- El cambio de hora se hace para "aprovechar mejor la luz solar en las actividades cotidianas"
- No hay ahorro: las jornadas laborales y la vida llevan el mismo ritmo que en otro momento del año
¿Debe España volver al huso horario que le corresponde? Esa es la pregunta que surge siempre que hay que cambiar la hora para adaptarnos bien al horario de invierno, como ocurre en esta ocasión, o al de verano. Lo cierto es que lejos de los supuestos beneficios que genera, por el ahorro energético que se produce al aprovechar más las horas de sol, hay otra serie de problemas de los que nadie habla.
Los beneficios que podría generar el cambio de hora si realmente supusiese ir con las horas de sol serían más importantes que las meras cifras sobre el ahorro energético, dicen los expertos
Así lo aseguran los expertos, que reconocen que el cambio de hora (en la madrugada del sábado al domingo habrá que retrasar el reloj, y a las 3:00 serán las 2:00) tiene ciertas ventajas, pero también deja en evidencia algunos problemas que conviene solucionar. El propio Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital que dirige Álvaro Nadal señala que el cambio de hora se hace con el objetivo de “aprovechar mejor la luz solar en las actividades cotidianas”. El problema es que eso no se traduce en menos horas de trabajo y, al final, las jornadas laborales y la vida en general llevan el mismo ritmo que en cualquier otro momento del año.
“Hay unos hábitos a nivel social y cultural muy arraigados”, dice Alfonso Merino, profesor de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), que alude también al hecho de que los horarios laborales no cambian y, por tanto, los españoles siguen saliendo tarde de la oficina. Se estima que con el cambio de hora se produce un ahorro energético del 5%, equivalente a unos 300 millones de euros, aunque Merino cree que ese ahorro sería “liviano” frente a lo que se podría conseguir con la racionalización de horarios.
Actualmente, señala este experto, el problema no es sólo que el cambio de hora no influye en los horarios de trabajo (la gente sigue saliendo tarde en comparación con otros países europeos, y como anochece antes al final el consumo eléctrico apenas varía), sino que tampoco lo hace sobre el día a día de los españoles, de forma que eso “influye directamente en el rendimiento y la productividad”.
El profesor de la UDIMA afirma que salir tarde del trabajo reduce el tiempo libre disponible y retrasa todo lo demás: se cena más tarde, se duerme menos al ir a la cama también más tarde… “En otros países europeos, con la racionalización de horarios, esto no ocurre”, afirma Merino, que explica que el hecho de que el cambio de hora no influya en la jornada laboral de ninguna forma también tiene otros problemas asociados, que tienen que ver con las relaciones personales.
“Las relaciones familiares son escasas, lo que incide directamente en la natalidad y en el fracaso escolar”, asegura Merino, que explica que eso tiene un importante efecto negativo en la economía. En su opinión, los beneficios que generaría el cambio de hora si realmente supusiese ir con las horas de sol irían más allá de meras cifras sobre el ahorro energético. Lo que ocurre, dice el experto, es que es muy difícil cambiar los hábitos y también la visión de que con el horario actual, aunque no sea el que corresponde, España coincide con los países del entorno, sobre todo con los del centro de Europa, y eso facilita las transacciones económicas y los transportes, entre otras cosas.
Precisamente ese es uno de los argumentos del ministerio de Energía para defender el cambio de hora. En una nota remitida con motivo del cambio que hay que hacer este fin de semana el departamento de Nadal afirma que “según un estudio realizado por la Comisión Europea, esta medida tiene impactos positivos no solo en el ahorro energético, sino también en otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio”.
EL CAMBIO DE HORA VIENE DE LEJOS
También recuerda el ministerio que el cambio horario “se remonta a la década de los setenta, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz natural del sol y consumir así menos electricidad en iluminación”.
El cambio horario se implantó por primera vez durante la I Guerra Mundial. Alemania fue el primer país en implantar esta medida para reducir las horas de iluminación artificial y así ahorrar carbón, que después se podría utilizar en la guerra. Los países vecinos se sumaron a esta práctica y en la II Guerra Mundial, EEUU hizo lo mismo. No obstante, fue en la década de los 70, tras la mencionada crisis del petróleo, cuando se popularizó este sistema.
España es, junto a Venezuela, el único país del mundo que vive en una hora que no le corresponde. Debería ir con la hora del meridiano de Greenwich
Actualmente España es, junto a Venezuela, el único país del mundo que vive en una hora que no le corresponde, pero no puede dejar de aplicar el cambio de hora porque, según recuerda Energía, “viene impuesto por la directiva europea 2000/84/CE, relativa a las disposiciones sobre la hora de verano”.
Esta normativa “obliga a aplicar un régimen horario de verano y un calendario común para las fechas y horas a las que debe comenzar y finalizar dicho horario en todos los Estados miembros”, señala el ministerio. Además deja claro, ante las críticas de los detractores del cambio de hora, que “la directiva no prevé la posibilidad de que un Estado miembro no decida aplicar el régimen de la hora de verano”, es decir, que es de obligado cumplimiento.
Aunque Máximo Cortés, doctor en Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Europea, asegura que el debate sobre los beneficios del cambio de hora “ha trascendido al Parlamento Europeo”, donde se está valorando actualmente. La voluntad de la Cámara comunitaria, señala Cortés, es hacer un “estudio fidedigno” sobre el ahorro real del cambio de hora, porque ha quedado demostrado que la situación ya no es la que era cuando se implantó esta medida y que, a pesar de que el ahorro energético puede ser elevado, ya no es tan determinante.
Sobre todo, dice el profesor de la Universidad Europea, porque en los últimos años “ha mejorado la energía eficiente” y cada vez son más las casas que tienen bombillas led o electrodomésticos con A+++, la máxima clasificación energética, que significa que consumen menos que otros. “El cambio de hora es más para concienciar a la gente sobre el uso responsable de la energía”, señala Cortés, que explica que esta medida “ya no tiene tanta incidencia como antes en el consumo de los hogares”, que pueden llegar a ahorrar hasta un 80% en energía si usan los aparatos de forma eficiente.
Este experto coincide con su colega en que los beneficios del cambio de hora “se notan más en otros países, como los nórdicos, que tienen una estructura laboral fija y unas costumbres más domésticas y familiares” que en España, donde el “carácter latino” y las “jornadas laborales partidas” hacen que adelantar o retrasar el reloj no tenga demasiados efectos directos sobre el ahorro. En opinión de Cortés, para ahorrar energía “de verdad” haría falta “aplicar las normativas adecuadas”, haciendo inspecciones en las empresas “para ver si la energía se usa de forma eficiente”, o asesorando sobre la mejor forma de hacerlo.
“Sería necesario establecer normativas de ahorro, porque en muchas oficinas las luces están encendidas constantemente”, afirma el experto, que pese a las críticas que suscita entre algunos sectores el cambio de hora, y las peticiones de que España vuelva a su franja horaria, cree que es muy difícil que aquí se vuelva al huso horario que nos corresponde, el del meridiano de Greenwich, que es el que se sigue en Inglaterra y Portugal.
En invierno España vive una hora por encima de lo que realmente le corresponde por situación geográfica, mientras que en verano la diferencia es de dos horas.“Muchos se negarían en rotundo. Aquí dependemos mucho del sector servicios, del comercio, del turismo… y si anocheciese una hora antes podría afectar al negocio de estos sectores”, concluye.