- La cuestión horaria permanece parada en el Congreso
- La jornada partida está arraigada en España desde la II Guerra Mundial
En España prima la cultura del presencialismo frente a la consecución de objetivos. Una realidad que se pone de manifiesto diariamente con largas jornadas de trabajo que se alargan varias horas más allá del habitual nueve a cinco de otros países europeos.
Expertos, políticos y empresarios coinciden en que un cambio es necesario, ya que este modo de trabajar no es ni productivo ni beneficioso para la salud de los trabajadores. Pero, con tantas pruebas a favor, ¿por qué no se cambia este hábito?
"Pienso que el 'horario' ya no es importante, sino el producto que hay que generar: hay que hacer lo que hay que hacer en el menor tiempo posible para, luego, hacer más. Y el tiempo se reduce con inversión y con organización", señala Becerra
Según señala El País, la falta de empuje de los Gobiernos que no terminan de impulsar políticas que regulen los horarios de las jornadas laborales de los trabajadores, así como una generación de empresarios anclados en el pasado, son los responsables de que la revolución laboral en España, sea cosa del futuro.
Uno de los abanderados de las jornadas de trabajo más centradas en objetivos y menos en horarios es el economista Niño Becerra, que a raíz de este debate se pronunciaba en twitter. "Pienso que el 'horario' ya no es importante, sino el producto que hay que generar: hay que hacer lo que hay que hacer en el menor tiempo posible para, luego, hacer más. Y el tiempo se reduce con inversión y con organización."
(1/2) Pienso que el 'horario' ya no es importante, sino el producto que hay que generar: hay que hacer lo que hay que hacer en el menor
— S. Niño Becerra (@sninobecerra) julio 27, 2015
¿POR QUÉ NOS AFERRAMOS A LA JORNADA PARTIDA?
Durante la segunda Guerra Mundial, España equiparó su horario al de Alemania y al terminar no volvió a su horario habitual por lo que de entrada, en España tenemos una jornada laboral retrasada. Por otro lado, la necesidad del pluriempleo fomentó que los ciudadanos tuvieran un trabajo por la mañana y otro por la tarde algo que se ha mantenido a lo largo del tiempo.
Asimismo, este horario, a diferencia de lo que pudiera parecer, va en contra de la productividad, tal y como ha puesto de manifiesto la OCDE en un informe en el que se constata que en España se trabajan más horas, 3,21 euros/hora trabajada, frente a los 45,5 euros/hora trabajada de Suecia, país que hace uso de la apreciada jornada continua.
Lo cierto es que habrá que esperar un tiempo para ver un cambio en los horarios de los españoles. El asunto de los horarios llegó al Congreso en 2012, pero desde entonces se mantiene parado. El Gobierno nunca llevó a debate el documento en el que se recogía la cuestión y por el momento no parece que sea una cuestión prioritaria.
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