los consumidores hasta un nuevo mínimo histórico y la preocupación por la escasez de gas "apuntan ahora a una grave recesión invernal".

LOS IMPULSORES DEL REPUNTE

Pero "una vez que haya pasado el invierno y se haya disipado la preocupación por el gas, esperamos que Europa respire con alivio", afirman. En concreto, creen que tras un aumento del PIB real de la zona euro ligeramente inferior al 3% en 2022 y un descenso del 1,3% en 2023, habrá un crecimiento del 2,5% en 2024.

"Nuestra previsión de un repunte en forma de 'V' tras una grave recesión se basa en un supuesto crucial: la crisis de Putin no empeorará", dicen los analistas de la firma germana, que esperan que los precios europeos de la energía "se sitúen en los niveles actuales o ligeramente por debajo de ellos y que el riesgo de escasez de gas sea menor en el segundo semestre de 2023 que en la actualidad".

Para conseguirlo, detallan, estiman que "Europa probablemente tendrá que reducir su consumo de gas a finales de 2023 en al menos un 25% con respecto a la media de 2018-2021". "Es una tarea difícil, pero con doce meses más por delante, esperamos que los ingenieros europeos encuentren muchas más formas de ahorrar gas utilizando menos energía, cambiando a otros combustibles y trasladando hasta el 2%-3% de las líneas de producción europeas más intensivas en gas a EEUU antes de la temporada de frío 2023/2024, liberando así gas para otros usos", comentan.

Y como "es poco probable que la oferta de gas natural (incluido el gas natural licuado) siga aumentando significativamente en los próximos dos años, Europa tendrá que ahorrar mucho gas para volver a su nivel de PIB de la primavera de 2022 en la primavera de 2024, como proyectamos, probablemente con una ligera inclinación hacia los servicios y alejándose de las partes más intensivas en gas de la industria".

Berenberg espera un fuerte compromiso por parte de los hogares y las empresas para reducir su consumo energético, teniendo en cuenta que los precios están tan altos que, ya de por sí, eso se convierte en un buen incentivo para hacerlo. Con el tiempo, además, esperan que "el ajuste se acelere" o "de lo contrario la recuperación de Europa de la recesión sería más superficial" de lo previsto.

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