• El euro se estabiliza en los 1,2450 dólares después de los bandazos del jueves
  • La libra cede terreno aunque recupera los 1,42 dólares
  • El yen retrocede desde un máximo de cuatro meses en las 108,50 unidades
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Los principales cruces del mercado de las divisas han encadenado dos sesiones consecutivas de auténtica locura, con abruptos rallys y retrocesos casi igual de pronunciados, espoleados por el cruce de declaraciones entre los guardianes del dólar y del euro, que han tenido reverberaciones en todas las monedas. De Steven Mnuchin, a Mario Draghi y Donald Trump, la volatilidad se ha servido en raciones XXL, mientras los ecos de la ‘manida’ guerra de divisas resuenan entre los inversores.

Primero compareció el presidente del Banco Central Europeo (BCE). Durante su habitual rueda de prensa tras la reunión y comunicado de política monetaria de la entidad -sin cambios-, Draghi lo intentó todo: insistió en el carácter acomodaticio de la política monetaria del BCE, reiteró que la estrategia de la entidad no ha cambiado e incluso reconoció que "la volatilidad del euro es una fuente de incertidumbre".

El cruce de declaraciones entre el presidente del BCE y el de EEUU enloquecen el euro/dólar

Pero el mercado decidió enfocarse en que “por encima de todo lo demás, el banco central se muestra optimista y satisfecho con el desempeño de la economía”, explica Kathy Lien, analista de BK Asset Management. Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, señala, por su parte, que “como la actual expansión económica en la eurozona es en gran parte autosostenida, no esperamos un impacto significativo en el crecimiento debido a un cambio gradual en la política monetaria o del euro”.

“A largo plazo, creemos que la apreciación del euro frente al dólar continuará, especialmente como consecuencia de la mejora en las perspectivas de crecimiento de la zona euro”, añade el experto. El otro motor, y tal vez el más importante a corto plazo, es la debilidad del dólar. El ‘billete verde’ se ha visto presionado por los vientos que soplan en su contra, principalmente por el cambio de tendencia en los bancos centrales de todo el mundo que están liquidando sus políticas de estímulos. Un factor que cambiará la dinámica de los tipos de interés de los últimos años, cuando la Reserva Federal de EEUU era el único banco central que subía tipos.

Esta debilidad subyacente, que ha dinamitado el precio del dólar un 4,3% en lo que llevamos de año contra el euro, se ha visto fuertemente alimentada tras las declaraciones del Secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin. Desde el Foro Económico Mundial de Davos dio la bienvenida a una “dólar débil”, como motor de la economía de EEUU. Su comentario, que ya había dejado caer al inicio de su mandato, disparó el miedo en el mercado que la administración Trump haya decido, de una vez por todas, dar carpetazo a la política de respaldo a un dólar fuerte que ha mantenido la Casa Blanca desde los finales de los 90, en tiempos de Bill Clinton.

TRUMP APUNTALA AL DÓLAR

Por eso, donde había fallado horas antes el banquero central, el presidente de los EEUU logró hacer el torniquete que ha frenado el desangrado del dólar. Donald Trump consiguió darle la vuelta a la moneda con unas declaraciones que, por una vez, obtuvieron el efecto buscado y renovaron la confianza en la moneda estadounidense al declarar que quiere “un dólar fuerte”.

En una entrevista para la ‘CNBC’, desde el Foro Económico Mundial de Davos, el republicano afirmó que el dólar se fortalecerá debido a la creciente economía de Estados Unidos. Tras las palabras de Trump, el euro se desplomó cerca de un 1,4% después de marcar máximos desde 2014 en 1,2550 dólares. Pero la herida se ha taponado por poco tiempo, ya que desde los 1,2364 dólares, la divisa comunitaria ha remontado hasta los 1,2490 dólares.

En otros cruces, el panorama es similar, con movimientos de ida y vuelta de más de un 1%. El ‘billete verde’ ha vuelto a ceder contra la libra, que logra reconquistar los 1,42 dólares, después de haber corregido por debajo de los 1,41 dólares. El yen también regresa a las compras, o lo que es lo mismo, los bajistas vuelven a hacerse con el control de la situación. De un máximo de cuatro meses en las 108,50 unidades, ha alcanzado su peor cambio en dos sesiones en los 109,770 yenes, para caer hacia los 109,200 yenes. El índice del dólar, que mide el desempeño de la divisa contra seis monedas rivales remonta hasta los 89,02 puntos desde un mínimo de tres años en los 88,50 puntos.

DEBILIDAD DEL DÓLAR Y GUERRA DE DIVISAS

Los cortos han retomado el control de la moneda de EEUU dejando claro que la tendencia subyacente en el mercado de las divisas ha dejado de favorecer al dólar. Y la voz de analistas y expertos se muestra unánime al indicar que este será el rumbo a seguir en lo que queda de año, con un euro que puede alcanzar los 1,30 dólares.

El proteccionismo de Trump tendrá mucho que ver, según Stephen Innes, analista de Oanda. "Las políticas de comercio exterior de la administración republicana van a seguir alimentando la falta de garra del dólar", explica. Y los operadores han estado también en las últimas jornadas descontando en el 'billete verde' que el presidente de los EEUU insista en sus políticas de "America First" desde Davos, donde comparece este viernes.

El otro tema que vuelve a coger protagonismo es la guerra de divisas, a la que jugaron bancos centrales y gobiernos durante años de baja inflación. Aunque en teoría se le puso límite mediante una serie de acuerdos que se alcanzaron en el G20 en 2016, cuando se instó a los principales países a que dejaran de usar este mecanismo, al que se culpó de generar gran inestabilidad económica mundial, hay señales de que muchos bancos centrales todavía usan esta herramienta y la inflación no repunta al ritmo deseado.

"En términos generales, una moneda fuerte es útil para luchar contra el aumento de los precios, el hecho de que el Tesoro de los Estados Unidos haya enterrado su vieja política de un dólar fuerte (por mucho que diga Trump) responde a la falta de presión inflacionaria", apuntan analistas de Rabobank. El mismo Draghi trató de sacar los colores a EEUU al señalar que "el lenguaje que algunos están empleando" influye en la evolución del cambio entre el euro y el dólar. Y que ese lenguaje contraviene lo acordado por los países en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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