Se habla mucho del sufrimiento del consumidor por la subida de la energía y Bank of America (BofA) considera que no se está hablando lo suficiente de lo mucho que están sufriendo y van a sufrir las empresas europeas y de cómo la situación va a impactar en sus resultados. El banco estima una caída de sus beneficios operativos del 1,5% este año y del 2,4% el próximo por esta circunstancia.
"El BCE sigue hablando mucho pero aún no hay nada claro ni contundente", afirma Rubén Segura-Cayuela, economista para Europa de BofA Europe, "sorprendido" porque el organismo "ignora" los riesgos a la baja para el crecimiento que supone la subida de la inflación debido a la energía.
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Crack energético: precios récord en Europa, cortes en China, sin gasolina en Reino Unido..."Nuestra reciente mejora de la inflación hasta el 2,4% y el 2,2% para 2021 y 2022 pone en riesgo unos 30 puntos básicos del PIB a través del consumidor", explica. "Hoy vamos un poco más allá. Los beneficios operativos de las empresas podrían ser un 2% más bajos en 2021/2022 debido a la reciente evolución del precio del gas, o el doble si los salarios crecieran 1 punto porcentual más al año", añade.
La temporada de resultados del tercer trimestre está a punto de comenzar y se espera que las compañías empiecen a recoger todo lo que está sucediendo en sus cuentas. El consenso prevé un crecimiento del BPA del 40% para el Stoxx 600 en el tercer trimestre, frente al 190% del segundo, ya que los efectos positivos de la comparativa con el mismo periodo del año pasado, en plena pandemia de Covid, empiezan a desaparecer.
"Las expectativas del consenso para el crecimiento del BPA del Stoxx 600 en 2021 han aumentado hasta el 58%, mientras que nuestro análisis implica una estimación más prudente del 42%", indican desde BofA.
UN SILECIO "REVELADOR"
Para Segura-Cayuela, el silencio del Banco Central Europeo ante los riesgos a la baja es "bastante revelador". "La clara excepción fue (Philip) Lane, que ha dicho recientemente que un choque energético es, en general, contractivo", afirma.
"Seguimos esperando que el Comité Ejecutivo nos diga que el hecho de que el mercado prevea subidas (de tipos) a mediados de 2023 es incoherente con las actuales orientaciones de los tipos de interés. El gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, ha dicho exactamente eso, pero sorprende que algo tan simple y potencialmente tan poderoso no sea expresado por otros, en particular por el Comité Ejecutivo (del BCE)", añaden desde Bank of America.
Stournaras dijo a finales de semana que las apuestas actuales de los inversores sobre que la primera subida de tipos del BCE se producirá a mediados de 2023 "no están en consonancia con nuestra orientación futura". Así, añadió que los responsables de la política monetaria tratarán de evitar cualquier perturbación tras el final del programa de compra de deuda de emergencia. Sus palabras dejan entrever la preocupación del BCE ante la posibilidad de que la volatilidad de los mercados financieros y el endurecimiento de la política monetaria puedan perjudicar la recuperación de la eurozona.
Para Bank of America, habrá que esperar al menos hasta la reunión del 28 de octubre del BCE para obtener un mensaje claro sobre este tema. Si para entonces no se observa una reacción más generalizada, "estaríamos más preocupados", admiten. En su opinión, ahora mismo hay dos problemas. Por un lado, el nuevo 'forward' (hoja de ruta) de los tipos de interés tiene un cierto margen a la interpretación subjetiva y eso deja lugar a mensajes contradictorios. En segundo lugar, y esto quedó bien reflejado en las actas de la reunión de septiembre, las nuevas orientaciones a futuro del BCE ponen las previsiones en el centro de la escena. "Y eso, potencialmente, crea mayores amenazas a la credibilidad", reconocen estos expertos.