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Lizz Truss ha sido elegida este lunes nueva primera ministra de Reino Unido. La exministra de Exteriores ha heredado un país con una elevada inflación y con una grave crisis energética a los que ha prometido hacer frente con un "plan audaz" que hará crecer la economía británica. Pero para AJ Bell la primera prueba "real" de la primera ministra llegará de la mano del comportamiento de los mercados de divisas y bonos.

"El mercado de valores bien puede tener su opinión sobre la nueva primera ministra, pero la respuesta del mercado de bonos del gobierno, conocido como Gilt, y la libra pueden ser más reveladoras, al menos en el muy corto plazo. Los mercados financieros expresan su fe, o la falta de fe, en un país y sus perspectivas económicas y políticas a través de cuánto le cobran por pedir prestado y cómo valoran su moneda", ha indicado Russ Moho, director de inversiones de AJ Bell.

La inflación, la amenaza de recesión, la crisis energética, la guerra de Ucrania, la debilidad de la libra, el aumento de las tasas de interés y la propia debilidad del Gobierno juegan en contra de la nueva primera ministra.

"La libra esterlina continúa perdiendo terreno frente al dólar, y cotiza por debajo de 1,1500 dólares por primera vez desde 1985. Una libra débil puede ayudar a las exportaciones, pero también aumenta los costes de importación y eso no es ideal en un momento en que la inflación ya está galopando al alza", ha valorado.

La libra cae, pero el endeudamiento del Gobierno va en aumento, por lo que la lucha del Banco de Inglaterra para controlar la inflación toma relevancia y adquiere un papel más importante.

“Aunque sigue siendo bajo para los estándares históricos, el rendimiento del bono del gobierno del Reino Unido de referencia es un punto porcentual completo más alto que hace un año. Con un 2,92%, el rendimiento de los bonos a 10 años se encuentra cerca del 3,00% por primera vez desde principios de 2014. Pero, peor aún, la curva de rendimiento ahora está invertida. Normalmente, el rendimiento del bono a 10 años es más alto que el del papel a 2 años, ya que los tenedores de bonos exigen un rendimiento más alto para compensar el mayor riesgo que representa el período de tenencia más largo", han explicado desde AJ Bell.

Esto significa para los expertos que hay más margen para que las cosas salgan mal. "Desde el punto de vista de un inversor en bonos, esto generalmente significa inflación, aumentos en las tasas de interés o, en el peor de los casos, incumplimiento; y el prestatario no puede pagar los cupones o devolver la inversión original en su totalidad una vez que vence el bono".

La inversión de la curva de rendimiento es una señal de que el mercado de bonos está valorando una recesión, ya que anticipa futuros recortes en las tasas de interés y, por lo tanto, una caída en los costes de endeudamiento.

“Los inversores del mercado de valores, así como los tenedores de bonos y los comerciantes de divisas, observarán la curva de rendimiento muy de cerca. No se invierte a menudo, al menos si los últimos 30 años sirven de guía, pero puede ser una advertencia de los problemas que se avecinan para los titulares de acciones del Reino Unido", ha vaticinado Russ Moho.

La nueva primera ministra se encontrará atrapada entre el menor de los dos males: la inflación por un lado y la recesión por otro, según AJ Bell. "Si a los mercados financieros les gusta lo que escuchan, eso puede ayudar a mantener bajo control los rendimientos de los bonos, a que la curva de rendimiento se incline y a que la libra suba. De lo contrario, los rendimientos podrían aumentar, la curva continuaría invirtiéndose y la libra esterlina podría seguir deslizándose”.

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