Los clubes de LaLiga Santander, un 'accesible' lujo asiático

Un furor que no pasa desapercibido para las grandes fortunas internacionales. Casos como, el del jeque catarí Abdullah Al Thani con el Málaga, el estadounidense Robert Sarver con el Mallorca o incluso el mexicano Carlos Slim con el Oviedo, demuestran el interés que ha despertado en los últimos años del fútbol.

Pero los inversores asiáticos han sido los que más fuerte están apostado por esta industria. Este martes se conocía que el grupo empresarial CITS (China International Travel Service) está ultimando la compra del Celta de Vigo mediante un acuerdo con su máximo accionista, Carlos Mouriño, por una cifra que rondaría los 100 millones de euros y que le permitiría controlar el 52,26% de este histórico club de LaLiga Santander.

Está operación convertirá al conjunto vigués en el quinto club del campeonato español que posee entre sus máximos accionistas a inversores asiáticos. Al Celta le preceden el Atlético de Madrid con el magnate Wang Jianlin adquirió el 20% de club, el Espanyol se encuentra en una situación similar con la empresa china Rastar Group que compró el 45’1% del club y a la espera de poder alcanzar el 56% de las acciones, también aparece en esta lista Peter Lim, el inversor singapurés es actual dueño del 70,6% del Valencia. Por último, en 2016 apareció la compañía china Wuhan Double que se hizo con el 100% del Granada CF por unos 37 millones de euros.

Antes de que se confirmen las cifras oficiales de la operación entre el Celta y CITS, el informe económico de LaLiga 2016 realizado por Palco23 y Centro de Estudios Garrigues señalaba que en apenas año y medio, las inversiones extranjeras han ascendido a más de 400 millones de euros, con China como principal país de origen de los nuevos propietarios.

Un fenómeno que como apunta el experto en gestión deportiva de la Universidad de Castilla-La Mancha, Carlos Gómez, demuestra que “el deporte no es ajeno a los cambios y tendencias en tantos otros sectores de la economía y que es lo suficientemente importante para que grupos de inversión privados estén interesados en centrar su actividad en esta industria”. Aunque esta circunstancia que está viviendo España no es nueva en Europa.

LA PREMIER INICIÓ ESTA FIESTA

En la Premier el fenómeno de la inversión extranjera es natural desde hace tiempo. Uno de los primero en abrir esta posibilidad fue Román Abramóvich al comprar el Chelsea y, posteriormente, le han seguido muchos otros como el City que es propiedad de Abu Dhabi United Group o el Manchester United, del estadounidense Avram Glazer.

Pero ha habido una gran irrupción de dinero asiático. El fenómeno más destacado es el caso del Leicester City, el actual y sorprendente campeón de la Liga, que se encuentra en estos momentos en manos de la familia tailandesa liderada por Vichai Srivaddhanaprabha que pagó 177 millones de euros.

Francia también se adelantó a España en la aparición de estas fortunas en sus equipos. Los magnates rusos Margarita Louis-Dreyfus (Olympique de Marsella) y Dmitri Rybolovlev(Mónaco), abrieron paso para que el jeque Nasser Al-Khelaïfi, propietario de Bein Sporty Qatar Sports Investments, se hiciera cargo del histórico PSG que, en 2016, acumula más de 470 millones de inversión en cinco años, los cuales han permitido la llegada de grandes nombres al club parisino.

Inter y Milán han pasado en este último año a manos de inversores chinos provocando una inversión de más de 1.000 millones de euros en la ciudad

Por otro lado, la aparición de inversores extranjeros en Italia también fue tardía como en España. No obstante, en el caso italiano destaca una nacionalidad y una ciudad: China en Milán. El grupo chino de distribución Suning se hizo en 2015 con el 70% del Inter de Milán mediante el desembolso de 270 millones de euros. Aunque la operación más destacada fue la de su vecino el AC Milán que, tras 30 años en manos de Silvio Berlusconi, el conglomerado chino Sino-Europe Investment Management Changxing compro el su accionariado (99,93%) por 740 millones de euros.

