- En 2020 un coche eléctrico costaría 51.907 al final de su vida útil, mientras que un gasolina alcanzaría los 57.939 euros y uno diésel los 53.730 euros
El precio de un automóvil eléctrico será semejante al coste de un vehículo de gasolina o diésel a partir de 2024, según los datos recogidos por EFE publicados este lunes por la Organización Europea de Consumidores (BEUC), que calcula los costes totales para el usuario que genera un coche en un período de cuatro años.
Entre 2020 y 2030 se va a apreciar un cambio tecnológico significativo que conllevará una disminución de los precios de este tipo de automóviles en el mercado, tal y como se desprende del informe.
Los autores del estudio calculan que a lo largo de un ciclo de vida de 16 años un coche eléctrico comprado en 2020 costaría un total de 51.907 al final de su vida útil, de forma que se revelaría más rentable que los 57.939 euros de un vehículo gasolina o los 53.730 de un diésel.
Un coche eléctrico comprado en 2020 costaría un total de 51.907 al final de su vida útil
Sin embargo, esta estimación no tiene en cuenta el coste de instalar en el domicilio una estación de carga eléctrica, que actualmente ronda los 1.000 euros y se espera que caiga hasta los 600 euros
El informe se enmarca en el objetivo del sector del transporte de la Unión Europea (UE) de disminuir las emisiones de CO2 en un 60 % para 2050, lo que supone una caída media de un 3 % al año.
Las nuevas tecnologías contribuirán a esa meta, no solo las referidas a los vehículos eléctricos sino también a aquellos impulsados por combustibles fósiles pero energéticamente más eficientes, que en 2025 generarán un ahorro de al menos 500 euros al año comparados con los de 2015.
IMPULSAR LA INVERSIÓN
Pero esos coches del futuro, cuyos costes son aún muy superiores a los convencionales, no llegarán al mercado de forma automática, sino que su generalización deberá ir acompañada de políticas para que los fabricantes inviertan en nuevas tecnologías y que se despliegue una red suficiente de cargadores eléctricos, entre otros puntos.
No será necesario que los Gobiernos mantengan altos incentivos a la compra de vehículos energéticamente más eficientes, sino que bastará con rebajar los impuestos de circulación, añade la Organización Europea de Consumidores.