¿Resurgirán las fusiones y adquisiciones bancarias en Europa impulsadas por la venta de participaciones estatales? "Los gobiernos siguen teniendo posiciones en sus campeones nacionales. Vender estas posiciones ofrece a los compradores bancarios una oportunidad única para reforzar sus intereses en mercados extranjeros o entrar en nuevos mercados a gran escala".
Así lo señala Marco Troiano, de instituciones financieras para Scope Ratings. Como recuerda, desde 2022, la combinación de unos tipos de interés más altos y la benigna dinámica de la calidad de los activos ha respaldado los resultados de los bancos.
En este contexto, hemos asistido a una aceleración de las desinversiones públicas de participaciones bancarias adquiridas en la época de la crisis financiera mundial (CFG), lo que marca un importante hito tardío en la normalización del sector tras ese periodo.
Ahora, NatWest en Reino Unido (la participación pública se ha reducido al 15,99%), Commerzbank (participación del Gobierno alemán del 12,11% tras la venta de una participación del 4,49% a UniCredit en 2024), ABN AMRO en los Países Bajos (40,5%), Banca Monte dei Paschi di Siena en Italia (26,73%), Allied Irish Banks en Irlanda (22%), y National Bank of Greece (8,39%).
Muchos otros procesos de venta podrían concluir a finales de 2025, siempre que las condiciones del mercado sigan siendo favorables.
Troiano cree que este proceso de desinversión contribuirá positivamente a reforzar la confianza del mercado en el sector, que ahora puede operar de forma independiente tras años de reestructuración, reducción de riesgos y nueva regulación. "Las desinversiones también permitirán a las instituciones perseguir cambios estratégicos y oportunidades de crecimiento, con una asignación de capital más eficaz y libre de influencias gubernamentales", dice.
En su opinión, la eliminación de la gran participación pública podría facilitar la consolidación transfronteriza del sector. Y considera que las entidades siguen estando dispuestas a participar si se dan determinadas condiciones.
No obstante, al margen de los casos en los que un gran grupo transfronterizo busca reforzar una franquicia extranjera existente, asegura que los aspectos económicos de las fusiones y adquisiciones bancarias internacionales "siguen siendo complicados": "La falta de solapamiento de las redes de sucursales limita las sinergias de costes, aparte de las grandes inversiones para mantenerse al día en la carrera armamentística de la banca digital y el big data".
Pero destaca que la adquisición de una franquicia bien establecida y sin riesgo en un país de la zona euro "podría resultar atractiva para las instituciones que buscan reforzar sus modelos de negocio mediante una mayor diversificación geográfica, reducir la volatilidad de sus resultados a lo largo del ciclo y, por tanto, disminuir sus perfiles de riesgo globales".