Alemania es la gran excepción en el continente. En esta país existe una ley, conocida como la del 50+1, que estipula que al menos el 51% del club debe pertenecerle a los aficionados y que, por lo tanto, evita tales fenómenos. A pesar de esta estricta normativa alemana, existen dos equipos que la rompen en casos concretos, como el del Leverkusen (le pertenece a la farmacéutica Bayer) o el del Wolfsburgo (es propiedad de Volkswagen), que mantenían esta situación antes de que entrará en vigor la normativa en 1999.

¿QUÉ BUSCAN LOS ACCIONISTAS ASIÁTICOS CON ESTAS GRANDES INVERSIONES?

Como apunta Carlos Gómez “estas empresas buscan obtener beneficios como cualquier otro inversor” pero la dificultad para rentabilizar estos grandes desembolsos es muy elevada ya que, como señala el director de la Fundación Observatorio Económico del Deporte, Plácido Rodríguez Guerrero “el fútbol es deficitario, la inversores extranjeros buscan con estas operaciones, principalmente, prestigio”, apunta el que fuera presidente del Sporting de Gijón (1989-1992 ).

Rodríguez Guerrero señala que estas fortunas utilizan su irrupción en los equipos como 'lanzadera' para potenciar o iniciar negocios en las ciudades donde se encuentran el club. Un asunto que hace visualizar puntos en común que tienen los clubes donde ha irrumpido las fortunas extranjeras: ciudades donde pueden haber facilidades para la atracción de talento y que se sitúan en un lugar donde se puede desarrollo de negocios complementarios a la actividad deportiva.

La televisión, las pretemporadas asiáticas de los equipos de LaLiga y la creación de canteras en este continente han sido claves en este proceso

Otro aspecto en común en España es que estos clubes han sufrido problemas económicos. “Eligen este tipo de equipos con dificultades y realizan inversiones que para sus fortunas tiene una afección mínima”, señala el director de la Fundación Observatorio Económico del Deporte.

Sin duda, el factor de la inversión extrajera ha sido clave para la mejora del saneamiento económico de los equipos españoles, según datos de septiembre de 2015, en total, los clubes han reducido la deuda combinada con el Estado de 650 a 317 millones de euros. “La inversión extranjera se ha tenido que hacer cargo de la deuda generada como consecuencia de una mala gestión”, indica el experto en gestión deportiva de la Universidad de Castilla-La Mancha quien añade que estos nuevo propietarios también han aportado “seguimiento y publicidad en sus países de origen, generando movimientos de apoyo por parte de los aficionados locales, que ayudará a aumentar las ventas de merchandising y otros productos”.

La televisiones han ayudado en este proceso. La retransmisión los partidos de LaLiga en el continente asiático ha sido otra de las claves que han provocado que “los clubes españoles sean un gran atractivo para hacer negocio en este último período”, apunta Rodríguez Guerrero. En el verano de 2015, la institución que lidera Javier Tebas llegó a un acuerdo con la plataforma de televisión online PPTV para que se puedan emitir los partido en China, Macau y Taiwán, un contrato que tendrá una duración de cinco años. Este acuerdo, junto a las giras de pretemporada de los equipos españoles por Asia y la creación de escuelas de fútbol en ese contiente, ha provocado una aumento del interés por nuestra liga.

La parte negativa que puede tener este proceso puede ser el desarraigo entre los aficionados de los clubes. Según un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha, los nuevos horarios adaptados para estas nuevas audiencias de La Liga disminuyen la asistencia en más de un 5%. “Las políticas y estrategias de estos grupos de inversión para acercar su actividad al país de origen pueden generar situaciones de conflicto”, señala Carlos Gómez.

Por lo tanto, el futuro de la relación entre los clubes españoles y los inversores extranjeros dependerá de si se crea situaciones de beneficio mutuo. “Por un lado, los beneficios que los grupos involucrados sean capaces de generar y la longevidad de la ventana de oportunidad y, por otro, las trabas fiscales y las regulaciones económicas por parte de las competiciones”, pero los hechos que han sucedido en los últimos años han demostrado que el fútbol español es un objeto de deseo a nivel internacional y, en concreto, se ha convertido en un accesible lujo asiático.