• El objetivo es crear una 'City' en la capital española, a imagen y semejanza de Londres
  • Cifuentes fichó a Daniel Lacalle como 'embajador' de Madrid ante la City británica
cifuentes think madrid

La City de Londres, un símbolo de la importancia de Reino Unido en el mapa financiero global, está en peligro. El voto de los británicos a favor del Brexit cuestiona la permanencia de muchas grandes empresas y pequeñas compañías satélite que llevan décadas instaladas en el corazón de la capital británica. Un riesgo que se convierte en oportunidad para muchas otras ciudades europeas que se relamen ante la posibilidad de atraer inversiones. Y entre ellas está Madrid, que quiere reivindicar su atractivo. Eso sí, sin ayudas fiscales adicionales.

Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, lleva meses reinvindicando el potencial de la capital española para atraer empresas que generen un impacto positivo en la región. En julio oficializó su intención de desarrollar una estrategia para atraer a los bancos y empresas que decidan romper con Londres antes de que Reino Unido lo haga con la Unión Europea, y ayer la desarrolló.

La Comunidad firmó un acuerdo con la Cámara de Comercio de Madrid para el fomento de la internacionalización de las empresas madrileñas y para incentivar la atracción de inversión extranjera a través de la oficina 'Invest in Madrid'. El presupuesto total de todas las actividades para los años 2016 y 2017 es de 1,3 millones de euros, mientras que para el "Plan extraordinario Brexit" la partida es de 180.000 euros.

El mensaje de Cifuentes fue claro en cuanto al plan de marketing del proyecto 'Invest in Madrid' y ambiguo en la parte de impuestos. Por ello, en los últimos meses muchos han dado por hecho que habrá incentivos fiscales para atraer empresas, una hipótesis que no ha alimentado ni descartado Cifuentes, pero con la que no trabaja su 'embajador', Daniel Lacalle.

La Comunidad de Madrid tiene ya una fiscalidad muy competitiva, comparada con Reino Unido, Francia o Alemania, y no espero cambios, sólo poner en valor lo que ya existe

En septiembre, la presidenta madrileña hizo público el fichaje de Daniel Lacalle como asesor y representante de Madrid en Londres. Es decir, el director de inversiones de Tressis y uno de los economistas más conocidos en España, es el embajador madrileño entre el sector financiero instalado en Londres, donde ha residido durante años.

Precisamente es Lacalle quien descarta más ayudas. “La Comunidad de Madrid tiene ya una fiscalidad muy competitiva, comparada con Reino Unido, Francia o Alemania, y no espero cambios, sólo poner en valor lo que ya existe”, explica a Bolsamanía.

CAPACIDAD PARA INCENTIVOS FISCALES

Lacalle golpea así frontalmente a las especulaciones sobre incentivos fiscales desde Madrid, pese a que este miércoles Cifuentes no los descartó por completo. Unos estímulos ante los que de todos modos, la presidenta tiene escaso margen. El principal impuesto que soportan las empresas es el de Sociedades, cuya carga se establece desde el Estado sin capacidad normativa por parte de las comunidades autonómicas salvo las excepciones de País Vasco y Navarra.

Sin embargo, los ejecutivos regionales sí tienen capacidad en otros tributos que pueden afectar en algunos casos a las personas jurídicas, como los impuestos sobre transmisiones patrimoniales, donde el 6% de Madrid es inferior a otras comunidades, o la bonificación del 99% que prácticamente elimina el impuesto sobre sucesiones o donaciones, explica Luis del Amo, secretario técnico del REAF del Consejo General de Economistas y experto en fiscalidad.

Donde una comunidad sí puede marcar diferencias frente a otras o en la comparativa con otros grandes núcleos urbanos es en la tributación de las personas físicas. Y en este terreno la Comunidad de Madrid destaca frente al resto, con unos tipos marginales de IRPF que oscilan entre el 19% y el 43,5%, el tramo máximo más bajo del territorio nacional. Además, en la región no existe el impuesto sobre el patrimonio.

De esta forma, la capacidad normativa de Cifuentes le permitiría intentar atraer personas físicas en vez de jurídicas. Es decir, en vez de centrarse en hacer Madrid atractiva a las empresas, podría tratar de atraer a los directivos. Algo que, en cualquier caso, Lacalle descarta: “No espero cambios ni excepciones, se trata de promover el crecimiento con todas las empresas compitiendo en igualdad de condiciones, las que ya están y las que vengan”.

Lo que sí sigue en funcionamiento tanto en Madrid como en el resto de España es el régimen especial para impatriados, según el cuál un extranjero que llegue al país para trabajar sin haber estado haciéndolo en los 10 años anteriores se puede acoger al pago único del 24% de su renta hasta los primeros 600.000 euros anuales. A partir de ese momento, el tributo asciende hasta el 46%. Este régimen se conocía como 'Ley Beckham' debido a la ventaja fiscal que otorgaba a los deportistas de élite, que finalmente han sido excluidos de él.

“ESTO NO ES EUROVISIÓN”

Acudir a la City y atraer empresas que durante años han permanecido en Londres por las ventajas fiscales, la conexión simultánea con Estados Unidos y con Europa, la tradición financiera o el idioma entre otras suculentas ventajas no será fácil para Madrid. Pero la apuesta es decidida. La web 'Invest in Madrid' describe a la región como “una economía amiga”, con “un gobierno regional dedicado a mejorar el clima de negocios en sintonía con las necesidades del inversor”, menos burocracia, más libertad económica y “la menor carga tributaria entre todas las regiones españolas”. Todo esto, por supuesto, en inglés. La Comunidad ha realizado un estudio (#ThinkMadrid) en el que asegura haber identificado 500 empresas a las que dirigirse y estima en 60.000 euros el impacto económico en la región por cada persona que se desplace a Madrid.

Tras las últimas declaraciones de la primera ministra de Reino Unido, Theresa May, y a pesar de aceptar que las negociaciones con la Unión Europea tengan que ser aprobadas por el Parlamento, todo apunta a un “Brexit duro”, arguye Lacalle. “Espero que sea una oportunidad para atraer inversiones a países más comprometidos con la Unión Europea”, añade.

Pero esto “no se trata de organizar un festival Eurovisión”, matiza el 'embajador' de Madrid para Londres. “Hay miles de empresas, con objetivos diferentes. Se trata de aprovechar la oportunidad de que la City ahora pueda expandirse, ya que esto no es un juego de suma cero, sino que otras ciudades se verán beneficiadas. Madrid combina ventajas competitivas con un momento óptimo por el resultado del Brexit”, concluye Lacalle.

Por lo pronto, y tras las amenazas previas al referéndum, algunos grandes grupos internacionales empiezan a mover ficha. El primero ha sido el banco ruso VTB, controlado en un 61% por el Estado, que se ha confirmado ya su intención de abandonar la City e iniciar un proceso de búsqueda de sede para la Unión Europea. Fráncfort, Viena o París son las candidatas para la entidad rusa. Madrid aún no suena como destino.

contador