No hay quien pueda con la inflación de la zona euro. En septiembre, el Índice de Precios de Consumo (IPC) traspasa la línea y se coloca en el 10%, frente al 9,1% de agosto, según la estimación preliminar de Eurostat, la oficina estadística comunitaria. Los precios suben así como nunca antes.
El dato, por encima de las previsiones, suma presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que siga elevando agresivamente los tipos de interés. Recientemente, la presidenta del organismo, Christine Lagarde, ha insistido en que el supervisor monetario seguirá subiendo los tipos en las próximas reuniones: "Haremos lo que se tiene que hacer" para lograr "la estabilidad de precios, que es el objetivo del BCE y devolver la inflación al 2% en el medio plazo".
"Con el BCE totalmente enfocado en las lecturas de inflación, creemos que el dato de hoy provocará otra respuesta agresiva y se espera que la reunión de política monetaria a finales de octubre resulte en un aumento adicional de 75 puntos básicos", apuntan los analistas de Oxford Economics. "Nuestro pronóstico implica que el BCE seguirá aumentando los tipos, al menos hasta el primer trimestre del próximo año, pero aún creemos que el ritmo de endurecimiento disminuirá", señalan, por su parte, desde Pantheon Macroeconomics.
Creen que los datos de hoy serán suficientes para generar otro aumento de 75 puntos básicos el próximo mes. "Luego vemos 50 puntos básicos en diciembre, seguidos de 25 puntos básicos en febrero y marzo. Los riesgos se inclinan hacia nuevas alzas durante el verano del próximo año", añaden. En eToro destacan que "el problema que se nos plantea es que el BCE tendrá que hacer todo lo posible para que esto empiece a ceder. Esto implica que en la próxima reunión está garantizada una subida de 75 puntos básicos, pero el mercado empieza a temer que sea incluso superior".
Si se analizan los principales componentes de la inflación de la eurozona, la energía registra la tasa anual más alta en septiembre (40,8%, frente al 38,6% de agosto), seguida de alimentos, alcohol y tabaco (11,8%, frente al 10,6% de agosto), bienes industriales no energéticos (5,6%, frente al 5,1% de agosto) y servicios (4,3%, frente al 3,8% de agosto).
En cuanto a la inflación subyacente, también subió a un máximo histórico del 4,8%, frente al 4,3% de agosto. Si se excluye del cálculo el impacto de la energía, la inflación interanual de la eurozona se coloca en septiembre en el 6,4%, frente al 5,8% del mes previo.
Por países, las mayores subidas de precios se registran en Estonia (24,2%), Lituania (22,5%) y Letonia (22,4%), mientras que los menores incrementos se dan en Francia (6,2%), Malta (7,3%) y Finlandia (8,4%). En total, diez de los 19 países de la zona euro registraron tasas de inflación de doble dígito. España marca la diferencia con una inflación a la baja: los precios se moderaron al 9%, con la mayor caída de la tasa mensual del IPC en un mes de septiembre desde el inicio de la serie histórica.
"Los datos de las principales economías variaron enormemente en septiembre. Esto se debe a las diferentes estructuras de mercado, así como a las diferentes políticas para proteger a los consumidores de los precios más altos de la energía. La política económica será un factor de cambio clave para los precios de la energía de la zona euro en los próximos seis meses a medida que los gobiernos se esfuercen por presentar nuevas medidas", comentan en Pantheon Macroeconomics.
De cara al futuro, las previsiones principales "están a merced de una inflación energética impredecible". Los expertos se muestran "convencidos de que la historia principal sigue siendo la de un tira y afloja entre la caída de la inflación en los productos relacionados con el petróleo y los riesgos aún alcistas para la inflación de los precios de la electricidad y el gas". Y "es diabólicamente difícil cuantificar esto", dicen.
"Los indicadores adelantados, como los precios de producción y las encuestas sobre la evolución de los precios, señalan que aún no se vislumbra el final. No obstante, la inflación podría alcanzar un máximo en los próximos meses, a lo que probablemente contribuya el previsto freno al gas en Alemania. Sin embargo, cabe esperar que se siga incumpliendo el objetivo de inflación. Por lo tanto, una normalización de la política monetaria no es suficiente en este entorno", opinan en DWS.