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Aunque la inflación continuará retrocediendo, los tipos de interés tardarán en bajar más de lo que generalmente se piensa. De hecho, "el mercado se comporta de manera algo ingenua al esperar que los tipos empiecen a bajar enseguida". Es la opinión del departamento de Análisis y Mercados de Bankinter. Creen que la inflación y los tipos, el crecimiento económico y las expectativas del mercado serán las claves básicas que marcarán lo que queda de año.

En cuanto a los tipos de interés y la inflación, consideran que no es 100% descartable que alguno de los principales bancos centrales aún aplique alguna otra subida, "pero se trataría de una especie de afinado final, probablemente de sólo 25 puntos básicos, y sucedería únicamente en caso de que el petróleo impidiera que la inflación siguiera retrocediendo".

Asignan una probabilidad en torno al 70% a que ni la Reserva Federal de EEUU (Fed) ni el Banco Central Europeo (BCE) vuelvan a subir tipos en 2023. "Aunque esto dependerá más bien del petróleo en el caso europeo y de la fortaleza del ciclo en el caso americano".

No ven fácil que la inflación se sitúe por debajo del 3%, incluso en 2025. "Y no contemplamos que regrese al 2% de objetivo de los bancos centrales ni siquiera al final de dicho año".

Como señalan, el mercado parece estar generalizadamente en desacuerdo con los bancos centrales en un aspecto determinante: la evolución futura de la inflación. "Insiste en que mejorará más rápidamente de lo que los bancos centrales están dispuestos a admitir y de lo que la realidad ha demostrado hasta ahora. Esto es grave porque da como resultado una asimetría de expectativas que deriva en un mercado de reacciones ocasionalmente erráticas, con frecuentes retrocesos pasajeros seguidos por recuperaciones inseguras", exponen los expertos de la entidad.

A la pregunta de por qué el mercado no reacciona mejor, responden que, "sencillamente, porque los bancos centrales no han tenido la determinación de enfriar o reconducir las expectativas del mercado a tiempo, antes de que se formase una espiral de expectativas optimistas sobre inflación y tipos".

"Han permitido durante demasiado tiempo que el mercado crea que las bajadas de tipos serán inmediatas y el ajuste por una decepción como esa es duro. Ciertamente, los bancos centrales no deben dirigir las expectativas del mercado, pero tampoco deben ignorarlas o las consecuencias pueden ser, como poco, confusas. Y eso es lo que sucedió en septiembre. Cuando finalmente se decidieron a reconducir las expectativas del mercado sobre tipos, el reajuste llevó a una decepción que se tradujo en bolsas débiles y TIR de los bonos al alza. El mercado es cobarde por naturaleza y odia la incertidumbre", explican.

¿Podrían converger en algún momento las expectativas de ambas partes, mercado y bancos centrales? Sí, "si el crecimiento económico y el empleo se deteriorasen hasta el punto de que los bancos centrales no sólo se vieran bloqueados por las circunstancias para volver a aplicar cualquier otra subida de tipos, sino también forzados a aplicar algún recorte en los próximos dos o tres trimestres", afirman.

Por el momento, el mercado insiste en mantener la esperanza de que los tipos empiecen a bajar en unos seis meses, "ese desajuste de expectativas es el que bloquea y seguirá bloqueando el avance de las bolsas hasta que desaparezca completamente".

EL CRECIMIENTO EUROPEO SERÁ DÉBIL... PERO SUFICIENTE PARA EVITAR LA RECESIÓN

En lo que respecta a las previsiones económicas, en Bankinter estiman que el crecimiento europeo será débil, ya que el Producto Interior Bruto (PIB) tenderá a desacelerarse hacia niveles probablemente algo inferiores al 1%, "pero seguirá siendo suficiente como para esquivar la recesión". Las claves para esta resistencia son "la solidez del empleo y el modesto ajuste que tiene lugar en los precios inmobiliarios, a pesar del endurecimiento de la financiación".

Con este panorama, en la entidad avisan de que las expectativas del mercado deberán adaptarse a una realidad menos cómoda, tanto en relación a la inflación como con respecto a la evolución de los tipos y el ritmo de avance de las bolsas, "cuyos avances serán no sólo más lentos, sino ocasionalmente erráticos".

"Por eso, aunque nada importante haya cambiado en el fondo del mercado, ni siquiera tras la insistencia en septiembre por parte de los bancos centrales en que los tipos permanecerán elevados durante un periodo prolongado de tiempo, parece probable que enfrentemos una recta final del año 2023 durante la cual tenga lugar un nuevo desacoplamiento favorable a Estados Unidos frente a Europa, tanto en lo que a ciclo económico se refiere como a mercados (bolsas y bonos). Pero de evolución lenta e insegura, sobre todo las bolsas", exponen.

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