España será de las pocas economías europeas que se salvará de la recesión pese a que habrá una pequeña contracción en los primeros meses del año. Así lo estiman desde Mapfre Economics, el servicio de estudios de la aseguradora, que ha revisado al alza sus previsiones del Producto Interior Bruto (PIB) y ahora calcula que la economía española creerá un 1% en 2023, cuatro décimas más que lo previsto en octubre de 2022.
La mejora se debe a las ayudas fiscales que se han activado y a los aún asumibles costes financieros, según ha detallado el director de análisis macroeconómico y financiero de Mapfre Economics, Gonzalo de Cadenas-Santiago. De cara a 2024, las proyecciones apuntan a un repunte económico del 2,1%.
No obstante, pese a estas previsiones, la perspectiva es que el Banco Central Europeo (BCE) siga endureciendo la política monetaria, "lo que podría acarrear una reducción del consumo por pérdida de poder adquisitivo y la contracción del crédito", señala el informe Panorama Económico y Sectorial 2023.
En cuanto a la zona euro, el análisis recoge que sufrirá una contracción económica en 2023, comenzando desde el primer trimestre. Se teme que la industria europea caiga en declive si no se logra resolver la crisis energética, pues los inversores podrían volcarse a países con energía más barata. Además, existe el riesgo de que la contracción económica se agudice por la postura monetaria del BCE.
Estos problemas hacen que, en el cómputo anual para 2023, las previsiones de la región caigan hasta el -0,1% frente al 0% del informe anterior. El país más afectado de la región será Alemania, con una contracción anual del -0,9% debido a la desaceleración en el consumo, una menor producción industrial y una caída en las exportaciones.
Por otro lado, se espera que el crecimiento mundial se desacelere en 2023 hasta el 2%, siete décimas menos de lo previsto en octubre del año pasado. La caída confirma, según los expertos, la entrada en un periodo de estanflación global caracterizado por un débil crecimiento económico y aún altas presiones inflacionarias, el cual se prolongará al menos hasta 2024, cuando el crecimiento del PIB se elevará hasta el 2,7%.
"Se espera una reconfiguración de los factores de riesgo en donde la falta de oferta por las disrupciones en las cadenas de suministro será sustituida por un menor dinamismo en el mercado laboral y una contracción de la demanda como consecuencia de la subida de tipos de interés".
Mientras Europa afronta perspectivas sombrías, Asia se avizora como un foco de contribución para el crecimiento global. Se prevé que China volverá a recuperar un ritmo de crecimiento algo más alto en 2023 (4,8%) una vez concluida la política de Covid cero. Indonesia y Japón también crecerán ese año un 4,5% y un 1,1%, respectivamente. Más allá de esta región, Estados Unidos también evitará la contracción de su economía con un repunte del PIB del 0,1%. Sin embargo, esto dependerá de cómo reacciona la inversión, el mercado inmobiliario y el mercado laboral, a las condiciones de financiación más caras.
"La economía estadounidense se enfrenta a dos riesgos latentes: una recesión provocada por el endurecimiento de las condiciones financieras y una crisis de liquidez en los mercados similar al de ‘repos’ de 2019, cuando la Reserva Federal tuvo que intervenir", considera De Cadenas-Santiago.