- Pero dice que se necesita empezar ya con lo que sea que se acuerde
- Lamenta que
España cerró el ejercicio 2015 con un déficit público del 5% del PIB, unos 56.000 millones de euros, muy objetivo del 4,2% pactado con Bruselas y también superior a la estimación del 4,5% de la Comisión Europea. Ahora, el reto es cumplir los dos próximos años, algo que parece muy complicado, opina el economista Santiago Niño Becerra.
Hay que tener en cuenta que el Gobierno acordó con Bruselas un déficit del 2,8% en 2016 y del 1,4% el próximo año. Sin embargo, las cuentas no le salen al catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull.
Niño Becerra utiliza para sus cálculos las previsiones del Banco de España, según las cuáles la economía crecería un 3% en 2016 y tendrá un déficit del 4,4%, lo que supondría 14.000 millones de euros de diferencia respecto a lo pactado con la Comisión Europea.
Si a España se le exige que llegue al 31 de Diciembre del 2017 cumpliendo lo que se comprometió, tendrá que conseguir como sea la friolera de 38.000 millones de euros
Para el año siguiente, más de lo mismo. Según estas proyecciones España crecería un 2,9%, y tendría una diferencia presupuestaria a la baja del 3,4%, 14.000 millones de euros más que lo acordado. Y a estas dos cantidades habría que sumar el desvío de 10.000 millones de 2015.
“Es decir, si a España se le exige que llegue al 31 de Diciembre del 2017 cumpliendo lo que se comprometió, tendrá que conseguir como sea la friolera de 38.000 millones de euros”, escribe Niño Becerra en La Carta de la Bolsa. El economista explica que la forma de hacerlo sería “a base de una mayor recaudación fiscal porque el crecimiento económico haga que las bases imponibles sean mayores o porque se aumenten los tipos impositivos, y / o recortando el gasto público (eso que se denomina ‘consolidación fiscal’) a fin de que sobren ingresos para aplicar al déficit”.
¿SE PODÍA CONSEGUIR EL OBJETIVO DE DÉFICIT?
El experto señala que “en España los políticos han estado vendiendo la idea de que el crecimiento ya estaba en marcha y que el cumplimiento del déficit se podía conseguir: el Gobierno porque lo decía y la oposición porque no lo cuestionaba”. “Y en el transcurso de los meses hemos llegado a donde estamos: colgados de unos compromisos que va a costar muchos llantos cumplir”, añade en el mismo artículo.
El economista catalán descarta que haya inestabilidad por ausencia de Gobierno, ya que entre otras cosas, hay un presupuesto aprobado y los intereses de la deuda se van pagando. “Es sabido que el Gobierno que venga hará lo que le digan la Comisión Europea y los mercados a cambio de un año de margen, y ese Gobierno, tenga el color que tenga, lo aplicará sin rechistar”. Lo que sí conviene, prosigue, “es que haya Gobierno ya a fin de que empiece a aplicar ya lo que le digan”.
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