'Nuevamente a Europa se le ha venido un problema que no ha buscado, el de miles de refugiados que ya han llegado y el de los millones que, previsiblemente, van a llegar', analiza Santiago Niño Becerra.
Un elemento que conviene tener en cuenta. No obstante, como economista, Niño Becerra se detiene en el análisis económico del asunto. “En la última década han aumentado las publicaciones y los comunicados que insisten en que Europa necesita aumentar su población debido al envejecimiento de la misma”, recuerda. Sin embargo, este razonamiento choca frontalmente con un hecho que se ha puesto de manifiesto desde los años 80, opina: “Cada vez se precisan menos horas de trabajo y de menor cualificación media para generar una unidad de PIB”.
Aumentar la oferta de trabajo para forzar los salarios a la baja y aumentar la población activa en la que escoger a los mejores elementos comprando su trabajo más barato
Esto último se debe a que “cada vez la tecnología es más sofisticada, más barata y más fácil de manejar, luego aumentar la productividad por unidad de input es más barato y sencillo, lo que permite reducir costes al ahorrar factores productivos y mejorar la competitividad así como adecuar la producción a las expectativas de consumo”.
GASTO EN REFUGIADOS
Por el lado del gasto no hay justificación económica a la llegada de refugiados, explica el economista. “De entrada, y hasta que estas personas se hallen en disposición de generar PIB van a ser detractores netos de recursos”. “Un Gobierno puede gastarse lo que recauda como estime oportuno, pero lo que se gasta en una cosa por fuerza debe dejarse de gastar en otra so pena de que se recurra al endeudamiento pervirtiendo el concepto de lo que debe ser la deuda”.
Así, se pregunta el catedrático de Estructura Económica, ¿cuál es la razón de que se justifique como económicamente positiva la llegada de estos refugiados? “Pienso que sólo una: aumentar la oferta de trabajo para forzar los salarios a la baja y aumentar la población activa en la que escoger a los mejores elementos comprando su trabajo más barato. Máxime teniendo en cuenta que muchos de los que están llegando son personas cualificadas”.
De esta forma, Niño Becerra anima a seguir la evolución del impacto económico de estos refugiados “y de los que van a llegar en el tejido económico-social de Europa”.
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