Los funcionarios republicanos de alto nivel que estaban llevando a cabo las negociaciones para elevar el techo de deuda en Estados Unidos han detenido las conversaciones. "Hemos decidido una pausa porque simplemente no es productivo", ha señalado Garret Graves, que no ha adelantado si se retomarían durante el fin de semana.
"Hasta que la gente esté dispuesta a tener conversaciones razonables sobre cómo se puede avanzar y hacer lo correcto, entonces no vamos a sentarnos aquí y hablar con nosotros mismos", ha indicado el republicano, que ha insistido en que el equipo de la Casa Blanca es "irrazonable".
"Hay diferencias reales entre las partes en temas presupuestarios y las conversaciones serán difíciles", ha afirmado un portavoz de la Casa Blanca a 'NBC News'. "El equipo del presidente está trabajando arduamente hacia una solución bipartidista razonable que pueda ser aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado", ha agregado.
Antes de que los negociadores republicanos abandonaran la reunión sobre el techo de deuda, los líderes políticos habían mostrado su "optimismo" ante la posibilidad de alcanzar un acuerdo "la próxima semana".
Así lo manifestaba este jueves el líder republicano en el Congreso de EEUU, Kevin McCarthy, al asegurar que, a falta de definir unos puntos básicos, veía "el camino por el que podemos llegar a un acuerdo, y creo que ahora tenemos una estructura y todos están trabajando duro".
El presidente del país, Joe Biden, que tiene previsto ofrecer una rueda de prensa el domingo con los últimos detalles sobre el asunto, también se mostraba convencido de alcanzar un pacto y aseguraba que todos los líderes habían "acordado" que el país evitaría el impago.
Con todo, las conversaciones sobre el techo de deuda han generado desde el primer momento fricción entre demócratas y republicanos, debido a que la propuesta de estos últimos se ha basado en aumentar el límite para evitar el impago, pero a su vez recortar en gastos, una medida que rechaza la Casa Blanca.