- El Pleno del Congreso admitió a trámite en octubre una proposición de Ley del PSOE
- Los sectores más afectados son los de inmobiliarias, banca y educación
Barcelona fue protagonista en 1919 por la huelga general de 44 días que tuvo su origen en la reivindicación de los trabajadores de la compañía eléctrica La Canadiense. La derivada de ese convulso periodo fue la conquista de la jornada laboral de 40 horas semanales. Casi un siglo después, las horas ‘extra’ sin remunerar vulneran este principio.
Durante los nueve primeros meses del año, los ocupados españoles han acumulado 318 millones de horas extraordinarias sin remunerar, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del INE. “El problema con estas horas es que más allá de las encuestas no se contabilizan en las empresas porque no se pagan, pero pese a esta paradoja existen”, explica a ‘Bolsamanía’ un líder sindical.
Esta práctica está muy extendida. En todos los sectores, la EPA constata la existencia de horas extraordinarias que no se pagan. La media es del 0,9%. Esto es, por cada 100 horas de trabajo hay casi una añadida sin remunerar. En un mes, el promedio para un trabajador contratado a tiempo completo es de cerca de dos horas ‘extra’ que no se incluyen en su nómina.
El problema sobre estos datos agregados no es tanto la media, ya que son estadísticas muy dispersas, como los abusos que se producen en algunos sectores. Tanto por el número de horas extraordinarias como por el porcentaje de éstas que se remuneran. En el primer caso destacan el sector sanitario y el de industrias extractivas, donde los profesionales añaden a sus jornadas laborales un 8% y un 9% de horas ‘extra’ respectivamente, aunque casi el 90% se pagan. Mientras que en el segundo ejemplo sobresalen los sectores de inmobiliarias, bancos y aseguradoras y educación, donde más del 80% de la prolongación de la jornada es de forma gratuita para sus trabajadores.
En un mes, el promedio para un trabajador contratado a tiempo completo es de cerca de dos horas ‘extra’ que no se incluyen en su nómina
Esta cuestión será protagonista en el trabajo parlamentario de los próximos meses después de que en septiembre el PSOE presentó un proyecto de ley que fue aprobado por el Pleno del Congreso para su tramitación en octubre. El plazo de enmiendas se ha prolongado, por ahora, hasta el 26 de diciembre. Con lo que en 2018 será una cuestión de debate en el Parlamento.
La iniciativa socialista propone modificar el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores para incluir la obligación de registrar diariamente la hora de entrada y de salida del empleado. “Las reglas sobre limitación de la jornada laboral están entre las más protectoras de las personas trabajadoras”, recoge el texto del Grupo Socialista. “La realización de un tiempo de trabajo superando la jornada laboral legal o convencionalmente establecida se ha convertido en una realidad cotidiana y generalizada en nuestro tejido empresarial, incidiendo de manera sustancial en la precarización del mercado de trabajo”, añade.
Esta iniciativa choca contra la tendencia de los últimos años de dotar más flexibilidad a las jornadas laborales. De hecho, el Tribunal Supremo tumbó este año una sentencia de la Audiencia Nacional en 2015 en favor de una denuncia de los sindicatos en Bankia por el registro de las jornadas. El pronunciamiento del Supremo en favor del recurso de la entidad eliminó esta obligación. De esta forma, se volvía legalmente a la situación previa a 2015 en la que no existe el requisito en las empresas.
El PSOE asegura que la flexibilidad horaria “no se puede confundir con la relajación de las normas sobre jornada máxima y horas extraordinarias”. Desde los sindicatos han aplaudido la iniciativa socialista, ya que “permitirá reducir el descontrol, las irregularidades, el fraude y los abusos que se producen en materia de jornada y duración”, dice UGT, aunque lo ve insuficiente. “Es necesario ir más allá y abordar una regulación más integral de la materia, que parta de la derogación de las últimas reformas laborales”, añade.
TENDENCIA A LA BAJA
A pesar de la persistencia del volumen de horas extraordinarias sin remunerar, que ascendió a 318 millones en los nueve primeros meses del año, la tendencia es de reducirse. Entre enero y noviembre la cifra disminuyó un 12% frente al mismo periodo del año anterior. Es decir, el número pasó de 9,3 millones semanales hasta 8,2 millones por semana.
La mejoría del mercado laboral conforme se recupera la economía, pese a no notarse en el bolsillo de los trabajadores por la congelación de los salarios, sí repercute en la creación de nuevos puestos de trabajo y en la reducción de esta práctica. Si se calcula la ratio de horas ‘extra’ no remuneradas por parte de cada asalariado durante los nueve primeros meses del año, hay un descenso desde casi ocho horas hasta menos de siete.
La hostelería es el sector con mayor presencia de horas extraordinarias que no se compensan en la nómina, con un total de 15 millones entre enero y septiembre, lo que supone una hora y 20 minutos por cada 100 horas de trabajo. Estas cifras suponen la mitad de las horas extra de los trabajadores de la hostelería.
Por encima del 1% en prolongación de la jornada laboral sin que haya pago económico por ello también están los segmentos de industrias extractivas, manufactureras, construcción, transporte y almacenamiento, actividades administrativas, actividades sanitarias y de salud, y actividades financieras y de seguros.
En el último caso, los sindicatos están en ‘pie de guerra’ desde hace tiempo con los bancos. No sólo por los recortes continuos del empleo, con una nueva vuelta de tuerca en Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN) por una parte, y con EVO Banco por otra, sino también por el alargamiento de la jornada sin que se reconozcan las horas extraordinarias. La denuncia es doble: por una parte, las tareas no se reducen tanto con la digitalización como el número de puestos de trabajo, mientras que por otra, la normativa MiFID II exige un esfuerzo adicional en formación y preparación que obliga en 2017 que se traduce en más horas de trabajo.