La economía repunta y España vuelve a crear empleo de forma neta. Aun así, para conseguir un puesto de trabajo hay que superar a otros candidatos en el proceso de selección. La entrevista personal suele ser decisiva, y hay varios errores habituales que hay que evitar.
No hay una guía única para tener garantías en una entrevista de trabajo y hay muchos mitos al respecto, advierte Silvia Forés, directora de Recursos Humanos en Baker & McKenzie Barcelona en un artículo publicado en Infojobs. La experta en selección de personal recuerda que la entrevista personal es el momento del proceso en el que más se depende de la subjetividad, en este caso del entrevistador o entrevistadores.
Sin embargo, sí hay cuatro errores que son habituales y que hay que evitar a toda costa:
1. Desidia
Cuando se está mucho tiempo buscando trabajo es difícil mostrarse motivado, pero también es complicado que una empresa contrate a un candidato en el que no ve signos de motivación. “Si muestras poco interés por el proceso y por el puesto, si das la impresión de que si no es este puesto será otro, esta actitud pondrá en alerta al entrevistador”, alerta Silvia Forés.
2. Soberbia
Es humano querer impresionar al entrevistador, que a menudo no es experto en las labores que realizaría el candidato si es contratado. Sin embargo, hay que evitar caer en la trampa de subestimar sus conocimientos o, incluso, hacérselo ver. Hay que demostrar conocimiento pero con mano izquierda y con humildad.
3. Mentira
Es habitual querer maquillar o exagerar el currículum, desde el nivel de inglés a algunas experiencias pasadas. Pero cualquier mentira detectada mina automáticamente la credibilidad ante el entrevistador. Un riesgo demasiado caro. “No siempre las experiencias profesionales salen bien y no hay que avergonzarse por ello”, recuerda la directora de Recursos Humanos de Baker & McKenzie.
4. Negatividad
Es el pecado del que menos candidatos son conscientes, pero igualmente es muy habitual, opinan en el portal de empleo. La negatividad es una actitud que se desprende y que supone una percepción muy mala para la empresa. Si un candidato muestra quejas, aunque sean ajenas al ámbito laboral, el entrevistador puede pensar que también lo hará en su puesto de trabajo. Nadie quiere a trabajadores que transmitan malas vibraciones a otros.
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